PARTE 12

3275 Words
Para comenzar, ¿Qué podría enojarle el saber que Zyrian tendrá un heredero? Es algo que siempre se ha planeado. ¿Futura esposa? No podría sentir más lástima por la pobre chica. El cuerpo de Marlon tan tenso y relajado al mismo tiempo. Se mantenía estático sin atribuir ningún movimiento en la mesa de banquetes. La música suena delicadamente mientras los murmullos seguían siendo bajos. —Si su hija desea mi ayuda para casarse, no dude en presentarla ante mí. La ex reina hablaba amigablemente con el doctor Fhoyer, mientras Marlon maldijo a todos los reyes del mundo por obligarlo a sentarse en la misma mesa que Zyrian. Había demasiados aromas mezclados, pero cada exhalación era inhalar el aroma de Zyrian como si no hubiera más nadie que solo él en aquella mesa. Ese olor a bosque, a naturaleza, a madera era un aroma exquisito que hacía que la comida servida en su plato fuera basura ante su paladar. Enterró las uñas en sus palmas queriendo nivelar las emociones con el dolor seguido en su bajo vientre. Era estúpido sentir todo esto aún más cuando Zyrian parecía estar en total comodidad con la mirada al frente. —Marlon —le habla la ex reina —¿Conoce usted a la hija del señor Fhoyer? Saliendo de ese mundo de cenizas, respondió con tranquilidad. —Así es su majestad. Es una niña hermosa. —¿Niña? Tiene edad de casarse, tal vez seas un buen prospecto para ella. El cuerpo de Marlon se tensó de inmediato como si jalaran los diminutos bellos de sus brazos. No era momento de hablar sobre un matrimonio. Las puertas del salón se abren dándole paso a un joven de cabello caoba y enormes ojos cafés. Camina imponente hacia la mesa principal haciendo que la princesa Vanesa se levante de su lugar. —¡Dan! —habla eufórica —Pensé que no vendrías. —Mi primo tiene una mala costumbre de llegar tarde —expone el esposo de la princesa Vanessa. —Curiosamente, tuve problemas para salir de Tlorian —acusa el joven Hamilton. Ambos primos se miraron con odio antes de que el joven Hamilton dejara escapar el aire hastidiado. Apartó la mirada hacia Juno y Aixhad dando una reverencia pasiva con una enorme sonrisa que hizo que los presentes se sorprendieran al ver tan bella sonrisa que solía ocultar ese rostro siempre serio. —Felicidades, estoy seguro de que serán un gran ejemplo de monarquía. El cuerpo de su primo se puso rígido y con un golpe seco en la mesa se levantó, se balanceó hacia delante furioso y antes de decir algo más revolvió su cabello frustrado. —Me alegro mucho de que llegarás a tiempo, ya que estás aquí, bailaré con mi esposa si no les molesta. Con un movimiento fuerte tomó a la princesa llevándola a la pista de baile. —Tome asiento —pide Marlon incómodo. El joven Hamilton evalúa los puestos disponibles rechaza la invitación al notar que el único puesto libre era al lado de Rayan. Observa el puesto con tanta presión que cualquiera pensaría que el asiento saldría volando. —Tranquilo, no muerdo. —bromea Rayan sorprendiendo a sus hermanos por el chiste deliberado que nunca antes ha demostrado hacia nadie. Lo dijo con todas las intenciones de fastidiar al joven Hamilton. Dan sin más remedios caminó a pasos lentos como si esperará que alguien lo salvará de estar junto a Rayan. —Dos marqueses y un príncipe extranjero —exclama la ex reina —Tres solteros en edad de casarse. Los tres sujetos mencionados se tensaron y casi escupen el trago de vino. —No creo que el marqués Clerefth esté buscando esposa —habla la ex reina con algo de decepción en su voz —Y por lo visto su hermano tampoco. Marlon sobó su nuca algo apenado. —No es así, estaré dispuesto al matrimonio siempre y cuando sea la persona correcta. Sus tres hermanos lo miraron en una sonrisa cómplice. Se sabía que Marlon odia el concepto del matrimonio y no es algo a lo que aspire por ahora. —Y usted príncipe Dan —espeta la ex reina haciendo que Dan Hamilton suelte el tenedor con el cual disgustaba de una torta de frambuesas —¿No tiene pensado casarse? La