Capítulo 38. Por favor, déjame decir esto. Verónica junto con el portero del edificio lo ayudaron a subir en el auto, su nueva secretaria, lo observaba atentamente a través del espejo retrovisor, impresionada por la energía y la fuerza que había mostrado su jefe al momento de subir al auto, incluso desde ahí irradiaba un poder increíble. Su amiga le había escrito en el mensaje que su jefe podría estar cansado y adolorido, incluso quizás hasta algo desanimado. Sin embargo, el CEO no mostraba ninguno de los síntomas que su amiga le mencionó. -- ¿Le ocurre algo señorita Verónica? – le pregunta Max al notar que es observado por ella y al mirarla por el mismo espejo, logra ver el rostro pensativo de su nueva secretaria, él se encontraba sentado en el asiento de trasero del auto. Había decidid