ADELINE
Sentí como sus labios besaron la punta de mi nariz, abrí un ojo con dificultad.
Estaba sentado a un lado de la cama acariciándome la cabeza.
-Buenos días Mademoiselle- me sonrío.
Parpadee varias veces antes de fijar la vista en la grandiosa suite.
Estábamos en París, y todo era real.
- ¿Lista para el desayuno? - se levantó y yo me incorporé en la cama.
Mis ojos se abrieron y mi mandíbula tocó el piso.
Malek estaba increíblemente vestido de forma muy relajada.
Su cabello aún húmedo post ducha lo hacía ver como el chico rebelde de la película.
Vestía con justicia una chaqueta de cuero negra con un capuchón de algodón gris añadido, debajo de la chaqueta llevaba una polera negra de un grupo de rock.
Wooow dijo mi Ady interna, mientras rebuscaba en su colección de heavy metal
