La mujer de la bestia

1280 Words

Aquella habitación de tonalidades crema y rosadas, estaba tan impecable como si hubiese sido aseada apenas esa mañana. La luz que entraba sin reparo alguno por los ventanales, iluminaba todo aquel espacio de varias habitaciones que lo conformaban. Sin poder soportar mirar aquella pintura que decía Virgine en su marco, camino hacia la hermosa y antigua cama con su precioso dosel de seda aun intacto. Sentándose en ella, puso sentir de nuevo aquel remolino de emociones desconocidas invadiéndola y entonces, hubo un sepulcral silencio, ni siquiera el murmullo curioso y asustado de sus sirvientes, se escuchaba en ese momento.  – Esta habitación no debía ser abierta, para eso es que se usan los candados, para mantener cerrado lo que no debe abrirse – la voz de Belial inundo el silencio y en un m

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