Ese beso era tan caliente, èl quiso alejarla, cuando lo hizo, Mayte fuera de sí, se quitó el vestido de seda, y mostró una hermosa y seductora figura. Marcos la observó, se quedó embelesado. Siempre le pareció una niña para èl. Parecía como una mariposa que revoloteaba a su alrededor, pero esta vez la mariposa era deslumbrante. Se acercò a ella, parecía un depredador, hubo una alarma en su interior, pero la evadió. Su corazón estaba torturándolo, no podía pensar con el alcohol en su sangre. —Debes huir, ahora soy un peligro para ti. Ella sonrió, sus manos se colgaron a su cuello, lo besó, pero estaba vez, él acunó su rostro. El beso abandonó la dulzura para convertirse en pasión y deseo puro. La cargó a horcajadas, la llevó a esa cama, ahora ya no había nada que hacer. Ambos estaba