-¿Quieres que te haga algo de cenar?, con Emilio así no me dio tiempo de cocinar - Erick pone los ojos en blanco cosa que no pasa desapercibida para ella.
-Eso es por que no haz aceptado contratar una empleada y una niñera - resopla - por eso nunca tienes tiempo para mi, estoy harto de esa situación... - le da la espalda - busca la casa en la capital y nos pasamos lo antes posible, este lugar me asfixia.
-Erick no seas así... - intenta ser comprensiva - Por dios eres lo mas importante para mi, si me he equivocado pero quiero enmendarlo quiero consentirte mimarte, demostrarte que tu y los niños son todo en mi vida.
-Por ser ese todo te ha valido que hallan mujeres tras de mi, Mary no soy ciego y me doy cuenta que sabes claramente de lo que hablo pero nunca te ha importado - siente temblar al escuchar lo que se negaba a reconocer.
-¿Erick que quieres de mi? no te entiendo nada - intenta mantener la compostura - vamos cuando nos casamos teníamos el mismo propósito y ahora te disgusta que me preocupe por ellos.
-No es eso, tengo que viajar el fin de semana y no se cuando vuelvo - cambia el tema ahora la disgustada es ella - tienes el tiempo que me demoro en volver para mirar la casa en la capital.
-Erick se supone que vamos a ir todos, como es eso que prefieres irte a estar con nosotros - le riñe - te quejas porque no compartimos pero planeas irte.
-Esto no se trata de ti, se trata de que debo trabajar y se puede llevar tiempo - se arremanga la camisa - mi madre vendrá para ayudarte en lo que necesites.
-¿Es así como solucionas las cosas? - resopla - mandándome a tu madre y haciéndome sentir que no puedo ni siquiera con mis propios hijos - se altera - ya que tienes todo solucionado veo que no puedo decir nada, entonces no te enojes porque voy a recibir la ayuda de Ángel para re ubicarme laboralmente... - él la mira asombrado.
-Si es lo que quieres hacer entonces no tengo nada que decirte.
-Erick - grita frustrada mientras le mira irse - Erick...
-¿Mami que paso? - aparece Maya.
-Nada cariño, voy a hacer la cena.
Erick en su despacho juguetea con las figuras del ajedrez, observa una de las pinturas que le regalo Mary cuando cumplieron su primer aniversario de bodas, furioso prende su celular y efectivamente hay muchas llamadas de su esposa, inmediatamente recibe una nueva.
Llamada:
-Hola Erick como estas? - le habla en tono sensual - estaba preocupada por como estabas.
-Estoy bien - contesta sirviendo un vaso de whisky - si aún esta en pie tu propuesta me encantaría quedarme en tu apartamento - escucha un risa que le parece ¿encantadora? - solo déjame hablar con la secretaria para cancelar la reserva del hotel.
-No te preocupes yo lo puedo hacer, sabes estoy ansiosa por compartir esos momentos contigo - le coquetea - solo dime que tipo de comida te gusta y yo te daré ese gusto... Cuando estemos en casa - Ese tono le molesta un poco.
-No es necesario, podemos contratar una empleada o salir a comer en las noches - susurra.
-Eres tan atento, tan amoroso - él sonríe - no puedo esperar para complacerte.
-Si como sea, hablamos luego.
Fin Llamada.
-Papá - entra la pequeña - ¿nos lees un cuento a Emilio y a mi? - le sonríe jugueteando con su peluche.
-Claro que si, vamos pequeña - se levanta para ir con ella a la habitación del menor, se sorprende al encontrarlo tan débil.
-Papi - eso logra derretirlo haciéndolo sentir mal por lo que esta hacer - Me lele - le muestra el cuerpo.
-Todo va a estar bien - le acaricia la cabeza.
Erick mima a sus hijos, juega con ellos y les lee un cuento, finalmente queda dormido mientras sus hijos juguetean sobre él. Mary aun disgustada sube para avisarle a los niños que la cena esta lista, se encuentra una escena que no ve hace años le indica a los niños que bajen con cuidado mientras ella despierta a su esposo, se acerca y puede ver el ceño fruncido pone su dedo en ese lugar y con ayuda de sus yemas los pasea por su rostro, traga saliva pues ve que su camisa esta un poco abierta.
-Mi amor - susurra - mi amor, despierta - él se remueve escuchando su dulce voz - amor hice tu cena favorita - le da dulces por todo el rostro - cielo los niños nos están esperando.
-¿Que sucede? - se levanta.
-Vamos a comer, sabes estaba pensando en que como viene tu madre - lo toma del brazo - yo puedo acompañarte a ese viaje - él se queda sin expresión - quiero estar contigo, necesitamos tiempo para nosotros...
-¿Y los niños? - intenta que cambie de la idea.
-Amor no por irme contigo dejo de ser buena madre, además no son tan pequeños y adoran a tu madre... anda no seas así, sirve que tenemos un tiempo para nosotros - le sonríe - ¿a donde vamos a ir?.
-Mary no tienes que hacer esto, se cuanto te molesta dejarlos por eso nunca me acompañas a los viajes - resopla.
-Pero puedo cambiar, contesta - pasea sus manos por la amplia espalda masculina.
-New York - traga saliva - no es necesario que vengas conmigo - gruñe y Mary toca su trasero - yo puedo...
-Shhh - pasa un dedo sobre sus labios - No digas nada - le habla en tono bajo - si lo es, quiero hacer el amor contigo - sus mejillas se encienden - en uno de esos grandes rascacielos - el adora ver cómo se insinúa pero prefiere no hacérselo saber - perfecto entonces déjame encargarme de la reserva... - susurra paseando la mano por su brazo - Sabes - humedece sus labios - hay algo que me gustaría que hiciéramos pero es mejor intentarlo allá, para no preocuparnos de los niños - se voltea quedando frente a frente - Llamare a tu secretaria. Para que me ayude con todo lo referente al viaje - rodea su cuello con los brazos - Estoy deseando estar juntos en ese viaje - lo besa.
Él se sorprende y adora ver cómo lo seduce aún con cierto recelo admite para sí mismo que le encanta tenerla así, deja que esta vez sea ella quien lleve el ritmo del beso, es pausado pero con gran necesidad siente como succiona su labio inferior lo jala un poco y con sus dientes lo muerde se entrega a él dejándose invadir por la lengua femenina. La abraza, pasea sus manos por la espalda de su amada esposa, se aparta lentamente abriendo los ojos con una gran sonrisa.
-Así digas lo contrario la única verdad es que te amo - susurra dándole pequeños besos.
Los niños les miran encantados por tal muestra de afecto entre los mayores, Mary que es tan dulce como su madre sonríe evitando que Emilio corra a ellos.