Patrona [Libro: 2 Trilogía Mafia Lombardi]

Capítulo Cinco - Dar la Cara.

Capítulo Cinco - Dar la Cara. 

Marzo 25 del 2021 Sicilia Italia. 

Adrik Lombardi. 

Es imposible, es alguien imposible y se ha vuelta incompetente. No podía esperar algo así de alguien que ha estado a mi servicio varios años. Ni siquiera de alguien con quien he convivido desde que tengo memoria, sé que no llevamos la misma sangre y ahora mismo me alegro más que nunca de ello pero todo aquel que entra en mi vida y esta a mi servicio se vuelve de alguna manera parte de mi familia y eso era ella para mí, igual que cada m*****o de mi familia y del personal de la mansión. 

Ella era especial para todos, era como un hermana pequeña para mis hermanos, excepto dos de ellas. Ya que mis hermanos, incluidos Akim y Ada, siempre estuvieron de su lado, mientras que Alba y Amaia, nunca tuvieron una buena opinión sobre Antonella, constantemente me repetía que había algo siniestro en ella. Sin embargo no les preste atención, porque lógicamente como jefe de Antonella y como su pareja en ese entonces su estabilidad era mi responsabilidad y aunque nuestra relación llegó a su fin, nunca tuve intenciones de dejar de cuidarla. 

Nunca he tolerado la falta de profesionalismo en mi casa y en mi negocio, así que no comprendo como podría hacer algo así. No, sí que lo comprendo, esto lo hizo porque se niega a que la haya superado y de que realmente haya podido enamorarme de alguien, cosa que no hice cuando estuvismos juntos, pero no es mi culpa, yo ni siquiera esperaba querer o terner sentimiento alguno por Caeli y resulto todo lo contrario. No estaba en mis planes querer sentimentalmente a mi esposa, pero sucedió y nadie es responsable de ello, tenía que suceder y solo sucedió. 

El hecho de que Antonella haya entregado una gran parte de mis terrenos en Grecia al maldito e desleal de Alonzo Lombardi, solo me dice que ha decidido cambiarse de rumbo y es demasiada coincidencia que esto ocurriera después de que nos reunimos, junto con Caín y ella terminara pidiendome que me divorcie de Caeli y que le de una oportunidad como mi esposa, casandome con ella y dandole mi apellido. Cosa que claramente desaprobé, sé que Caeli sigue con vida, por lo que no puedo divorciarme alegando que ja muerto, además de que no deseo hacerlo de ninguna manera existente.

Creo que esta de más decir que Alonzo es mi hermano, bueno en realidad es mi medio hermano. Solo es hijo de mi padre y está tan loco como él. Además de que ni él, ni Apolo tienen fortuna alguna y por ello, siempre han esperado poder tener una buena relación con alguna de nuestras hermanas, con Akim o conmigo. Lo cual solo ha funcionado con Ada y por lo que veo también han logrado convencer a Antonella de que este de su lado y posteriormente de traicionnarme a tal punto de llegar a robarme para otorgarselo ese completo imbecil.

Camino con rapidez entre los pasillos de la casa de Antonella. Aunque la estime no pienso dejarle pasar está traición, si lo hago lo volvera a hacer de nuevo. No obstante tampoco tendrá oportunidad de hacerlo nuevamente. No importa si eso implica que me quede sin mi Avvocat, pero prefiero eso a que en un descuido se atreva a sacarme los ojos. No diré que esto no lastima mi orgullo, porque vaya que sí lo hace. ¿Cuándo imaginaría que ella me haría esto? Cuando su propia familia le dio la espalda por no poder tener hijos, yo la apoye.

Mi respiración en este momento debe estar por los cielos. Sé que Caín de alguna manera me advirtió que pasaría. Y que lo haría sin que yo me diera cuenta. Cuanta razón puede tener Caín. Sé que debí prestarle más atención pero quería creer en que ella no lo haría.

Respiro profundo antes de entrar en su despacho. Sé que Caín viene detrás de mí, pero no puedo soportar la humillación de lo que me hizo, sobre todo a mí. Abro la puerta y lo que encuentro al hacerlo me sorprende, pensandolo bien, no debería de hacerlo.

- ¿Adrik? -pregunta él al verme y luego sonríe cinicamente. Se abotona la camisa rapidamente y se limpia los labios, con el filo de la manga derecha de su camisa -. Hermanito querido. ¿Cómo has estado? -cuestiona, mientras que ella se mantiene en silencio absoluto.

