Al día siguiente. Luna despertó, abrazó a Elio. Recordar sobre esa nota, la hizo sentir miedo. «¿Quién envió esa nota? ¿Acaso fue la desgraciada de Lydia?», pensó Luna recordó sobre esa noche, ella odiaba ese bar, pero fue ahí por Lydia, ella antes era mesera en ese lugar para conseguir dinero y porque era mala en los trabajos de oficina, a pesar de haber estudiado con Luna en la universidad, pero Lydia no acabó la carrera. «¿Y si Lydia sabe quién es el padre de mi hija? Nunca se lo preguntaría a ella, nuestra amistad está acabada, no solo eso, ella es mi peor enemiga», pensó Elio despertó, besó su espalda, haciendo que una corriente eléctrica placentera la recorriera. —Hola, preciosa. ¿Acaso estás tratando de seducirme con esta espalda tan sexy? La mano de Elio recorría el camin