Cinthia, no perdió tiempo en sugerir que saliéramos a bailar, obviamente tendría que llevar a Eliot, así que tuvo que invitar a otros de sus amigos, para disimular.
Tuve que prepararme psicológicamente para salir aquel viernes. Solía llegar cansada del trabajo, cenaba y me iba directo a dormir, incluso Eliot jamás iba los viernes en las noches por ese motivo; así que cuando lo invité, realmente le sorprendió. Cuando llegué del trabajo, él ya estaba esperando por mí, así que me di un baño rápido y me vestí de manera simple.
-¿Estás segura que quieres salir? –Su tono burlesco no me pasó desapercibido.
-¡Déjame en paz! ¡Vámonos! –Le respondí con molestia, parándome a un lado de la puerta.
-Es que tienes una cara de cansada que no puedes con ella – lo miré fastidiada y lo empujé por la puerta para salir del apartamento.
La molestia fue bajando del trayecto del apartamento hasta su auto. Una vez que ambos estábamos adentro, suspiré pesadamente. –Cinthia quiere conocerte – le revelé.
-¿Cinthia? –A él tampoco le hablaba de ella.
-Sí, te ha visto cuando me dejas por las mañanas en la universidad – dio una risa de casanova, pero no respondió.
Durante el resto del trayecto, me quedé pensando en lo que estaba sintiendo. No eran celos, pero tampoco me sentía cómoda, ¿era yo que estaba complicando las cosas? Entonces me repetí a mí misma una y otra vez: ´Somos amigos´.
Llegamos al LM Bar y cuando vi a Cinthia y a la otra chica con ella, supe que no me había arreglado para la ocasión. Ellas iban con vestidos coquetos y arregladas para la conquista, mientras yo iba de mezclilla, con el cabello totalmente recogido y prácticamente sin maquillarme.
Cinthia se lanzó a abrazarme como saludo, y nos presentó. La otra chica resultó ser su prima, Luna, y sí tenían cierto parecido, ambas eran aperladas, de cabello castaño obscuro y ondulado, sólo que Cinthia era un poco más alta que ella. Los otros dos chicos eran amigos de su prima, un castaño, Patricio, y un rubio, Jeremías; no eran una galanura, pero eran carismáticos. Al parecer ellos ya se habían puesto de acuerdo, porque cuando presenté a Eliot, el castaño no perdió tiempo en comenzar a conversar conmigo.
Patricio era de nuestra edad, estaba estudiando arquitectura y bromeaba de manera natural. Entramos al bar y nos sentamos en una mesa cerca de la pista, ordenamos cervezas que no tardaron en traer y Patricio me invitó a bailar casi de inmediato.
Estábamos en medio de la pista, yo disfrutaba mucho bailar, así que me entregué a la sensación, olvidándome por completo de Eliot. No sé cuántas canciones bailamos, pero ya tenía la necesidad de beber algo, por lo que le pedí a Patricio que fuéramos a la mesa. Para mi sorpresa, Eliot estaba ahí con Cinthia, y ella tenía una cara de fastidiada. ¿Qué le estaba diciendo? Y, ¿por qué no estaban bailando?
-¿Me acompañas al baño? –Tan pronto me vio, Cinthia me pidió con suplica y sólo asentí.
-¡Oye! ¡No me dijiste que era aburridísimo! –Me dijo exaltada una vez que entramos al baño.
-¿De qué estás hablando? –Aún recordaba a todas las chicas que hacían fila para salir con él, porque aburrido era la última palabra que lo caracterizaría.
-Se la ha pasado hablando de cosas que no tengo la menor idea qué son: cosas cuánticas, átomos, magnetismo, y esas son las únicas palabras que he logrado mantener, todo lo demás no sé qué es – no sabía si estaba apenada o decepcionada.
-Te dije que estaba estudiando Física –me atreví a recordarle. Aun y cuando no tenía la menor idea de por qué se estaba comportando con ella así, a Eliot también le gustaba bailar.
-No quiero arruinarle la noche a Luna, ni a ti, pero tampoco quiero pasar el resto de la noche escuchándolo… - me reí de ella.
-Baila con Patricio – le propuse.
-¿Segura? –Preguntó esperanzadoramente.
-Sí – dije aún entre risas.
Salimos del baño y me senté a un lado de Eliot, mientras Cinthia invitaba a bailar a Patricio.
-¿Cinthia no es tu tipo? –Le pregunté directamente.
-Es bonita – respondió.
-Eso no contesta mi pregunta – fui incisiva.
-No es eso – sentí que le estaba dando muchas vueltas al asunto.
-¿Por qué no bailaste con ella siquiera? –Tenía que insistir, necesitaba saberlo.
-Tienes razón, hay que hablar de esto – fruncí el ceño, él no solía ser tan serio para conversar. –Aunque tú y yo no seamos novios, creo que deberíamos considerar cierta exclusividad – sonreí, – esto del sexo es para que tú te concentres en la escuela, y yo me concentre en la mía. No estoy buscando una relación Andy, ¿entiendes? –Saber que compartíamos los mismos pensamientos, y que al parecer teníamos los mismos dilemas, me hacía sentir que nuestra amistad estaba basada en eso: compatibilidad.
El resto de la noche, la pasé envuelta en una típica conversación con Eliot, era un sabelotodo con talento nato, yo estaba acostumbrada a escucharlo hablar y sabía que no podíamos bailar, ya que debíamos mantener las apariencias. No quería hacer sentir mal a Cinthia.
Salimos todos juntos del bar ya de madrugada. Les diré cuál era mi idea de cómo terminaría la noche: Cinthia estaría derretida por Eliot, al grado de que se irían juntos y tendría que irme en taxi o que me llevara alguno de los amigos de Luna, y tal vez ese sería el inicio de un futuro que ya no quise adentrarme en mi imaginación. Pero lo que en realidad sucedió, fue que nos despedimos afuera del LM Bar, Eliot y yo nos fuimos al departamento, se quedó a dormir conmigo y por la mañana, no desaprovechó para que tuviéramos sexo.
Cinthia no volvió a preguntarme por Eliot, creo que él la desilusionó de una manera sutil y sin lastimarla. Realmente fue considerado con ella.