EXTRA

2856 Words
Estado temporal: pasado. El asistente miró de reojo al príncipe de Ghosteares que seguía concentrado en sus labores. El asistente miró el reloj ansioso. —Su alteza —se arma de valor —Se nos hace tarde para tomar la aeronave a Lexus. El bolígrafo en las manos de Zyrian se detuvo y el asistente se crispó con la mirada oscura. —Recuerdo haber dicho que enviaras una carta para informar de mi ausencia. El asistente baja la mirada intimidado. —Lo… Lo siento su alteza, su padre el rey insistió en que usted iría. Zyrian suelta la pluma masajeando su frente. La temporada social en Lexus era la cosa más estresante que alguna vez logro soportar. Por el bien de su nación era importante enviar un aval. Normalmente, irían los reyes o algún embajador, no obstante el rey insistió en que en esta ocasión Zyrian se hiciera cargo. En Ghosteares no existía algo como la temporada social. Los únicos bailes o celebraciones en la cuales era obligación asistir eran diplomática o aniversarios. No estaba acostumbrado a soportar las feromonas de los Omegas, mucho menos al fulgor de los jóvenes casamenteros. Las puertas duales se abren y el guardia entra con la cabeza baja. —El doctor Fhoyer está aquí. Zyrian mueve las manos para que dejen entrar al doctor. Fhoyer se cubre la boca espantado de ver el desorden sobre el escritorio de Zyrian. —¿Qué haces asistente? —regaña Fhoyer —¿Qué es todo este desastre? El doctor toma la pila de carpetas despojando la mesa. Como si fuera su momento de paz el asistente comienza a ayudar bajo la intensa mirada de Zyrian. —No toques mis cosas, doc. —No eres un niño, acomoda tus cosas o al menos permite que el asistente haga su trabajo. La manera informal de dirigirse ante Zyrian hizo que el asistente se sintiera asustado, esperaba que Zyrian ordenará a los guardias sacar Fhoyer y llevarlo tras las rejas. Inesperado fue ver cómo Zyrian solo se levantó arrebatando de las manos del doctor los documentos y volviendo a ponerlos sobre el escritorio. —Es demasiado tarde ¿No? —cuestiona el doctor Fhoyer —Pensé que tenías que ir a Lexus. —No pienso ir a ese basurero. El doctor suspiró. Si solo Zyrian fuera alguien devoto a una sola pareja los reyes no estuvieran tan convencidos de hacerlo sentar cabeza. Los reyes tenían la esperanza que algún Omega captará la atención de Zyrian. —Entonces toma un consorte y cásate. Las feromonas de Zyrian hicieron que el doctor se cubriera el rostro. Maldito bastardo que no reparaba en las consecuencias. —No te metas en mi vida. —Bien ya entendí —suspira el doctor —Ya que no tienes pensado ir a Lexus, harías el favor de estar presente para la graduación de los estudiantes en el instituto avanzado. Zyrian alzo la mirada. Al fin algo que le interesaba. Aquellos jóvenes eran el futuro para seguir avanzando para la medicina. Zyrian asintió y el doctor con una palmada sonora junto a las manos levantándose de su lugar. —Iremos ahora mismo. El asistente casi y pierde la cordura al escuchar eso. Nuevamente, sería regañado por los reyes al no poder cumplir con su deber. … … … En una fila sobresaliente, un grupo de admitidos, estrecharon uno a uno las manos de Zyrian. El príncipe puso atención a los bordados en sus togas. Cuarto, tercer y segundo lugar. —¿El primero? —le cuestionó al doctor. Fhoyer suspiro como si ya estuviera acostumbrado a la constante ausencia del primer lugar. —Se llama Marlon Clerefth, es un estudiante inaudito y un prodigio, tenía la esperanza de conocerlo, pero nuevamente se escapó. ¿Escapar? Zyrian se sorprendió de que aquel doctor solitario estuviera interesado en un estudiante escurridizo. —Consigue la dirección de ese chico. —Imposible, vive en… La sonrisa del doctor se amplió. El asistente de Zyrian miró con extrañeza al doctor Fhoyer. Con complicidad Fhoyer le guiño un ojo al asistente. —Es nativo de Lexus y ahora mismo está en su planeta —la voz lastimera del doctor hizo fruncir el cejo del príncipe. Vaya coincidencia pensó Zyrian. Extendió su mano recibiendo el