En la suite presidencial, la ropa estaba regada por el suelo de la habitación. Un hombre y una mujer se acariciaban y besaban con genuina desesperación. Enredados en la cama, algunas velas aromáticas los iluminaban débilmente. Sus sombras proyectadas en las paredes parecían gemir de placer también. "Te amo, te amo..." "huuummmm..." "Te amo..." "aaahhh...." La pareja se comía a besos, sus jadeos y gemidos se quedaban en sus bocas. Otras veces se escuchaban claramente excitando a la pareja al escucharlos tan nitidamente. Parecía que ambos hubieran estado hambrientos por meses y ahora podían saciar su hambre atrasada. Toda la madrugada hicieron el amor. Exploraron cada centímetro, rincón y recoveco de sus cuerpos con sus manos. Sus bocas se deslizaron por la piel del amante traza