Narra Emma
A la mañana siguiente, cuando me despierto, me lleva un minuto darme cuenta de dónde estoy, porque estoy acostumbrada a las paredes de color azul cielo de la habitación en la que he estado viviendo durante las últimas semanas. Definitivamente no estoy acostumbrada al verde intenso de aquí.
O la madera pesada de la cama grande.
O el hombre tendido desnudo a mi lado.
Pero entonces todo lo de anoche vuelve a mí y miro hacia abajo y veo mi cuerpo obviamente embarazado, que también está tendido desnudo en la cama.
Me levanto rápidamente y empiezo a buscar mi ropa, pero Christopher gruñe y me alcanza, estirando el brazo para acercarme. No puedo evitar la leve sonrisa que se extiende por mi rostro, aunque me siento un poco avergonzada de que me vea así.
Pero estoy embarazada de él, ¿no? ¿No debería estar bien que yo esté embarazada? Además, anoche no parecía tener ningún problema con mi cuerpo. ¿Por qué debería ser diferente esta mañana?
Si la mirada en sus ojos cuando finalmente los abre es una indicación... no lo es.
Todavía hay calor allí. Pasión. Y algo más que no entiendo bien.
Él se inclina hacia delante, una mano detrás de mi cabeza para poder atraer mis labios hacia los suyos y puedo sentir que me derrito bajo su sensación, con un gemido saliendo de mi boca.
—Pensé que ya no estabas interesadoa en mí —bromeé y él prácticamente me gruñó.
—Definitivamente todavía estoy interesado en ti, nena. Y te mostraré cuánto—está acercando mi cuerpo aún más al suyo cuando se oye un fuerte trueno.
Ni siquiera había notado el sonido de la lluvia hasta que ese sonido sacudió toda la casa y la lámpara al lado de la cama se apagó.
A los dos nos toma un momento reaccionar. Al menos, supongo que a él le toma un momento porque está tan oscuro que no puedo ver nada. Solo puedo sentir su aliento en mi cara, su mano en la nuca y su peso en la cama a mi lado.
Luego se oye una maldición y siento que la cama se mueve y su mano se mueve mientras se pone de pie.
—Voy a ver cómo están las cosas— me dice y oigo un crujido mientras se mueve, probablemente en busca de unos pantalones, y camina hacia la puerta—.Hay una linterna en la mesita de noche—es casi una ocurrencia de último momento lo que me dice, pero agradecida busco en el cajón y saco una linterna bastante pesada que parece más la que llevaría un cazador que un multimillonario. Aun así, es grande, es brillante y las pilas funcionan.
Puedo iluminar la habitación y encontrar mi ropa, que me pongo rápidamente antes de bajar con cuidado las escaleras hasta la sala de estar—¿Qué estás haciendo?—la voz aguda de Christopher a mi lado casi me hace saltar de mi piel y rápidamente enciendo la linterna en sudirección —.Oye —levanta una mano para bloquear la luz de sus ojos y yo la bajo, tratando de recuperar el aliento.
—Me asustaste —le advertí y él frunció el ceño ligeramente en la penumbra.
—No deberías bajar las escaleras sola sin luces en la casa.
—Lo logré sin problemas. Esta linterna es muy brillante.
—No es seguro. No quiero que te pase nada
Sus palabras hacen que mi corazón se encoja un poco y tengo que sacudirme mentalmente. Él sólo está diciendo eso por el bebé.
Aunque estoy segura de que incluso una mujer no embarazada que se cayera por las escaleras probablemente sería un problema. Así que tal vez se deba en parte al bebé y en parte a una posible demanda. Al menos, eso es lo que le insisto a mi corazón acelerado que intenta decirme que había una preocupación real en su voz, por mí.
—¿Qué pasa? —pregunto en lugar de responder y él frunce el ceño nuevamente.
—No hay electricidad. Voy a hacer un par de llamadas para ver si es un problema local. Si es así, podré restablecer la electricidad lo suficientemente rápido—parece estar seguro de ello y me pregunto cuántos funcionarios municipales están en su nómina o al menos dispuestos a recibir sobornos para ponerlo en la parte superior de la lista. Lamentablemente, cuando vuelve de hacer sus llamadas, lo hace con otra mirada de enojo. Así que claramente no se trata de algo local. Y lo confirma cuando sacude la cabeza—.Es toda la ciudad. El club también se quedó sin electricidad. Le dije a Ethan que comenzara a hacer llamadas a todos. Vamos a estar cerrados por un par de días.
—¿No tienes generador?—pregunto, sorprendida de que con todo su dinero no esté preparada para algo así.
—Hay un generador, pero no va a dar energía a todo. Y con esta tormenta, no solo todos tendrán problemas para llegar a casa. Nosotros no vamos a recibir nuestro pedido y es probable que nos quedemos sin clientes. Es más fácil cerrarlo por ahora—asiento, aunque estoy pensando en las horas que voy a perder si cerramos durante más de un día—.El club está cerrado hasta nuevo aviso. La ciudad no estaba seguro de cuánto tiempo llevaría volver a ponerlo en funcionamiento. Han sacado a todo el personal, pero hay colas caídas por todas partes. Todos reciben su salario hasta que volvamos a abrir.
Es una oferta generosa y me sorprende que la esté haciendo. No es que haya pensado que fuera cruel o frío, pero me parece un poco más generoso de lo que esperaría de cualquier empleador.
—Gracias —le digo, aunque mi mente sigue dando vueltas pensando en Leyla y mamá. ¿Leyla tiene alguna cita próximamente? No me acuerdo. Espero que no haya nada que se vaya a cancelar. Y espero que tengan todo lo que necesiten durante la tormenta. No suelen comprar mucho con antelación porque no hay dinero, pero les di algo la semana pasada, así que espero que ahora haya suficiente en la casa.
—¿Emma?
—¿Mmm? ¿Qué? —levanto la vista y me doy cuenta de que Christopher me está mirando con una expresión curiosa en su rostro.
—¿Estás bien?
—Sí, está bien —respondo rápidamente, pero entrecierra los ojos y me doy cuenta de que no me cree—¿No tienes un generador aquí?
—Tengo energía limitada —responde y, aunque me mira de nuevo durante un buen rato, se da la vuelta y se aleja. Las luces de la sala de estar se encienden mientras él no está y supongo que también se encienden otras áreas de la casa que no puedo ver desde aquí—. Vamos —me hace un gesto para que lo siga hasta la sala de estar y yo avanzo lentamente. ¿Qué vamos a hacer ahora?
Si quisiera sexo volveríamos al dormitorio, ¿no? Entonces, ¿qué quiere conmigo aquí? Normalmente cuando estamos en la sala de estar o habitación juntos es solo porque así es como terminan las cosas, no porque lo hayamos planeado de esa manera. Pero hoy...
Se deja caer hacia atrás en una silla y yo me dirijo lentamente hacia el sofá, preguntándome si habrá algo más. Pero al principio no dice nada; simplemente se queda sentado allí.
—Entonces, ¿qué haces normalmente cuando se va la luz? —pregunto y él me mira con ironía.
—Llamar a la ciudad y vienen a solucionarlo inmediatamente.
—Pero ni siquiera tú eres lo suficientemente poderoso como para tener prioridad ahora —le respondo y él se ríe levemente.
—Aparentemente no. Por alguna razón, parecen pensar que la planta de agua, las plantas de tratamiento y el alcalde tienen un rango superior al mío—no puedo evitar reírme de eso y parece que desaparece cualquier tensión que pudiera haber sentido en ese momento. Este sigue siendo Christopher. Incluso con lo que sea que esté sucediendo a nuestro alrededor y lo que sea que pueda estar sintiendo (y aún estoy tratando de convencerme de que no lo estoy sintiendo), todo sigue igual—¿Cómo va todo?— me pregunta y ahora me toca a mí mirarlo confundida—.El bebé. Tus citas. ¿Cómo te has sentido?
—Bueno, todo va bien. El bebé está bien. Yo estoy bien—siento que digo demasiado la palabra “bien”, pero no sé qué más decir.
Él asiente y mira hacia otro lado por un minuto y luego se da vuelta.
—¿Has comenzado a hacer planes?
—¿Para qué?
—La habitación del bebé. La habitación contigua a la tuya será la habitación de los niños. A menos que quieras que el bebé esté contigo en la habitación, claro. Puedes decorarla como quieras.
Me sorprende. No lo había pensado mucho, pero tiene sentido.
—Sí… bueno, creo que probablemente estará en la habitación conmigo por un tiempo y luego… necesitarán una habitación. Pero tal vez espere para averiguar primero de qué se trata.
—¿Vas a averiguarlo?—parece interesado. Realmente interesado y puedo sentir que mi corazón se derrite un poco más.
—Creo que sí. Quiero estar preparada. Lo más preparada que pueda.
—Bien. ¿Y tienes todo lo que necesitas?
—Estoy bastante segura de que tengo más de lo que necesito —respondo riendo y él me sonríe. Una sonrisa que, sin duda, me está afectando el corazón una vez más. ¿Qué me pasa últimamente? No pasa nada con Christopher. En realidad, no.
Él sólo está interesado por el asunto del heredero, ¿verdad?
—Quiero asegurarme de que ambos estén bien cuidados y de que sean felices aquí.
Feliz. ¿Soy feliz aquí? Hay silencio de nuevo y esta vez siento que es mi turno de hacer una pregunta.
—¿Cómo entraste en este negocio? —pregunto finalmente, sintiéndome de alguna manera envalentonada por la tenue luz.
Hace una pausa y me pregunto si va a responder. Me pregunto si va a pensar que estoy cruzando algún tipo de límite al hacer preguntas personales.
—Había un grupo de nosotros que quería entrar en el negocio. Así que lo montamos—se encoge de hombros como si no fuera gran cosa. Como si la gente creara empresas todo el tiempo solo porque les da la gana.
Pero he visto la casa de sus padres. El dinero no era un problema cuando estos tipos empezaron.
—¿Y ahora? ¿Estan todos juntos en esto?
—Ethan y yo somos los socios originales que aún quedan. Uno de los otros muchachos sigue siendo un socio silencioso. Nunca vendió, pero no asume un papel activo en nada. El resto de los muchachos son solo parte del equipo, pero no son dueños del lugar.
—Ustedes parecen cercanos.
—Relativamente cercanos, sí— coincide encogiéndose de hombros. Sé que todo el equipo es cercano, pero es con Ethan con quien tiene una relación más estrecha y ahora eso tiene sentido. Empezaron esto juntos.
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