Mi madre me ayudó a llegar a la habitación, rápidamente entré y me acosté, lo único que se escuchaban eran mis quejidos por llorar.
Mi madre preocupada preguntaba ¿que estaba pasando?, no podía hablar, estaba en shock, por más que lo intentaba simplemente no podía.
Mi madre solo me abrazó, ella era una persona llena de sabiduría y sabía que lo único que podía hacer por el momento era abrazarme.
Me levanté de la cama sin decir nada, me dirigí a la ducha y con todo y ropa me entré a duchar. Solo quería quitarme la suciedad que ese hombre había dejado en mi.
Me encerré en la ducha, no quería decir nada, lo que para mi era una noche perfecta se convirtió en mi peor pesadilla.
Después de un largo rato, salí de la ducha, me cambié de ropa y eché la que tenía antes en la basura.
—¿Hija vas a decirme lo que te pasa? Estoy muy preocupada— Dijo mi madre nerviosa.
—Mamá estoy muriendo en estos momentos por dentro, me duele el corazón— Le dije llorando sin control.
—¿Por que lo dices? Por favor habla claro.
—Cuando salí de la fiesta, estaba buscando un taxi pero no pasaba ninguno, recordé que la estación quedaba cerca, así que empecé a caminar y un hombre se aprovechó, en pocas palabras mamá, abusaron de mi— Finalmente pude hablar.
—No puede ser mi niña, vamos a la comisaría a denunciar a ese mal hombre— Dijo muy preocupada, sentía su dolor.
—Mamá no se quien es, pero de algo estoy segura, era un hombre rico. Mamá perdóname, pero necesito estar sola— Le respondí.
Mi madre sabía que necesitaba quedarme sola para pensar en lo ocurrido y quizás buscar una solución para salir adelante.
Esa noche no pude dormir pensando en aquel terrible momento. Estaba acurrucada en mi cama reviviendo una y otra vez ese momento.
Al día siguiente.
En algún momento de la madrugada me quedé dormida. Brenda entró eufórica a mi habitación y me despertó.
—Tu madre me acaba de decir que un desconocido abusó de ti, ¿Eso es cierto?— Preguntó nerviosa.
Brenda apenas acaba de llegar a casa, aún traía la misma ropa cuando entró a mi habitación.
—Anoche mientras caminaba por un taxi, ese hombre se detuvo y abusó de mi, te juro que intenté gritar pero no pude— Le dije mientras revivía ese recuerdo del día anterior.
—No lo puedo creer, me siento culpable, yo te dejé sola por irme con el chico que me gusta, no es justo, perdóname Fernanda— Contestó muy afligida.
—No tienes la culpa de nada, eres la mejor amiga que el cielo me envió.
—Si yo hubiera estado contigo, quizás nada hubiera pasado— Se responsabilizó.
—No te preocupes Brenda, voy a superar esto.
—¿No sabes quien es? Porque si lo sabes, iremos a denunciarlo ahora mismo— Dijo enojado.
—No se quien es, solo sé que se veía rico, no pude distinguirlo claramente, solo recuerdo que tenía una arruga en su cara, es lo único que se— Respondí.
—Estaría difícil poder saber quien es.
—Si veo su cara, estoy segura que lo reconocería, y te juro Brenda que el día que lo haga, voy a vengarme de él, no le va a quedar más deseos de tomar bebidas, o abusar de mujeres indefensas— Dije llena de rencor.
Brenda me abrazó, ella sabía que realmente estaba pasando por un momento difícil. No voy a detenerme hasta el día en que pueda encontrarme con ese mal hombre.
Unos meses después.
Hoy finalmente llegó el día de mi graduación, Brenda y yo seremos abogadas.
Después de años de un arduo trabajo, finalmente estábamos celebrando este gran día.
A pesar de lo sucedido meses atrás, no he permitido que influya en mi vida cotidiana. Pero jamás voy a olvidar ese momento porque hasta que no llegue ese día, no podré vivir en paz.
Todos los estudiantes recibimos nuestros diplomas. Una nueva etapa finalmente empieza y juro que mi preparación no será en vano.
El día que encuentre a ese hombre, no será capaz de pronunciar una palabra, lo voy a refundir en la cárcel, aunque me cueste pagará todo lo que ha hecho.
Después de la graduación no sentí el deseo de ir a una fiesta a celebrar, al menos no después de lo que había pasado.
—Fernanda vamos a la fiesta, te prometo que no te dejaré sola, es la última vez que estaremos con nuestros compañeros, ya todo el mundo se dispersará— Pidió a gritos.
—No iré Brenda, ve tú por favor, y cuídate mucho, cualquier cosa que necesites, solo llama— Le respondí.
Brenda se fue a la fiesta, mientras que yo me quedé en la casa aburrida.
Mi madre me preparó una cena para celebrar mi logro académico.
—Hija quiero decirte que estoy muy orgullosa de ti, agradezco al cielo por tenerte. Haz logrado tus metas contra todo pronóstico— Dijo mi madre Laura.
—Gracias madre, yo también te agradezco que jamás me hayas dejado mi ahora voy a trabajar duro para que tú no tengas que trabajar— Le respondí.
Después de la cena fui a mi habitación, tomé mi diario y empecé a escribir todo lo que sentía en ese momento.
Despide la edad de 7 años escribo todo lo que me pasa.
Cómo no tenía nada que hacer, me acuesto a dormir. No se que tiempo había pasado, cuando de repente, empecé a soñar con aquella noche oscura, donde marcó la infelicidad de mi vida.
Desperté un poco agitada, me juré q m misma que iba a vengar lo que me había hecho ese mal hombre, no olvidaría esa arruga que tenía en su cara, eso me ayudaría a saber que era el.
El día que lo encontrara era capaz de incluso matarlo, aunque eso significara pasar el resto de mi vida en la cárcel.