portafolio con la información de Marlon Clerefth. Sus nudillos sostuvieron su barbilla mientras leía el expediente. Marlon Clerefth estudiaba mediante videollamadas y conferencias, nunca nada presencial. Era el mejor en todos los términos, mejores notas, mejores tesis, mejores resultados académicos. Ahora entendía por qué tanto interés. La siguiente página era un perfil y al ver la foto de aquel prodigio la boca de Zyrian se abrió con asombro. —¡Oh! Nada mal, pensó. Había dos tipos de fotos, una de cara y la otra de cuerpo completo. Tenía una estatura alta y un rostro agradable, un cuerpo que media entre musculatura y finura. La parte donde decía su segundo género estaba vacío y Zyrian se dio a la tarea de adivinar. Era muy corpulento para un Omega, pero demasiado bajo y poco corpulento para un alfa. —¿Es beta? El doctor alzó la mirada viendo las fotos que Zyrian miraba. El doctor también supuso lo mismo. —Parece que sí. Es muy atractivo. Zyrian cerró el portafolio y se dirigió al doctor. —Dices que este chico podría ser tan bueno como tú. Fhoyer era el mejor doctor en Ghosteares y no aceptaba a personas que él sintiera que no fueran capaces de aprender de él. —Creo que con la buena asistencia podría llegar a superarme. Marlon jamás había tocado Ghosteares, más hacía ver a la rama medicinal como si fuera un parque de diversión a la cual asistía por diversión. Entonces el doctor pensó que con la buena dirección una persona con el coeficiente de Marlon lograría llegar alto. —Entonces, tráelo aquí. La orden de Zyrian era imposible. El doctor negó, ya había ofrecido muchas veces una reunión con Marlon, sin resultados. —Bien iré yo mismo. El asistente casi salta de emoción. No importaba cuál era la motivación de Zyrian, lo único que importaba es que iría a Lexus y estando allí sería imposible ignorar su deber como aval de Ghosteares. Zyrian no permitiría que alguien con tanto potencial muriera en aquel planeta sin avances médicos. Ghosteares era el lugar adecuado para cualquier médico pródigo. … … … —Rechaza la invitación. El mayordomo Mayer dejo caer la carta devuelta al escritorio. El mismo estampado significa que provenía de Ghosteares. Mayer era el único aparte de Noa que conocía el secreto de Marlon. Mayer no comprendía la razón del porqué su amo ocultaba algo tan increíble como su talento en el campo medicinal. Viendo la mirada poco discreta de su mayordomo Marlon le palmeo el hombro. —Tranquilo, iré a Ghosteares en unos días y hablaré personalmente con el doctor Fhoyer. La mirada del mayordomo se reanimó enseguida. Sirvió él te juntó con las incomparables galletas de jarabe de Chol. El mayordomo sonrió ampliando las mejillas, las líneas en sus mejillas se hicieron más notable a su edad. Marlon probó las galletas deleitándose con el jarabe que se derritió en su boca. —Siguen siendo las mejores. Al igual que a Rayan, a Marlon desde muy chico se le dio un mayordomo personal y esa persona fue Mayer. Los días pasaron y Marlon ajeno a los problemas que podrían llegar a tener sus dos hermanos menores se dispuso a partir a Ghosteares. —Seguro estarán bien ¿Aún no aparece Rayan? Noa sonrió muy por dentro. —Estaremos bien ¡Tú ve por ese título! Me urge alardear sobre tus logros. Marlon ignorante sobre lo que estaba pasando Noa. Insistió. —Creo que debería quedarme —objeto Marlon —Al menos hasta que Rayan aparezca. —Deja tus bromas de mal gusto —se quejó Noa —Me creas o no, Rayan nos escoltará a Juno y a mí al baile de los Irving. —¿En serio? —Noa asintió y Marlon suspiro más aliviado de saber esa información —De acuerdo, deseale suerte a este hermano. Con un fuerte abrazo Noa dijo: —Suerte. La próxima vez que te vea quiero ver ese título. Con esas palabras Noa se retiró. Había algo en la mirada de Noa que hacía que Marlon se sintiera preocupado. —¿Tal vez le afectó de más romper el cortejo con el duque Barac? Fhoyer tenía razón. Marlon se sintió culpable y con eso en mente decidió que lo mejor era quedarse y acompañar a Noa y Juno al baile de