El mismo día New York Adamis Como argumentó Ellis no podía dejarme derrotar, todo lo contrario, más que nunca debía continuar adelante por Derek, sin importar ser crucificada por el imbécil de su hermano, pues de una forma indirecta era parte esencial en su lucha de su enfermedad. A todo esto, volví a la fiesta con mi mejor cara como si nada me hubiera afectado, al extremo de charlar con mis primas para despejar mi mente, inclusive conocí unos cuantos detalles de la última conquista de Desirée, como siempre haciéndonos sonrojar a todas por sus comentarios, tanto que tuve que frenarla. –¡Basta Desirée! Porque estás corrompiendo con tus comentarios a Jessica, recuerda que es menor de edad ¿Quieres llevarla por el mal camino? –exclamé y me dio una mirada de reproche. –Por favor