Nathaly Rodríguez. El invierno blanco nos recibió, sonreí y volteé a mirar a Christer a mi lado, se miraba ilusionada, feliz, su rostro se notaba emocionalmente iluminado aunque no sonriera, sus ojos era las ventanas indicadas para conocer lo regocijada que estaba su alma al mirarse a punto de dar un paso al aire libre. —¿Preparada? —pregunté y ella no me miró, pero no tardó en asentir una sola vez. Ella fue la primera en dar un paso hacia adelante y me adelantó en tres. Entonces caminé tras ella, sintiendo mis botas hundirse en la nieve. Los minutos trascurrieron, no había briza, pero sí caían motitas y el sol no se miraba, Christer tenía ante esto un comportamiento casi infantil, pero lo importante es su positivismo en ese momento, estaba distraída, sintiendo la libertad seguramente