los Irving. —Amo no creo que eso sea de ayuda para el joven Noa —la intervención de Fhoyer hizo que Marlon lo pensara. «La próxima vez que nos veamos quiero ver ese título» Marlon sonrió. Definitivamente, iría por ese título y se lo regalaría a Noa para levantarle el ánimo. Una noche ante de su partida Marlon se encontraba tomando unas copas de despedida cuando un sujeto grande y corpulento bloqueo su visión. —¿Marlon Clerefth? Marlon alzó la mirada. —¿Quién pregunta? —¿Podría acompañarnos? El guardaespaldas extendió la mano mostrando el camino. Marlon analizó si era una amenaza posible hacia su persona. Pero viendo lo bien vestido que iba el guardia, se notaba a simple vista que trabaja para un noble de alto estatus. Entonces se levantó prometiendo regresar a los dos Omegas que lo acompañaban. Fue guiado por el bar hasta la zona VIP, la puerta se abrió y Marlon entró en la habitación oscura. Sobre la mesa una hermosa Omega bailaba. Sentado en un sillón forrado de cuero n***o se encontró con la figura de un alfa imponente. —¿Es usted quien me busca? —con pocos modales Marlon tomo lugar en uno de los puestos. Sirvió un trago y bebió de él. Zyrian examino con decoro a Marlon. Si no fuera por el rostro conocido diría que este hombre no era el mismo que sacó todas esas buenas calificaciones. —Envié unas cartas, Pero supongo que estaba muy ocupado para contestarlas. Marlon lo pensó un segundo mientras admiraba cada parte del cuerpo del Zyrian. Un alfa. Perfecto ejemplar, ropa mayormente oscura excepto por la camisa blanca que se cernía a sus músculos. El aroma a tabaco impregna la habitación y Marlon respira extasiado. El tabaco era uno de su olores favoritos y siempre disfrutaba de él. —Supongo que usted es de Ghosteares —espeto Marlon alzando los brazos sobre su nuca —No vi la necesidad de responder estoy por tomar un viaje a Ghosteares. Marlon no podía creer como un alfa tan bien visto podría llegar a tener una edad avanzada, según los registros el doctor Fhoyer tenía más de 75 años lunares. Teniendo en cuenta como el tiempo es relativo, debería como mínimo ya tener los indicios de una vida madura. Pero el alfa frente a Marlon era locamente hermoso y joven. Marlon supuso que Ghosteares ya había encontrado tesoro de la inmortalidad. Zyrian puso atención a los guantes de cuero que Marlon comenzó por quitarse. La imagen que vio aquel día no le hacía justicia al hombre que bebía licor con minuciosa cuidado de no rozar sus manos con el vaso de vidrio. Unas gotas de licor se escaparon de los labios de Marlon rodando por su barbilla y cayendo en su pecho. La nuez de Adán se contrajo al tragar el licor y Zyrian entre abrió los labios. Manos finas, pensó Zyrian, pechos cariñosos y un buen trasero. Marlon se encontró con los ojos oscuros de Zyrian, no podía siguiera negar que el hombre era su tipo. Saco su lengua y limpio la gota de licor viendo como el hombre de enfrente apretó la mandíbula. Zyrian se despojó de la gabardina dejando que Marlon admirara mejor la camisa blanca y el cuerpo cernido, las venas apretadas en sus antebrazos se apretaron más, cuando Zyrian se levantó y sirvió un trago para él. No tenía semblante de Omega, mucho menos un beta. Con eso en mente Marlon pensó que no le molestaría cogerse a un alfa. Casi como si leyera su mente el hombre dijo: —¿Eres beta? —había tenido curiosidad desde hace días. La sonrisa de Marlon dejó a Zyrian pasmado. —Alfa —respondió la Omega que bajo del podio rodeando a Marlon con sus brazos —Eres wail ¿No es así? Ambos lo son. Ambos sujetos se miraron decepcionados y la Omega prosiguió —¿Quieren divertirse? Viendo que ninguno de los dos respondió, Pero sus miradas eran desafiantes y penetrantes la Omega se sintió fuera de lugar. —Prefieren divertirse solos ¿Eh? La voz decepcionada de la Omega hizo que Marlon riera a carcajadas. —No tengo la costumbre de cogerme a alfas. Mintió. Para ser sinceros, Marlon ya tenía experiencia cogiendo con alfas, Pero sintió que su orgullo tenía que darse a valer por