Capítulo Cuatro - Tranquilidad Frustrada.

1600 Words
Capítulo Cuatro - Tranquilidad Frustrada.  Marzo 21 del 2021 Samara Rusia.  Caeli Mancini D' Lombardi.  Como ya dije yo prefiero quedarme encerrada en una habitación en lugar de tener que convivir con este hombre. Además de que me parece sospechoso, según sus propias palabras, no necesita de nadie. Sin embargo varias veces he escuchado la voz de una mujer. Pero no le he tomado importancia. Sinceramente si se enamora de otra mujer sería mejor para mí. Y sí puede que suene cruel porque no le desearía a nadie pasar por lo que me ha obligado a vivir Yakov. Pero, ¿no estaría ella consciente en lo que se está metiendo? Si alguien hace algo bajo su propia voluntad, creo que también pasaría a ser responsable por lo que le pase en un futuro. Pero aun así, no quisiera que nadie lo viviera.  No sé porqué sigo aquí, de pie y a su lado, cuando mi lugar no debería ser este. Yo debería estar con mi verdadero esposo, con el padre de mi hija, no con este demente. Algunas de las acciones de Adrik las excuse porque sé el problema mental de la cual padecía el desquiciado de su difunto padre. Pero aunque quisiera justificar el comportamiento de Yakov Ivanov, no podría hacerlo, ya que no existe ni siquiera un argumento con que poder hacerlo.  Pero como decía. Estoy en su despacho parada a su lado, mientras él está sentado hablando con dos hombres a los cuales no conozco, pero no me agrada para nada su manera de mirarme. Por lo que constantemente he intentado hacer que Yakov me suelte para poder salir de esa habitación pero no sé si no ha notado la manera en la que estos tipos me miran o si solo está actuando para que no sospechen.  Pero a mí lo que mi importa es mi comodidad y aquí no la tengo. Solo me siento vigilada constantemente. -No se preocupe señor Ivanov, el bar estaría listo pronto, le aseguro, tan pronto como se habrá será un éxito. Como siempre es usted un magnífico inversionista y planificador -halaga uno de ellos, mientras él otro solo me mira de pies a cabeza.  -Tal y como dice mi acompañante, señor Ivanov. Será la inversión perfecta. Cabe recalcar que tanto los hombres como mujeres que servirán en aquel lugar lo hacen bajo su propia voluntad, nadie está siendo obligado a nada -miro a Yakov, se ve realmente concentrado, por lo que solo asiente.  -Me parece muy bien -me mira, yo solo me mantengo cubriendo mi vientre. Y sí aunque es notable que estoy esperando un hijo, estos hombres aun así parecen estar interesados en mi o mejor dicho en mi cuerpo. Yakov se levanta, pasando su mano por la parte trasera de mi cintura y apretandome posesiva y protectoramente hacia él.  -Fue un gusto hacer negocios con usted. Ahora nuestra propiedad servirá para mucho más estando a su cargo -señalan ambos.  -Por supuesto que sí, señor y sería mejor si respetaran a mi mujer -me señala.  - ¿A qué se refiere, señor? -sin esperarlo Yakov me suelta me coloca detrás de él -, señor si hicimos algo que no le gustó a la señora nos disculpamos no queremos que se altere, ella está embarazada -vuelvo a cubrir mi vientre. -Me refiero a que nadie tiene derecho a mirarla de esa manera, es mía y todo el que se atreva a faltarle el respeto, debe pagar -ambos me miran y comienzan a inclinarse para así pedir disculpas.  -Lo lamentos, señor. No nos dimos cuenta de que importuna vamos a la señora -Yakov se ríe, retrocedo. Si ellos no conocen ella señal yo sí. Como él se ríe, ellos se miran entres sí y también comienzan a reír. Yo solo me oculto detrás de su escritorio, me arrodillo en el suelo y cubro mi vientre, no sin antes tomar a Irina en mis brazos y abrazarla protectoramente.  -No deberían, un error le puede ocurrir a cualquiera -manifiesta la voz de Yakov.  -Claro, señor. Gracias por comprendernos -dice uno de ellos, siento pasos dirigirse a la puerta, me repito en la mente que no debo alzar la mirada, pero aun así termino haciéndolo. Justo cuando mis ojos se encuentran con los hombres esos, una bala atraviesa el cuerpo de uno de ellos, sale del mismo e ingresa de la misma manera en el cuerpo del otro. Matándolos a ambos con la misma bala, puesto a que les disparó directo al nivel del corazón. Suelto un grito al ver a ambos caer al suelo.  -Eran unos completos imbéciles, no podía permitir que sigan respirando -dice él, antes de entrar en mi campo de visión. Me mira y guarda su pistola en la pretina de su cinturón -, vamonos, Caeli -él me tiende su mano. Su cabeza se mueve hacia un lado, suspira con cansancio -. ¿Esperabas que dejara que se marchen así como así? ¿Después de prácticamente desnudarte con su asquerosa mirada? -no contesto, no tengo intención de hacerlo en un tiempo -se agacha, me mira y mira Irina, niego varias veces -, ¿tienes miedo, Caeli? -ruedo los ojos, mató a dos hombres frente a mí, ¿espera que no tenga miedo? Sin esperarlo más, me toma del antebrazo izquierdo y me levanta. Tomando a mi hija en sus brazos posteriormente.  -Damela, dame a mi hija -intento tomarla en brazos pero él da varios pasos hacia atrás.  - ¿Ella si te importa? -cierro los ojos con fuerza y asiento rápidamente -. ¿Estás molesta conmigo? -asiento, sin mirarlo a la cara -, ¿por qué? ¿por defenderte? ¿por exigir respeto hacia ti? -no tengo una respuesta para eso.  -No puedes simplemente disparar conmigo en una habitación, estoy embarazada, ¿no te importa tu hijo? -él asiente -, pues entonces ten un poco de control, cuando se trate de ese tipo de cosas -frunce el ceño. Sé que no le gusta que le den órdenes, ni que le digan que hacer o no. Pero estamos hablando de la  salud de mi próximo hijo, así que se puede ir a la mierda si lo desea.  -Creo más en la posibilidad de que te guste que te humillen, que simplemente te vean como un objeto -comenta con voz burlona. Intenta tocarme pero abofeteo su mano.  - ¿Dices que exiges respeto hacia mí? ¿Te llenas la boca diciendo que soy tu mujer? ¿Te enfadas porque creo que eres un irresponsable y un compulsivo? -su expresión facial cambia.  - ¿Qué? -me cruzo de brazos. No sé de donde estoy sacando tanto valor -, ¿lo dice la mujer a la que Adrik capturo y volvió su esposa? -me río de lo que dice.  -Yo sola acepté convertirme en su esposa -toco mi pecho -. Yo sola quise acostarme con él, yo sola terminé amando a ese hombre. ¿Sabes por qué? -alza una ceja -, porque Adrik no está tan loco como tú y sí, Adrik también mató por mí, pero lo hizo porque ese hombre también intentó asesinarme... - ¿Estás justificando a Adrik? -asiento, sin ningún miedo -, ¿perdiste la memoria, Caeli? -niego con la cabeza.  -No, no he perdido la memoria y creeme no olvidaré lo malo que hizo Adrik y como fue que llegó a mi vida. De la misma manera, nunca olvidaré las cosas nobles y de buen corazón que hizo por mí -él se burla, pero sé que mayor es su enojo, porque en el fondo él desea que hable así de él y no de Adrik. En el fondo desea que lo quiera. Termina de reírse y entonces me habla. -Es mejor que guardes silencio, Caeli... -lo interrumpo.  - ¿Por qué acaso te duele que hable bien de él? -pregunto -, ¿te duele que me exprese así de mi esposo? Porque eso es lo que es Adrik para mí. Mi esposo, el padre de mi hija, el hombre que amo. El único que podría hacer que lo perdone tan solo con un detalle -me acerco a su rostro -. Algo que nunca podrás hacer tú y eso te carcome lentamente por dentro, ¿cierto? -sí, estoy siendo la peor de las mujeres. Pero solo así estaremos totalmente a mano -. ¿Qué ocurre no tienes nada que decir, querido? -utilizo el mismo tono de voz que él usa conmigo.  Deja a Irina en una cuna cercana a una ventana de la habitación. Se gira hacia mí y me toma con demasiada fuerza del cabello, haciendo que lo mire fijamente. Me suelta por momentos y abofetea mi rostro con fuerza.  -Ahora. Repite cada una de tus malditas palabras -me reta.  -Eres un asco, Yakov Ivanov -él vuelve a golpear pero está vez algo cambia. Me golpea y al mismo tiempo me suelta, haciendo que un costado de mi vientre impacte contra el extremo de su escritorio. Al hacerlo un insoportable dolor se expande por mi vientre, haciendo que caiga de rodillas y lágrimas rueden por mis mejillas. Cuando mi cuerpo hace contacto con el suelo. El filo de mi vestido violeta comienza a teñirse de rojo. Me cubro la boca con la manos, pero aun así mis sollozos se intensifican -. Ayúdame, por Dios. Ayudame, Yakov -suplico. Odio a este hombre, pero en este momento, es el único que puede evitar una desgracia. No quiero perder al bebé, no ahora. Es mi hijo.  - ¿Caeli? -cuando se agacha su tono de voz a cambiado, a vista de que no se mueve, intento levantarme sola pero no puedo hacerlo.  -.. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD