Marlon se despertó con un grito interno. Su cabeza le palpitaba y rememorar lo sucedido era un golpe certero a su cordura.
Sostuvo los mechones de su cabello tirando de ellos. ¿Cómo pudo permitir que Zyrian lo tocara de esa manera? Su familia estaría decepcionada si lo supiera. Solo fue un manoseo provocado por el alcohol. Eso quería pensar, creer y asimilar.
No hay razón suficiente para hacer un grande escándalo por un accidente mediante el alcohol. No es como si tuviera la certeza de volver a suceder lo mismo. Con eso en mente se levantó y busco sin poder encontrar al causante de su desánimo. ¿Se habrá ido después de aquello? Era lo más seguro.
Si tenía en cuenta el linaje y orgullo de Zyrian cabía la posibilidad de que también estuviera arrepentido por aquel acto nada civilizado entre dos alfas.
De camino al palacio sentía como sus tripas se revolvían de los nervios. No recordaba la última vez que se sintió tan ansioso por algo. Una llamada sonó justo cuando llegó al palacio. Estacionó el coche y contesto la llamada.
«Oye ¿Estás bien?»
—¿Por qué no debería de estarlo?
Marlon no entendía la preocupación de Virón. Sabía que su retiro del bar fue muy repentino, no obstante, Zyrian no era típico alfa de cubierta peligrosa.
«Un hombre de la nada te llevó con él anoche ¿Quién era ese?, nos diste un buen susto, al menos pudiste haber contestado las llamadas»
El reclamo no era una exigencia como en sí, más bien era una sugerencia capciosa de un amigo preocupado.
Marlon dejó escapar un suspiro antes de contestar.
—Trabajo para “ese” extraño y estaba lo suficiente ebrio como para poder responder una llamada.
No disfrutaba mentir, pero teniendo en cuenta lo sucedido era mejor una mentira a una verdad nada convincente.
Un silencio seguido de un grito ahogado.
«No juegues conmigo» Virón comenzó a comprender «Ese sujeto no me digas que era…»
—Si tu futuro rey monarca.
Virón podía escuchar el sarcasmo de parte de Marlon.
«No me lo creo, se veía bastante enojado»
Definitivamente, lo estaba. Zyrian era la persona más complicada que Marlon alguna vez conoció. Incluso tenía una vaga sospecha de que tenía problemas de bipolaridad.
«Fue bastante extraño verte tan confundido y obediente»
Confundido, lo estaba. No tenía previsto ver a Zyrian hasta después de una semana. Estaba tan confuso que ir con él fue más un impulso voluntario.
—Es mi jefe —se excusó.
«No estabas en hora de trabajo»
Virón no era fácil de convencer.
—Es un monarca —dijo Marlon con un poco de fastidio.
«Respeto no es lo mismo a sumisión»
¿Por qué hablaban de sumisión ahora?
—¿Qué intentas decir?
«Lo que todos sospechamos»
—¿Y qué se supone que es esa sospecha?
Marlon alzó una ceja con los labios apretados.
«Te revuelcas con el príncipe»
—¡Oh por dios, es un amigo!
«¿Y eso fue un impedimento para pasar una noche caliente con él?»
—Deja tus delirios…
«¿Delirios? Me preguntaba por qué estabas tan ocupado últimamente, ahora entiendo»
La voz virón se volvió eufórica y Marlon se subo la frente con angustia.
«¡Te gusta que te den como cajón que no…!»
—Basta de tonterías —dijo tajante —no me revuelco con Zyrian…
«¡Oh por dios, incluso lo llamas por su nombre! Admite que fue una noche intensa.»
El creciente enojo que empezó a surgir se desvaneció dejando vergüenza absoluta. Joder, Virón tenía razón, si fue una noche intensa
—Ya déjalo Virón —su voz en una advertencia severa —me acompañarás a comprar el regalo de Noa ¿Cierto?
Virón demoró en contestar, estaba analizando la manera nada convincente en la cual Marlon quiso cambiar de tema.
«Por supuesto»
Cedió. Tendría el suficiente tiempo para acorralar a Marlon después.
—Bien, pasaré por ti al salir.
