[CRUZ]
Tres años atrás: 1 de agosto
Después de más de dos años alejado de mi familia y la ciudad donde me he criado, finalmente he regresado a casa. Hoy es un día especial, no solo es mi regreso de Berlín, sino que también el cumpleaños número 21 de mi hermana, y tal y como ella lo quería habrá una fiesta a todo lo grande —¡Por fin has llegado!— Exclama Ilan para luego saludarme con un abrazo que me hace sonreír.
—Gracias por venir a buscarme, pensé que tendría que tomar un taxi— Bromeo.
—No exageres, es que la casa se está llenando de gente. Papá te dijo que usaras uno de los aviones de la empresa del abuelo, pero tú y tu terquedad— Me regaña.
—Tu abuelo, Olivier no es nada mío— Aclaro y su mirada lo dice todo.
—Ya termina con ese tema, para todos eres de la familia sin importar la sangre— Dice cuándo vamos llegando al coche.
Sé que hemos tenido esta conversación muchísimas veces, pero siempre llegamos al mismo punto, y es que al final del día no hay ningún lazo que me una a todos ellos más que el amor y cariño que Denzel y Alizée han tenido conmigo —Bueno, y cambiando de tema, ¿Qué tan grande es la fiesta?— Indago y me mira haciendo que me hace reír.
—Es una fiesta al estilo Emely, imagínate eso nada más— Responde haciendo que me ría.
—Entonces estará toda la ciudad allí— Señalo y es que desde hace algunos años mi hermanita ha dejado de ser aquella niña que me molestaba para que jugara con ella, y se ha convertido en una modelo de fama internacional que tiene una colección de admiradores por todo el mundo.
—Algo así, así que al llegar entraremos por la puerta trasera de la casa para que puedas ir al cuarto a cambiarte sin problemas— Explica.
—Perfecto, y gracias de nuevo por irme a buscar— Insisto y él tan solo sonríe.
[…]
Después de haber seguido las sugerencias de Ilan y de haberme duchado y cambiado de ropa, busco el regalo que le traje a Emely para después salir del que por muchos años fue mi cuarto. Apenas salgo, mi mirada se encuentra con ella quien sale de su habitación retocándose el labial color vino tinto que lleva puesto —Cruz— Pronuncia mi nombre en lo que parece ser un susurro.
—Feliz cumpleaños Mel— Digo, pero el tiempo pareciera haberse detenido cuando no responde —¿Qué ocurre?— Presiono, pero ella sigue sin pronunciar ni una sola palabra y simplemente camina con prisa pasando por mi lado como si nada. —Mel— Insisto y en un acto inesperado de mi parte, la tomo del brazo haciendo que ella se detenga a mi lado.
—Cruz, suéltame— Me pide con autoridad y me mira firme.
—Feliz cumpleaños— Repito y la miro de pies a cabeza —Te ves increíble— Señalo y es que el vestido de lentejuelas color dorado le queda increíble.
—Gracias, ¿me sueltas? — Cuestiona y sonrió.
—¿Por qué me tratas así? Cada vez que te he llamado en estos últimos años, no me has querido contestar, he tenido que saber de ti por nuestro hermano. Eres mi hermana, ¿Por qué me maltratas de esta manera?— Hablo molesto.
—¡Que no soy tu hermana! ¿no lo entiendes?— Me grita con enfado y mueve su brazo para que la suelte.
—Mel, hablemos ¿sí? Necesito saber que te pasa, te traje esto— Digo mostrándole la pequeña cajita que tengo en mi mano.
—No puedo ahora, mi novio me espera abajo— Dice firme y sin darme tiempo a decir nada más, ella sigue caminando como si nada.
No entiendo que es lo que ocurre, «¿Por qué me trata así?» me cuestiono a mí mismo, y de inmediato sigo sus pasos hasta bajar la escalera. Mientras lo hago puedo escuchar el sonido de la música haciéndose cada vez más fuerte y al llegar a la planta baja, veo como toda la casa se ha transformado en un salón de fiesta con mesas de cocteles, una gran barra, y pista de baile que continua en el exterior. De pronto, mientras que busco a Mel entre la gente, la veo tomándole la mano a un hombre de cabello rubio y ojos grises que inmediatamente pasa su brazo por su cintura y la pega a su cuerpo.
—Hijo, has regresado— Escucho la voz de mi padre y al voltear a verlo allí esta él mirando la misma escena que yo.
—Hola pa, perdón si no te salude, es que con todo esto se ha complicado un poco— Comento y vuelvo a mirar a Mel —¿Y él?— Cuestiono.
—El novio de tu hermana, no lo soporto— Responde y debo hacer un gran esfuerzo por no reírme de su actitud.
—Supongo que es normal, ¿no? Es tu niña— Señalo y por alguna razón resopla.
—Le acaba de pedir matrimonio, y tu hermana dijo que si cuando le dije mil veces que ese chico no me gustaba— Me dice tomándome por absoluta sorpresa.
—¡¿Qué?! ¿Le ha pedido matrimonio? Pero… es que no entiendo, Mel no quería saber nada de todo eso— Expreso confundido.
—No entiendo nada hijo, supongo que después de la fiesta hablare seriamente con ella, pero ¿por ahora porque no vas y te relajas?— Sugiere y supongo que hay muchas cosas de las que me tendré que poner al tanto, pero por ahora lo primero que quiero hacer es ir a saludar a la mujer que ha hecho que mi vida fuese mucho mejor y ahora me mira con la misma ilusión con la que mi madre me hubiese visto si estuviese viva.