Cuando Luna despertó, y observó a su hija a su lado, junto a su esposo, sonrió feliz. Aun su corazón estaba herido por sus padres, pero nada le importaba ya, tenía a su preciosa y sana hija, tenìa a un hombre que la amaba, era feliz. Se levantó de la cama, y fue directo a la ducha. Mientras el agua la refrescaba, sintió que alguien entró, unas manos fogosas abrazaron su cintura, ella sonriò al sentir a Elio. —¿Qué haces? Aly puede descubrirnos. —No lo hará, duerme como un oso. Luna rio. —Pues duerme como tú —dijo, mientras Elio besaba su cuello haciendo que su piel se erizaba, sintiendo su virilidad golpear su trasero. —Solo un poquito, déjame consentirte como mi reina. Ella se giró a mirarlo, Elio estaba completamente desnudo, besó sus labios, mientras el agua corría por sus cu