Al día siguiente entró bailando de gozo en su habitación llevando una carta en la mano. —Elizabeth se comprometió y se casarán en tres semanas — anunció. —Parece usted complacida— dijo el Conde. —Elizabeth está muy contenta. Dice que Edward Charlton es tan generoso que le regaló un anillo de compromiso con un zafiro y un prendedor con las mismas piedras preciosas. —¿Formará usted parte del cortejo de boda? Priscilla se puso triste. —No— contestó—. ¡Qué lástima! Elizabeth dice que se casará en una pequeña parroquia en el pueblo de Edward y que no habrá ceremonia. Suspiró antes de proseguir: —Creí que se casaría aquí, pero como ella no tiene los mismos vínculos que yo con Little Sttanton, quizá sea más conveniente que se case en la parroquia de Edward. —¿De dónde proviene su familia