-Eres un... -me interrumpe.

-Silencio, tu ya me humillaste como quisiste en el pasado, ahora creo que es mi turno, ¿no es cierto mi amor? -toma a Antonella de la cintura. Frunzo el ceño.

-Antonella, ¿qué carajos haces con este imbecil, bueno para nada? -ella se encoje de hombros, pero no dice una palabra.

- ¿Estás aquí porque te enteraste de que algunos de tus terrenos en Grecia ahora son míos, ¿cierto? -asiento lentamente.

-Así es, pero como no te debo ni una sola pizca de información de mi vida a ti, puedes retirarte de una vez -miro a Antonella, ignorando que el imbecil sigue ahí -. Debemos hablar seriamente, Antonella Castelli.

-Si quieres hablar con ella primero debes hacerlo conmigo -dice él. Cierro mis ojos con fuerza.

- ¿Por qué razón debería de estar bajo tu insoportable presencia cuando quiero hablar con alguien que pertence a mi jodida familia y mi trabajo? -cuestiono mirandolo con odio.

-Quizás porque no me apetece que mi prometida este a solas contigo sabiendo que tuvieron una extraa relación en el pasado -dirigo mi vista a mi Avvocato, ¿cómo es posible que vaya a casarse con este hombre? Él solo sabe vivir de las demás personas. Ella asiente, confirmando lo que dice Alonzo.

-Adrik, es cierto. Voy a casarme con tu hermano y... -levanto mi mano izquierda y ella por respeto se calla. Eso sigifica quee me sigue viendo como signo de autoridad.

-Antonella, que no se repita que vuelvas a referirte de esta basura e intento de humano, como mi hermano. Él no se merece para nada la familia en la nació, ademá te recuerdo que ni siquiera nuestro propio padre quizó saber de él, porque sabía que solo sería un inutil.

- ¿Qué dijiste pedazo de mierda? -antes de que llegue a mí, ella se pone entre los dos y lo empuja hacia atrás.

-Dejame sola con él, vete. Tiene razón debemos hablar -dice ella, pero raramente no lo mira. ¿Qué es lo que realmente está pasando en este lugar?

-No lo haré. No me iré como mi futura esposa, no puedes comportarte como una cualquiera cuando no este, así que... -mi puño se apresura a impactar contra su cara, haciendo que después me mire con desprecio, solo siento satisfacción ante eso, no puedo sentirme mal, tiene lo que merece.

-Hijo de... -lo tomo de la camisa. No pienso permitir que se llene la boca hablando de mi preciada madre.

-Escuchame bien, hijo de perra. Porque tu sí que lo eres. Tú madre fue la mayor causante de la destrucción de mi imperfecta familia y de la muerte de... -Antonella tira de una de mis brazos, alejandome de su prometido -. Bien, lo soltaré. Pero no creo que vayas a permitir que este idiota que no te conoces practicamente te trate como basura y te pise, ¿vas a permitr que te haga eso, cuándo y cómo él quiera? -pregunto con seriedad. Ella no dice nada.

- ¿Jefe? -reconozco la voz de Caín, detrás de mí, por lo que me volteo. Solo me llama así cuando no estamos dentro de la mansión, cuando somos jefe y empleado y no solo familia.

-Llevate a este mal nacido, fuera de mi vista o juro que voy a matarlo aunque lleve parte de mi sangre también en sus venas -digo mirando fijamente. Caín asiente y toma con fuerza a Alonzo de los hombros. Este se suelta y sale por voluntad propia.

-Esto no se quedará así. Hazme un favor hermano y no vayas a meterle ideas estúpidas en la cabeza a Antonella, desde que se convirtió en mi pormetida me pertenece completamente -frunzo el ceño.

-Llevatelo, Caín, no puedo escuchar de lo que dice este idiota -él obedece y sale con Alonzo. Me volteo y miro severamente a mi antes fiel Avvocato.

-Adrik... -niego con la cabeza.

-No voy a enfadarme antes de que me expliquez porque lo hiciste -ella toma asiento frente a mí.

-Adrik, él sabe lo que mi familia hizo para hacerse tan poderosa y me amenazo con eso -suspiro -. Pero aun así, creo que no sería tan mala idea ser su esposa, no es para nada malo en... -la interrumpo.

-No por favor, no me interesa saber lo que sea que hagas con él -manifiesto con asco -, solo vine aquí a exigirte que me regreses lo que me pertenece -sacude la cabeza, negando con está.

-...