Capítulo 1
Narra Christopher
¿Quién es ella? Me quedo mirando dos veces cuando veo a una mujer que se abre paso entre la multitud, con una bandeja de servir en equilibrio sobre una mano y sus caderas balanceándose de manera tentadora mientras se mueve.
—¡Ethan! —grito en voz alta, y él se apresura a venir desde la puerta de al lado.
—¿Qué necesitas?
—Esa chica, ¿quién es?
Ethan no tarda mucho en determinar de qué chica estoy hablando y una lenta sonrisa se extiende por su rostro.
—Emma Rodriguez.
La nueva contratada. Es una belleza, ¿no?
—¿Cuánto tiempo lleva aquí? Porque ciertamente nunca la había visto antes.
—Una semana… no, dos semanas— responde—.Y definitivamente ha sido un éxito.
Me lo puedo imaginar. La forma en que ese cuerpo maravilloso se vierte prácticamente en el uniforme de camarera de cócteles es... bueno, es el sueño de todo hombre. Sin duda, el mío.
—Envíamela —ordeno, y Ethan me levanta una ceja.
—¿Qué vas a hacer?
—Es jodidamente hermosa… Necesito verla más de cerca.
Ethan sonríe levemente y sacude la cabeza, pero vuelve a salir por la puerta y baja las escaleras para buscarla. Porque definitivamente no voy a perder esta oportunidad. No con una mujer tan deslumbrante como ella.
Cuando ella entra a mi oficina y veo de cerca esas piernas… esos labios… ciertamente no estoy decepcionado.
—Emma, ¿no? —digo con suavidad, y ella me da una sonrisa nerviosa y asiente, acercándose al escritorio como si no estuviera segura de lo que sucederá a continuación. Y probablemente no lo esté. No es algo que deba hacer, pero eso no me detendrá cuando tenga la oportunidad de estar con alguien así.
***
Poco a poco, me alejo de ella después de tener sexo y respiro profundamente para calmar mi corazón acelerado. Ella se pone de pie y se gira para mirarme, con las mejillas sonrojadas mientras me mira a la cara, a la habitación y de nuevo a mí.
—Yo… señor Warren.
—Creo que ya hemos superado ese punto, ¿no crees, Emma? —respondo y no puedo evitar sonreír con satisfacción mientras tomo mi ropa.
—Esto no es... Yo nunca... —está nerviosa. Avergonzada. Nerviosa. Ansiosa. Una gran cantidad de emociones se reflejan en su rostro. Pero todas ellas se combinan para hacerla sentir incómoda.
—No seas tímida, conmigo no.
De nuevo se sonroja y mira hacia otro lado, agarrando el vestidito que usan todas nuestras camareras de cócteles. Mientras se lo vuelve a poner, me agacho y recojo las sexys bragas de encaje que todavía están tiradas en el suelo.
—Oh, yo... gracias —murmura, quitándoselos y poniéndoselos debajo de la falda. Rápidamente se pasa las manos por el pelo, sin duda intentando que se vea al menos un poco más presentable. Aunque todavía será obvio que algo pasó aquí arriba. Especialmente si no puede quitarse ese rojo de la cara.
—Ah, cariño, no tienes por qué sentirte avergonzada. Aquí todos somos adultos.
—Gracias —me guiña un ojo mientras camina hacia la puerta y yo niego con la cabeza y me vuelvo a poner la camiseta.
Quiero decirle que ya ha pasado antes, pero sé que sonará grosero y estoy seguro de que no se sentirá mejor al saber que definitivamente no es la primera chica que he traído aquí. Pero sin duda es una de las mejores.
—Entonces, ¿fue una reunión productiva? —pregunta Ethan, entrando en mi oficina unos minutos después.
Sonrío.
—No tienes idea.
Él observa a través del cristal cómo ella regresa al suelo, cepillándose el cabello con timidez varias veces antes de tomar su bandeja y comenzar a repartir bebidas.
Hay algunas miradas de soslayo en su dirección y sé que al menos algunos de nuestros clientes habituales se preguntan qué podría haber sucedido. Pero nadie le dice nada, ni siquiera las otras camareras que sirven cócteles que seguramente saben lo que sucedió.
Tengo cierta reputación entre ellas, pero no es algo de lo que me avergüence. Al menos ahora la he tenido y ya está. Aunque hay algo en ella... Me pregunto si esta asombrosa criatura podría tener algo más que ofrecer. Porque sé que mi cuerpo está interesado en descubrirlo.
—Bueno, si ya terminaste con tu aventura, tenemos otras cosas que discutir.
Hablamos sobre la fiesta. Todo el mundo quiere estar presente. Con las bebidas fluyendo y la música saliendo del edificio hasta después de las 2:00 a. m., todo el mundo querrá estar aquí. Y vamos a tener a todos manos a la obra.
Miro de nuevo el cristal y veo a Emma caminando por la habitación, luciendo más segura y cómoda ahora. Estará en la fiesta y no puedo esperar a ver cómo se verá con el disfraz especial que hemos seleccionado.
Ella es hermosa con su uniforme ajustado y pequeño. Pero los disfraces de este año son minifaldas en los colores tradicionales morado, amarillo y verde, y llenas de lentejuelas. Harán resaltar sus piernas a la perfección. Y las blusas cortas con escotes pronunciados en los lugares adecuados harán que se vea casi todo. Sí, esta será una fiesta excelente.