No le dio tiempo para regresar la respuesta y colgó la llamada. Se sentía al borde de un precipicio o con el agua al cuello, era tan peligroso estar junto a Zyrian, durante las primeras horas hizo lo impensable por mantener la distancia.
Rechazo su invitación para el desayuno, también rechazo la orden de ir a su oficina con la excusa de estar ocupado y sobre todo a la hora del almuerzo volvió a rechazar su invitación.
El secretario de Zyrian podía ver cómo una nube oscura se cernía sobre el palacio. Las venas en sus manos y en su frente solo eran superadas por aquella que se vislumbraba sobre su cuello.
Parecía un imponente y calmado alfa que trabajaba con calma. El secretario no recordaba cuando fue la última vez que vio a Zyrian tan molesto y trabajador. La última vez fue hace años cuando decidió culminar todo para ir a Lexus y proponer matrimonio al Omega hermano de Marlon. Y cuando fue rechazado, no hubo una persona que quisiera pisar el palacio.
El secretario solo podía pensar en que podrían tener los clerefth para poner así a un príncipe de otro planeta. La semana transcurrió como de costumbre y la única vez en la cual se vieron cara a cara fue cuando Marlon divago informando sobre tomarse unos días por el nacimiento de su sobrino. Marlon estaba a dos días de partir a Lexus y aunque Zyrian sentía que estaba al borde del delirio vio estúpido comportarse de una manera poco ética con alguien a quien apreciaba. Olvidando su orgullo tomo el consejo de su secretario y envío una invitación para cenar.
El secretario a su lado se sentía nervioso como si fuera el quién estaba por ir a una cena casual y no Zyrian. Aun con los nervios se sentía muy seguro de sí mismo, tenía todo planeado una cena íntima, alcohol y mujeres por si ambos decidían divertirse. Llevaba mucho tiempo junto a ambos alfas para saber sus gustos. Incluso la música había sido preparada con minuciosa atención.
Tocan la puerta y Zyrian deja el papeleo prestando atención a lo que dirá el guardia. El pálido hombre camina cabizbajo.
—Lo lamento mi señor, —duda antes de seguir —El joven clerefth mando a dar sus más sinceras disculpas por no poder…
Sin poder terminar la frase, el chirrido de la silla siendo deslizada lo hizo temblar. La silla cayó hacia atrás con un gran ruido y las feromonas se intensificaron haciendo que el secretario y el guardia que aún estaban en la oficina se erizaran. Ambos eran betas y sin poder respirar feromonas las reacciones de sus cuerpos le advertían sobre un alfa wail en extremo enojado.
Cada pisada era tan pesada que resonaba en el mármol dejando una angustia en los presentes. La puerta se estrelló al salir. No era enojo, no era rencor por ser rechazado, era fastidio como ninguno.
Ni siquiera podía controlar su respiración que se volvió pesada a cada exhalación. ¿Acaso no eran dos adultos? Evadir sus encuentros no resolvió nada entre ellos. Pensando mejor ¿Hubo alguna vez que Zyrian soportará aquel comportamiento infantil en alguien?
Detuvo el paso analizando lo que estaba haciendo. ¿A dónde tenía pensado ir? ¿Dónde Marlon y reclamarle? ¿Alguna vez hizo esto con alguien más?
Intento regresarse y volvió a detener el paso. Claro que no, Marlon Clerefth era alguien más en su lista de trabajadores, solo eso. Aquella noche fue un error del cual recapacitó y comprendió que esa atracción insana solo era un desvío a lo que alguna vez quiso.
Entonces, mientras menguaba sus pensamientos, decidió dejar pasar lo sucedido y continuar con la buena y divertida amistad que tenía con Marlon.
Pero Marlon solo lo estropeó. Rechazar sus invitaciones con excusas estúpidas era un fastidio y una niñada de la cual no soportaría aun si se tratará de Marlon Clerefth. Con eso en mente, siguió el pasillo hasta la habitación de Marlon dispuesto a cortar toda relación y echarlo del palacio. Zyrian no era una persona que haría las cosas a media. Le prohibiría al doctor seguir instruyendo a Marlon.
