Capítulo 3UNOS diez días antes de la llegada de Alicia a Cambrai, Lord Kiniston se encontraba escribiendo en un bonito salón que daba al jardín cuando se abrió la puerta. Levantó la vista y dijo complacido: −¡Ya regresaste, Willy! ¡Gracias a Dios! El Mayor William Lyon entró en el salón y cerró la puerta tras de sí. Era un hombre alto y bien parecido, con aire de descuido y ojos centelleantes que lo hacían caer bien a cuantos lo conocían. −Sí, ya regresé, Selwyn− dijo−. ¿Ha sucedido algo interesante en mi ausencia? −Nada− respondió Lord Kiniston y, levantándose, fue a situarse delante de la chimenea de mármol, mientras el Mayor Lyon se sentaba en un cómodo sillón. −Eso no me cuesta creerlo− dijo el Mayor−. En cambio, tú si te has perdido muchas cosas en Londres. ¡No creas que me aleg