Rumbo al hospital

1247 Words
CHARLENE Meses después...  Luisa nos enseñó a cocinar a Holly y a mi, en nuestros ratos libres, por lo regular cuando había más afluencia de comensales era por la mañana, por la tarde era más tranquilo y podía pasar tiempo con James. Una tarde Luisa se sintió mal, tuvimos que cerrar y llevarla al hospital, el doctor que la atendió parecía conocerla ya que de inmediato la trató, le recetó algunas vitaminas y nos dijo que sólo era por falta descanso, no se, pero había algo raro, la mirada que se dieron entre los dos, pero no quise preguntar más para no incomodar, se quedaría a pasar la noche ahí, por si tenía alguna recaída, Holly y yo nos tuvimos que ir porque por la mañana tendríamos que ir, además Luisa nos aseguró que nos estaría esperando por la mañana, que no iría a ningún lado. - ¿Crees que este diciendo la verdad? – le pregunté a Holly, al parecer ella había visto lo mismo que yo. - No lo sé, viste la mirada que se dieron el doctor y ella, ¿crees que sea nuestra imaginación?, la verdad nunca la había visto así, en todo este tiempo que llevamos con ella. - Lo sé, yo tampoco la había visto así, tal vez tienes razón y solo nos estemos imaginando cosas pero… - Mami… ¿y la bela? … - James llamaba abuela a Luisa y a Holly tita. - Se quedará esta noche aquí mi amor, pero no te preocupes, vendremos mañana por ella, ¿te parece? - Shi, ¿me puedo quedar a dormir con ella? – eso nos hizo reír a Holly y a mi. - No puedes cariño, la abuela tiene que descansar – parecía triste - para que mañana esté más fuerte y pueda jugar contigo – al decirle esto último sonrió. James era un niño muy encantador, casi no lloraba y no era para nada travieso, eso sí, era muy inteligente, aunque Luisa y Holly no tenían nada que ver con nosotros, se que el las amaba tanto o más que yo. Luisa tiene un corazón de oro, me a ayudado tanto, me dio un trabajo, me dio un techo donde vivir, ama a mi hijo como si de verdad fuera su nieto, a Holly y a mi nos trata como si fuéramos sus hijas, es por eso que nos preocupamos cuando se desmayo, tenemos que regresarle aunque sea un poco de lo que ella nos a dado. Mañana sería un día pesado, tendríamos que hacer las compras, Luisa nos dijo que los ingredientes frescos siempre serán lo mejor para preparar las comidas, así que nos tendríamos que levantar temprano para comprar lo mejor, Luisa compraba en un mercado local, así que ahí iríamos, regresando comenzaríamos a preparar lo que nos había enseñado, solo esperábamos que nos saliera tan rico como el de ella. La mañana siguiente estábamos a punto de abrir, cuando recibimos una llamada del doctor, por un momento llegamos a pensar que sería una mala noticia, pero nos dijo que por la tarde le daría el alta y podíamos ve ir por ella, le agradecí, y le dije a Holly. Estábamos muy entusiasmadas ya que sería la primera vez que lo haríamos todo solas, abrimos la puerta y el lugar comenzó a llenarse con los clientes frecuentes, muchos nos felicitaron porque decían que aunque era la misma receta, sabía diferente pero sabía muy bien, prometieron regresar al siguiente día y recomendarnos también. Más tarde fuimos por Luisa al hospital, en cuanto llegamos, James corrió para abrazarla, en cuanto Holly y yo llegamos a su lado, la observamos, pero decidimos preguntar estando en casa. - ¿Cómo les fue este día? - Fue un poco cansado, pero… tuvimos más comensales de lo habitual. - ¿En serio? – preguntó sorprendida. - Si – afirme – parece que tenemos una buena maestra, ¿no es así Holly?, algunos comensales habituales nos dijeron que nos recomendarían y que regresarían al siguiente día – comenzó a reír de alegría. - ¡Oh! Eso es estupendo, veo que hice bien en enseñarles a cocinar mis recetas. - Tenemos una maestra estupenda – dijo Holly. Un momento después entró el doctor, nos explicó los cuidados que debíamos tener, la medicina que se tenía que tomar y nos dijo que todo estaría bien siempre y cuando no dejara de tomar su medicamento y sobre todo descansar. - ¿Ya no puede jugal conmigo mi bela? – todos comenzamos a reír. - Por supuesto que lo seguiré haciendo cariño – dijo Luisa - ¿verdad doctor? – se agachó a la altura de James y le habló. - Claro que puede seguir jugando contigo pequeño. - Gashas. - De nada – el doctor sonrió y salió. Salimos de ahí, como aún no teníamos auto, tomamos un taxi, antes hicimos una pequeña parada en la farmacia, llegamos a casa y llevamos a Luisa a su habitación para que pudiera descansar, James se durmió durante el camino así que también lo lleve a mi habitación. - Holly… creo que es hora, solo espero que no nos vaya a mentir. - Si, es bueno hablar mientras James aún duerme – asentí con la cabeza y fuimos con Luisa, había llegado la hora de hablar seriamente, tocamos a la puerta, nos dijo que entraramos, nos sentamos a lado de ella. - ¿Cómo te sientes Luisa? – preguntó Holly. - De maravilla, nunca me he sentido mejor – dijo con una sonrisa. - ¿Estas segura? – pregunté – por qué cuando el doctor llegó, tú y él se miraron como si escondieran algo. - Solo son cosas tuyas – dijo sonriendo nuevamente – creo que por ahora no podre seguir cocinando y… - Ni lo digas, yo junto a Holly nos haremos cargo de eso, así que no tienes que preocuparte por nada, tu solo descansa, ¿de acuerdo?, es lo único en lo que tienes que poner todo tu empeño, aun te necesitamos y sabes que James también lo hace, debes de estar fuerte para el, pensé en llevarlo a una… - ¡Oh no! Eso sí que no – dijo alzando la voz – estoy solo un poco cansada y vieja, más no paralítica, yo puedo seguir cuidando de él perfectamente, además el es un niño muy listo y no me dará problemas. - Esta bien, pero si veo que te estas esforzando de mas, no dudaré en hacerlo. - No lo hará, ya lo veras, yo se como entretener a ese pequeño listillo – las tres reímos. Después de hablar un rato mas, nos fuimos a descansar, seguro mañana sería un día aún mas pesado, pero estaba segura que disfrutaría del desafío, ahora más que nunca pondría todo mi empeño en sacar el restaurante adelante, y junto a Holly se que lo lograríamos, juntas hacemos un equipo estupendo. Me fui a dormir pensado en todas las recetas que nos había enseñado Luisa, además de que también hacía falta que nos enseñará más y perfeccionar otras cuantas, se que Holly prefería estar atendiendo mesas que en la cocina, así que yo me encargaría de preparar todo, aunque creo que nos harían falta manos, no podríamos hacer todo solo nosotras dos, necesitábamos as personal, creo que tendría que hablarlo con Luisa por la mañana, aunque sea a una persona más, estoy segura que me daría el visto bueno, abrace a mi bebé y enseguida me quede dormida.
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