encima de la de este sujeto. Una segunda carcajada resonó. Zyrian sonrió muy divertido por lo que había escuchado. Ni siquiera podía recordar cuando fue la última vez que escuchó su propia sonrisa. Marlon frunció el rostro fastidiado. Con la mano, Zyrian cubrió su propio rostro como si intentará ocultar esa sonrisa preciosa que estaba dejando ver. Para cuando logro calmarse aún con la mirada risueña y la mano sobre su rostro le dedicó una mirada afilada a Marlon. —¡¿Qué te hace tanta gracia?! —exclamo Marlon. Enojado se levantó de su lugar y aprisionó a Zyrian entre el sillón y su cuerpo, sus manos se clavaron en el sillón de cuero. Erguido ante el alfa y a centímetros de su mirada espetó: —¿Tanto te gusta la idea de que te cojan? Zyrian dejo de carcajearse ambos alfas en una lucha constante de miradas. Los hoyuelos de Zyrian dejaron a Marlon pasmado y un segundo después una mano se deslizó sobre su cadera tirando de Marlon. Su trasero aterrizó en los muslos de Zyrian presionandose fuertemente contra aquellos que no debería de tocar. —Bastardo —insulto Marlon. Intentó tirar de su cuerpo y Zyrian lo apretó con más fuerza pegando ambos cuerpos aún más. Marlon lanzó un golpe que Zyrian detuvo con facilidad. Con el cuerpo inmovilizado por completo Marlon se quedó estático por un segundo. El aroma exquisito a tabaco se intensificó a cada segundo que respiraba cortando por completo su oxígeno. La Omega que estaba junto a ellos colapso entrando en celo. Fue en ese momento que Marlon comprendió que ese olor a tabaco provenía de Zyrian. Fúrico desprendió feromonas en una lucha constante por ganar el espacio donde estaban. Marlon volvió a tirar de su brazo y en un movimiento veloz golpeó a Zyrian en el cuello arañandolo. El ardor no demoró en hacer enojar a Zyrian tiro con más fuerza de Marlon estrellando su presa contra el sillón de cuero. Las posiciones cambiaron y Marlon maldijo al estar abajo, su rostro siendo aplastado por el cuero y sofocado por tantas feromonas. La sonrisa nítida de Zyrian seguía pasmada en su rostro y Marlon volvió a preguntar que era tan chistoso para que un bastardo como Zyrian sonriera. —Disfruto de pensar en como te voy a penetrar —susurro en su oído y Marlon se impulsó hacia atrás. Mal movimiento, su trasero quedó apretado contra la erección de Zyrian. —Tú a mí —escupio Marlon con prepotencia. Apretó los labios al sentir algo duro en su tracero —No me hagas reír bastardo. —Te haré gemir, no reír. Aprenderás a duplicar y no contestar. Una electricidad desconocida domó el cuerpo de Marlon hasta hacerlo casi desplomarse en el sillón. La saliva se escapó de sus labios en hileras visiblemente lascivas. Zyrian observo el cuerpo tenso y la espalda apretada. Era una figura lo suficientemente lasciva para que su m*****o se apretara en sus pantalones. Incluso el aroma de Marlon era como un calmante que contrarrestó el mal humor de Zyrian. Ambas feromonas dejaron de atacarse para comenzar a fluctuar entre ellas. Zyrian apretó más a Marlon haciendo que este soltará un quejido bajo que era casi insonoro, pero en los oídos de Zyrian resonaron tan audibles. Zyrian libero presión en su mandíbula y suspiro moviendo los bellos de la nuca de Marlon. —Es una lástima que no tengamos el hábito de coger con alfas ¿No crees? Zyrian soltó los brazos de Marlon dejando que este volviera a respirar. Casi sin oxígeno Marlon no pudo levantarse de inmediato, aún seguía sintiendo el pesado cuerpo de Zyrian sobre él. El pecho le subía y bajaba respirando pesadamente, los labios rojos entre abiertos humedecidos por la saliva. Viendo esa imagen Zyrian volvió a pronunciar: —Es una lástima de verdad. No fue hasta que Zyrian dejo la habitación que Marlon se recompuso insultándose a si mismo por no haber podido hacer nada, su propio orgullo alfa dañado y su moralidad por los suelos. Viendo a la Omega aún tirada en el suelo Marlon cubrió su nariz evitando respirar ese olor a feromonas. CONTINUARÁ…

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