Brandon
Me instalé en la casa tranquilo mientras esperaba que llegaran las cajas con mi ropa y todo lo demás, dejé mi bolso de mano en la cama y me concentré en comenzar a conocer mi nuevo hogar.
El piso en su totalidad era de mármol lustrado, un color gris perlado ocupado lo que era la sala y la cocina además del pasillo, las habitaciones tenían otro tono, la mía llevaba mármol de color gris topo con las paredes blancas excepto por una, que tenía un color agua marina, mi madre se había encargado de poner una cama de dos por dos con al menos una docena de almohadones encima de está, le saqué una foto y se la envié.
>> Brandon: ¿Eran necesarios tantos almohadones?
>>Mamá: Se trata de estética. –puse los ojos en blancos.
>>Brandon: La estética terminará en el suelo de mi cuarto –sonreí sabiendo cuánto odiaba eso.
>>Mamá: A los pies de la cama hay un cajón, guárdalo ahí, sé que no estás acostumbrado a guardarte nada, pero quizás es un buen ejercicio para que aprendas a tener las cosas dentro de tu bragueta –el emoji al final me hizo reír.
>>Brandon: Tus celos de madre me preocupan, quizás deberías ir de nuevo con tu psicólogo.
>>Mamá: Créeme, no me preocupa que encuentres mujer, solo que te contagies alguna peste, algo que seguramente pasará, pues no puedes dejar tu pene quieto –mande una cara de asombro.
>>Brandon: Pusiste PENE, con mayúsculas y en negrita, toda una loquilla señora Pride –me mando un dedo haciendo un gesto obsceno. –Yo también te amo.
>>Mamá: Estoy segura de que esto es porque te le caíste a tu tío, si es eso –solté otra carcajada.
>>Brandon: Seguiré recorriendo la casa, te mandare foto de lo que encuentre raro –se puso a escribir.
>>Mamá: El tercer cajón tiene condones como para dos años, úsalos.
Sí, así era mi mamá, esa mujer que en este momento me recordaba que se había encargado hasta dejarme preservativos con tal de que no me agarrara algo, pero todo es culpa de mis amigos, ellos son los culpables de esta situación.
Suspiré, no quería recordar lo que paso, porque no tenía idea y los pequeños recuerdos que tenían eran de un tatuaje, uno que no había visto en nadie de mi ambiente, tampoco el perfume, ese que me estaba jodiendo el sistema, necesitaba dar con esa mujer, pero nadie la había visto, ni en las cámaras de Luna salía, ella había guardado su rostro de todo.
Seguí mirando mi habitación, el ropero estaba adherido a la pared y llevaba algunas prendas dentro de él, una puerta se encontraba en el lado izquierdo justo al lado del ventanal que daba al enorme balcón que se conectaba con el living y la cocina, cómo era esperarse y siendo una habitación en suite tenía mi propio baño, ese donde nadie entraría cuando viniera de visita.
Los pisos aquí eran de mármol n***o, uno que brillaba con el contraste de la luz, las paredes eran de un tono beige y tenían pequeños detalles en cobre, la pared de la ducha de pie que daba justo a la regadera simulaba ser piedra, mire el objeto cuadrado y su mampara de vidrio mitad transparente y la otra en un tono dorado.
El espejo debajo del lavado ocupaba una pared, esas también tenían piedras en ella dándole un aspecto más rústico, pero también sofisticado, el lugar era perfecto para follar con alguien, sobre todo por la bañera moderna que estaba justo al lado de la regadera.
Salí al balcón y observé que justo daba con el de la vecina, el mío tenía un sillón que parecía cama con almohadones del lado de mi puerta y una mesa con sillas del lado de ella, aun así, lo único que nos separaba era un pequeño muro de concreto que no tenía que tener más de tres metros de alto, desde el suelo hasta donde terminaba.
Supongo que por eso tenía sistema de seguridad, podía pasar tranquilamente solo apoyando mis manos y pegando un salto, aunque estaba seguro que no le preocupaba que alguien se metiera por mi lado, más bien por afuera, porque a mi casa tampoco entrarían al menos que estuvieran registrados en la huella, y si trataban de burlar la puerta, está se bloqueaba por completo, sin contar que era de acero macizo.
Volví al living donde un sillón para dos descansada frente a un televisor de sesenta y ocho pulgadas, todo se encontraba junto, el comedor, la cocina y el living, solo se separaban por un desayunador en el caso de la cocina y lo otro prácticamente estaba uno al lado del otro.
