Al día siguiente. Luna recibió la visita de Marianela, Cuando Aly se fue a jugar, por fin hablaron. —Entonces, tu padre estuvo aquí. —Me odia, Marianela, no creo que quiera ir a mi boda, y la verdad, no quiero verlo. —Luna, lo siento, no entiendo a tu padre, ni por qué actúa así. —Porque se cree el hombre perfecto, vive del que dirán, y cuando alguien es así, solo destruye lo que es, y me destruyó a mì, pero no lo consiguió, nunca estaré destruida por èl, ni por mis enemigos, por mucho que duela. Marianela sonrió. —Así es como quiero verte, como una mujer muy fuerte, ¿sabes? Yo siempre quise tener una hija, claro, luego de que nació Elio, pero, nunca pude tenerla, estuve embarazada, y mi niña nació muerta. Sufría mucho. Luna abrazó a Marianela. —Lo siento. —No sabes lo que sufr