Por fin solo faltaba un solo día, al fin iba a dejar de soportar a aquella rubia que la perseguía de sol a sol preguntando por detalles que a ella poco le importaban. Gracias a las clases de Calvin, y luego con las indicaciones finales de Pierre, estaba dando los tres tiros en el blanco. Era justo lo que necesitaba ese día, disparar a algo y pensar que al fin estaba por terminar la locura de la preparación de todo, por fin no vería más a la rubia, por fin podría dejar de ver revistas, por fin se enteraría por qué él quería casarse con ella, cuál era la razón, qué cosa estaba planeada que la obligaba a estar apartada de su ciudad natal, qué rayos hacía ella en esa casa, por qué, Dios, por qué todo ese asunto. Tal vez entendería por qué debía fingir su propia muerte para que su hermana estuv