El timbre de casa sonó y me cerca él para abrir la puerta y encontrarme un sujeto con la remera de la empresa de mudanzas, me hice a un lado y pasó, lo siguió otro hombre un poco más mayor, ambos tenían rasgos similares, parecían padre e hijo, el sujeto dejo la caja mientras que volvía a salir por la puerta y tomaba otra.
— Disculpe, está ¿Dónde quiere que la deje? –junte mis cejas.
— Acá con el resto –miro a todos lados y luego a la mesa –No quiere que la coloque encima de del desayunador, por lo que es frágil.
Eso no tenía lógica, yo no tenía nada frágil en la mudanza, solo prendas, algunos balones de basquetbol, las maquinas, pero esas solo estaban embaladas para no perder nada y decían lo que tenían y luego simplemente nada más.
— Yo no… –mire la caja que decía frágil y estire mi mano para recibirla.
El hombre la dejo en mis manos y observe lo que decía, "Frágil", "Juguetes sexuales" y una aclaración de lo que tenía dentro, cosas como dilatador anal, arnés y consolador aparecían en la caja con letra grande y en rojo.
— Hijos de… –me calle cuando ambos entraron con la primera máquina –al fondo a la derecha. –indique como si no pasara nada.
Me moví hasta llegar al cuarto y abrí la caja sin gastarme en cerrar la puerta, miré dentro, estaba mi ropa, comencé a sacarla y el chico que pregunto por ella observo antes de salir por las maquinas que faltaban, seguí dejando las cosas en la cama hasta que me encontré con cajas cerradas.
— ¿Qué mierda? –hable alto y mire lo que había.
Un disfraz de gatubela, un consolador, dilatador anal, esposas, látigo, otra caja de condones y un sobre, lo tomé y abrí, mis manos sacaron la hoja que se encontraba dentro para luego negar con diversión.
Pequeño Pride.
Hemos decidido que al ser el primero en armar su vida lejos, te lleves algo de cada uno de nosotros –claramente no es literal –por eso hemos decidido entre todos tus primos y hermanos armarte un pack de emergencia para todo aquello que pueda ocurrir, úsalo sabiamente, sabemos que puede ser útil ya que nosotros mismos necesitamos en su momento algo de esto.
Primero y principal decirte que la distancia por ahí es dura, es por eso que te dejamos pagado el área exclusiva del aeropuerto para cuando quieras huir despavorido, junto con una docena de pasajes a Seattle para usarla en todo un año –no creemos que lo uses, pero por si acaso –es una buena oferta.
Segundo, siempre tendemos a meternos en problemas, haz caso cuando te decimos que no tires piedras estando ebrio, varios de la familia terminamos presos por eso, no es lindo, la prisión es fría.
Tercero, no te olvides de quien eres, recuerda que nosotros nunca perdemos nuestras raíces, solo sacamos ramificaciones que en ocasiones pueden ser malas, úsalas como experiencias.
En fin, esto es solo un poco de lo que necesitas, para el resto nos encargamos de buscar lo necesario, es por eso que dentro de esto encontrarás.
1- Un manual de como esconder un cuerpo.
2- La lista de delitos que no podemos defender porque claramente perderíamos y nosotros no perdemos.
3- Tienes secretos sucios de siete oficiales, úsalos sabiamente antes de que lleguen Sam y Mateo.
4- Podemos hackear cualquier cosa menos el marcador del partido, es poco ético, no nos pidas eso (mentira, llámame. Aarón ;))
5- Tienes varios juguetes sexuales, solo por si el sado es parte también de tu vida, no es necesario que lo digas, solo úsalos, además Ben se tomó el tiempo de explicar cómo usar cada uno.
6- Conseguimos entradas permanentes en los palcos, cuando menos te lo esperes estaremos ahí. (cortesía de Jared y sus contactos turbios)
7- La llave que hay en una caja, es tu nuevo auto, otro más para que uses cuando no quieras que te vean, por cierto, no tengas sexo en la calle y si lo tienes, finge demencia.
8- Si desapareces por veinticuatros horas activaremos las cámaras, si descubrimos que eres un idiota y por eso no contestas, subiremos las fotos tuyas desnudo a las r************* , esas donde tienes frio y todo se ve pequeño.
9- Clara tiene planeado tu anillo de compromiso, no compres uno o te matara.
