When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
Fecha: 20 de septiembre del 2014 Habían pasado solo unas semanas, unas pocas nada más, aun así no podía ver a Andrew a la cara. Durante tantos años me plantee los escenarios de mi vida, pero desde que lo conocí, desde que me enamore de él; en todos los posibles escenarios en los cuales había proyectado mi vida estaba él presente. Mi futuro ya estaba metódicamente planeado en mi cabeza, dónde él estaba no solo presente, sino que formaba una parte vital del mismo, algo así como un pilar en mi propia casa, que yo creí era de concreto y resultó ser de naipes. No habíamos hablado del tema, no queríamos discutir del tema, dormíamos uno al lado del otro por no sentir nuestra ausencia, pero siempre de espaldas solo por nuestra incapacidad de estar solos, o más bien, de estar el uno sin