El domingo llegó rápido, Petrova decidió guardar distancia de Rose durante el fin de semana, a la espera de que su joven hermano hubiese cumplido con su parte del trato. Definitivamente si Josh le contaba algo a Rose, ella lo llamaría para pedirle explicaciones. Así fue como el lunes comenzó sin novedades de ningún tipo, Petrova había rearmado su plan inicial, y con una gran y molestosa piedra en el zapato llamada Gia, decidió continuar. Su objetivo era claro, hacerle daño a la familia Al Saud, y nada ni nadie se lo impediría. Ese día Petrova tendría clases en el doctorado, esperaba llegar a tiempo para mirar a Rose, y ver si podía conversar algo con ella. La tarde llegó y Máximo se enfundó en un exquisito traje azul marino, llegó a la facultad y comenzó a caminar por el interminable p