10- Si no sabes que hacer, llama a… ponlo en el grupo, lo más probable es que nos burlemos primero, pero luego te ayudaremos, al final de cuentas eso hace la familia.
Con el cariño justo para que no te acostumbres ni extrañes.
Sam, Mateo, Clara, Andrew, Aarón, Den, Hil, Jared, Ben y Luna.
Solté una gran carcajada antes de mandar un mensaje al grupo que teníamos solo nosotros los primos, sabía que mi hermana no figuraba, pero también estaba seguro de que aquello se debía a su enojo por mi partida, ella era la más dolida junto con mamá.
>>Brandon: Gracias por los regalos, el repartidor apenas me podía mirar a la cara.
>>Mateo: Quiero aclarar que el manual no está aprobado por mí, fue una idea de estos idiotas con Barbie, aunque pidió no aparecer por las dudas que lo encuentren, así que tampoco firmó la carta, es por eso que aclara BARBIE Y THOMAS PARTICIPARON DE ESO.
>>Aarón: Mateo, nadie va a matar a nadie, es un proceso muy largo y poco agradable, créeme, no lo hará.
>> Barbie: Tengo cuatro hijos que criar, no puedes exponerme de esta manera.
>>Mateo: Yo también Maze, de hecho, los únicos que tienen pocos hijos son Aarón y Denis.
>> Denis: Somos responsables, por cierto, entramos en una misión, besos y buen comienzo Brandon, estaremos en tu debut.
>>Brandon: ¿En serio? –el chico apareció y le firme para ir a cerrar.
Todos afirmaron mientras los demás se sumaban, hablamos durante un largo rato, estaba por enviar un audio cuando los gritos de al lado se escucharon, mi vecina se encontraba en casa y maldiciendo con fuerza, no entendía que pasaba y fue cuando me di cuenta que ya habían pasado algunas horas desde que llegué.
— ¡Eres increíble! –grito –Es pura mierda lo que sale de tu boca.
— Te he dicho que no me gusta que insultes –la voz del hombre sonó dura causándome enojo.
— Y yo, que me importa una mierda lo que opines –sonreí, al menos no era una de esas chicas que hacían lo que un imbécil les decía.
— Estas comportándote como desquiciada, la verdad que no te entiendo –camine a mi cuarto escapando del drama mientras buscaba mis zapatillas para cambiarme y salir.
El portero chusma no había dicho nada sobre peleas entre mi vecina y su novio, solo hablo de las peleas que tenía Leila con Tucker, fue lo único que mencionó cuando nosotros hablamos, nada más.
Estoy escuchando como los gritos aumentaban y la chica prácticamente perdía los estribos, me quede pensando en lo que decían, ella parecía reclamarle por otra mujer y él por su negación a vivir juntos.
— ¿Para qué? Nos mataríamos –grito ella y tuve que darle la razón –¿No te das cuenta que ya no funcionamos? –golpe directo al ego.
— Te amo, no te das cuenta, pero vives alejándome –vaya, usa la carta de te daré pena.
Suspiré antes de tomar mis cosas y salir de mi habitación para ir directo afuera necesitaba hacer unas compras y conseguir comida para cenar esta noche y mañana, empezaría la universidad en una semana, me habían dado tiempo de acomodarme, sobre todo porque tenía que adaptarme a los horarios del entrenamiento mientras me recibía de la universidad.
Camine por el pasillo escuchando como el lugar se quedaba en silencio, toque el botón del ascensor y la puerta del departamento de al lado se abrió, algo voló contra la pared y luego un fuerte grito lleno el lugar.
— ¡Largo! –un sujeto alto, de mandíbula cuadrada y cabello castaño apareció frente a mis ojos mientras miraba a la puerta.
— Pero nena –el portazo retumbo en el lugar –Mierda –suspiro antes de que se escuchara como trababa la puerta. –Loca.
Camino hacia el ascensor y la puerta se abrió así que entré sin siquiera volver a mirarlo, me acomodé mirando los botones mientras que oprimía la planta baja y él se quedó justo a mi lado suspirando y pasando una mano por su rostro, lo miré de reojo mientras que parecía seguir analizando su vida o quizás intentando calmar el desastre que había visto minutos atrás entre él y su novia.
— Las mujeres están locas –hablo mientras que levantaba los brazos –Lo siento, sé que no te conozco, pero seguramente haz salido con mujeres al menos que seas gay –me miró –¿Eres gay?
— No – respondí sin entender muy bien qué importaba eso en este momento.
