Elio se alejó, cargó a Aly. —Vamos, cariño, mami, está cansada, dejémosla dormir. Aly asintió, besó la mejilla de mami y salió de la habitación. Al entrar a su alcoba, Aly acunó el rostro de Elio. —Papi, ¿por qué mami está triste? —Porque… porque las personas a veces están tristes, y lloran, eso está bien, no tienes que guardar lo que sientes. —¿Y tú, papi? ¿Lloras? Es que no quiero que mi papito llore, porque sí te pones triste, yo también. Elio la abrazó a su pecho. —La gente llora para limpiar sus ojitos, y su alma de la tristeza, luego cuando todo pasa, puede estar feliz de nuevo. —¿De verdad? Entonces, papito puede llorar, pero poquito. Elio la abrazó, y la arrulló. —Duerme, ahorita, estás de vacaciones, pero después debes ir al colegio. —No quiero, papito, yo voy a ser u