Cada pensamiento era destructivo. Quitarle todo, dejarlo sin nada y botarlo como un perro. Y entonces, ahí estaba postrado frente a las puertas dobles con las manos sobre la cerradura. Algo se movía dentro y el aroma a alfa se impregnó sobre el ambiente que rodeaba el lugar.
Zyrian aspiro el aire y dejo caer las manos en sus laterales. Una de sus manos cubrió su rostro con fastidio.
En el palacio vivían más betas que alfas u Omegas. Más aquellos que de género igual tenían prohibido liberar feromonas. El único al que se le permitió este acto deliberado era el sujeto dentro.
Marlon discutía con alguien y Zyrian solo supuso que estaba al habla con alguien. Se escuchaba bastante enojado o frustrado. Una sensación nada agradable hizo que su abdomen se tensara y sus manos involuntarias tiraron del cerrojo abriendo de un portazo.
El rostro de Marlon se contrajo al verlo.
—Vas a seguir jugando a ser un niño.
La voz simple y relajada no acordaban con la mirada opaca. Marlon seguía petrificado en su lugar mientras Virón del otro lado de la llamada seguía hablándole.
Tenía que decir algo. No pudo. Entonces solo desvío la mirada hacia una esquina y la poca paciencia de Zyrian cayó en picadas.
—No me gustan los juegos —revuelve su cabello, Marlon sigue en silencio sin decir nada —supongo que hasta aquí llegó la confianza.
Un mal presentimiento hizo que Marlon alzará el rostro mirándolo crédulo.
—Oye…
—Toma tus cosas, hasta aquí llegaste.
—¿Qué?
Marlon no sabía que decir, ¿Siquiera era verdad lo que escuchaba o era una fantasía loca de su cabeza? Sabía que Zyrian era una persona impulsiva, pero al grado de desecharlo como si no fuera… Nada.
—Lo que escuchaste, te quiero fuera del palacio —se giró dando la espalda, dos pasos y se detuvo sin mirar a Marlon continuo —No, te quiero fuera de Ghosteares.
Por primera vez en su vida sintió que todo se derrumbó. No era el fin del mundo, de eso, intento de convencerlo su cerebro. No lo era, podía seguir estudiando fuera de Ghosteares. Los demás instructores o academias no serían mejor que en Ghosteares, pero harían un buen trabajo.
Parpadeo crédulo sintiendo un dolor en el pecho y una punzada en el abdomen que lo hizo inclinarse un poco.
Intento acercarse y el príncipe solo se alejó más. La puerta se estrelló dejándolo solo en la habitación. El dolor de cabeza se volvió casi insoportable y el calambre estomacal lo hizo toser una vez y otra vez hasta que sintió que se desgarraría la garganta.
Camino recostando su cuerpo en la puerta en la cual Zyrian acababa de marcharse. Se sentía tirado y desechado. Tal vez se equivocó al no ir a sus encuentros, pero fue tan grave como para ser expulsado de Ghosteares como un criminal.
Su orgullo irracional le gritó que sentirse mal era estúpido, si un imbécil lo tiraba aún podía salir caminando con dignidad y no como un perro abandonado.
Incluso su propia dignidad lo regaño por sentirse de esa manera. Zyrian solo era una persona que conoció debido a las circunstancias. ¿Quién era Zyrian? Lo conoció por los problemas con Juno.
Así es, Zyrian solo era el maníaco príncipe de otro planeta que intento atrapar a su querido hermano menor ¿En qué momento se convirtió en alguien indispensable para su vida? No lo es, no lo será y se negaba sentirse mal por él.
Tomando aire y liberándolo al mismo tiempo, recostó su cabeza en la puerta. El dolor de cabeza hizo que comprimiera su rostro, sostuvo su abdomen para aliviar el creciente dolor y dijo:
—No volveré, escuchaste hijo de puta, si vuelvo a tocar este lugar tendrás que arrodillarte y chuparme la v***a, idiota.
Uso todo el vocabulario obsceno que aprendió de Juno. Se apartó de la puerta. No sabía si Zyrian aún seguía fuera, pero lo dijo muy seguro de que lo escuchó. Saco el frasco de pastillas y se tragó tres ignorando la advertencia de Alaric. Solo quería dejar de sentirse tan de la mierda.
CONTINUARÁ…