— Genial, eso es asqueroso –bien, era un imbécil.
— Hay muchas personas que son asquerosas, no creo que los gays sean una de ellas –espere haberle dejado en claro lo que pensaba sobre su persona en este preciso momento.
— Sí, como sea –suspiro –no sé cómo voy a arreglar esto, simplemente no tengo idea, ella se volvió loca de la nada –era obvio que no me iba a dejar de hablar así que trataría de entender qué tan desquiciada estaba mi vecina.
— ¿Qué fue lo que pasó exactamente?
— Una tontera, mi amiga Ashley le tiró café encima, entonces ella agarró y se sacó la remera enfrente de todo el salón, o sea toda la puta facultad vio sus pechos y su cuerpo desnudo, semidesnudo, ese es el problema, me enojé porque se sacó la remera enfrente de todos esos parásitos, mostrando su cuerpo como si nada – junté mis cejas.
— Entonces alguien le tira café caliente a tu novia y te preocupa que le hayan visto los pechos, pero no que se haya quemado –sí definitivamente este sujeto era un imbécil.
— Es obvio que está bien, solo hace drama, tiene un poco de rojo y ya –lo miré – Lo que pasa que Ashley está celosa de ella, siempre pasó mucho tiempo con mi amiga y de vez en cuando cancelo para estar con Kathy –el nombre que acaba de salir de sus labios me hizo recordar a la hermana de mi amigo, esa que había desaparecido de un día para la otra sin siquiera despedirse de ninguno de ellos.
— Entonces te estás acostado con tu amiga –junto sus cejas.
— ¿Qué? ¡No! –eso sonaba a mentira –Ashley es mi amiga desde que tengo razón, ella es bastante liberal con respecto a los chicos y yo busco una mujer decente para tener a mi lado –la puerta se abrió.
— Entonces tener sexo es el indecente –me observó –creo que te mereces que te hayan echado de la casa –salí del ascensor – nos vemos.
No estaba seguro de sí mi vecina era loca o no, pero sí tenían claro que el novio que había adquirido era un completo imbécil, no entendía como alguien podía salir con semejante tarado, es que por ahí las mujeres se los buscaban.
Salí del edificio caminé un par de cuadras hasta encontrar un minimarket donde entren comencé a comprar todo lo que había, cuando volví me tiré un rato a dormir la siesta y me desperté cuando el sol ya no estaba.
Me levanté para hacer algo de comer y me puse a ver un partido de la NBA en la pantalla, recién ahora me daba cuenta que eran exactamente las tres de la mañana, pero yo no tenía sueño, necesitaba acomodar mis horarios o no podría ni siquiera entrenar.
Tomó una cerveza del refrigerador y me senté en el sillón mientras que comía mis burritos improvisados, necesitaba tratar de conciliar el sueño, solo un poco de cansancio para luego acostarme, levantarme lo suficientemente temprano como para volver a amoldar mis horarios.
El ascensor se escuchó y junté mis cejas mirando la hora en el reloj, eran casi las cuatro, las pisadas sonaron raras avisando que el que sea que llegara estaba ebrio, me levanté de curioso y me acerqué hasta mi puerta para apoyar mi oreja en ella, le estaba costando entrar la llave de la cerradura.
— Joder, esta cosa no para de moverse –me reí y abrí mi puerta, la ayudaría.
— Necesitas… –su rostro giro y me quedé callado cuando la vi, era Kathy, la Kathy que yo conocía.
— Mierda –refregó sus ojos –Demonios –balbuceo –He bebido mucho y ahora alucino.
— ¿Kathy? –me acerque y dio un paso atrás.
— No, Margarita –encajo la llave en la cerradura –Lo siento señor, no lo conozco –se veía alterada.
— Y una mierda que no me conoces, Katherine –se tensó.
— Es solo Kathy –sonreí y maldijo de nuevo –Mierda, mierda –abrió. –Chau –me acerque y me cerró la puerta en la cara.
— Kathy abre la maldita puerta.
— Que no soy Kathy, me llamó Magnolia –bien, no servía para mentir ebria.
— Pensé que era Margarita –se calló.
— Mierda.
Me reí y ella trabo la puerta, bien, esto se iba a poner interesante, no tenía idea de porque ella se encontraba acá, como es que había llegado a New York y sobre todas las cosas si su familia sabía, tenía que decirle a su hermano, a su padre, pero antes necesitaba saber la razón, necesitaba una respuesta.