reina parecía decidida a no dejar de lado el tema del matrimonio. —Pienso lo mismo que el joven Clerefth. —Entonces harían buena pareja no cree —dice la reina risueña mirando a Marlon con coquetería. Marlon podía sentir la presión de dos miradas clavadas sobre él. A su espalda sabía que si giraba a ver, se encontraría con los orbes zafiros de Zyrian, no obstante, le inquieta más la mirada pesada y sin emoción alguna de Rayan. Todos dispuesto a escuchar la respuesta. —Créame su majestad que el joven Clerefth es de mi gusto, más no creo que yo sea del suyo. El joven Hamilton es quien sale al rescate. Marlon casi le agradece por eso. —Para nada es usted de mi total agrado. —No creo que lo sea. Los pares de ojos se clavaron en la espalda de Marlon, no en él, sino en quien está a su espalda y quién hablo sin reparo. —¿Disculpe? —cuestiono la ex reina. —No creí prudente que mienta. —esta vez los orbes esmeralda se clavaron en Marlon. —Recuerdo muy sus gustos y opino que Hamilton no está entre ellos. ¡Cállate! Marlon casi le grita en frente de todos. El pecho le retumba en el oído desbocado. ¿Cómo se atreve a decir eso frente a todos? Lo acaba de exponer sin ningún reparo. —Tiene razón, si me preguntan opino que el joven Hamilton no está en los gustos de Marlon. Las cabezas giraron de reversa hacia el otro extremo clavándose en la cara de Marlon. Todos con una expectativa a escuchar las razones de sus palabras. —¿Qué dices? —lo empuja Noa con el codo —No le haga caso Dan, mi hermano hoy parece estar bromista. —intenta reparar Noa. —No lo digo por ser grosero, solo creo que no se verían no concuerdan mucho. Noa quería arañar el rostro hermoso de su hermano mayor. Hay cosas que no se dicen por ética. —¿Y según usted con quién si concuerdo? El joven Hamilton tenía un rostro que reflejaba enojo y fastidio, Juno al lado de Aixhad sentía que en cualquier momento Dan Hamilton le soltaría un izquierdazo a Rayan. —Eso debería decidirlo usted, no yo. Era obvio que había rencor entre ellos. El problema es que ninguno de los presentes entendía el trasfondo de aquel rencor. —¿Se mantendrá callado? Ya que está de bromista, pensé que le daría la inteligencia suficiente para darnos sus más sincera opinión ¿No cree usted? Ambos se miraron e incluso cuando la ex reina carraspeó algo incómoda, siguieron con el duelo de miras, hasta que ambos sujetos se apartaron un poco más, como si la distancia entre sus asientos fuera insuficiente. Todo parecía estar descontrolado y fuera de sí. Había algo que le incomodaba de más a Juno. Miro por encima del hombro de Marlon encontrándose con los orbes esmeraldas clavados en la nuca de Marlon. De la misma manera Noa seguía incómodo al lado de Rayan y Dan. Ambos hermanos Omegas intercambian miradas confusas. Algo estaba pasado y eso era obvio. El odio entre Rayan y Dan Hamilton era un problema, pero toda la preocupación de ambos omegas estaba dirigida hacia Marlon. Cuestionaban con la mirada pidiendo una explicación a lo cual Marlon, limpio su boca y se levantó ágilmente escapando de la escena. No respondería preguntas sobre Zyrian o sobre lo que vivió en Ghosteares. —Ya regreso —, dijo sin dar tiempo de refutar —Iré a fumar. Una mentira banal tendiendo en cuenta que su familia no lo había visto fumar desde que llegó de Ghosteares. Se perdió entre los invitados subiendo las escaleras hacia los palcos superiores y tiro de una de las cortinas color carmesí cerrando el lugar. La oscuridad invadió el palco y Marlon se dejó caer en el sillón liberando su cuello de la molesta corbata. Estaba algo histérico, pensó. Al ver cómo su mano seguía tiritando, tomo la jarra de agua sirviendo un vaso con la cual bebió una pastilla recetada por Alaric. Pensando de Alaric, no tendió la razón del porqué decidió marcharse tan temprano de la celebración. Tal vez él debió hacer lo mismo. —No creí que fueras alguien que huye. Marlon no hizo el intento de levantarse. Alzó la mirada desde su lugar, la figura de Zyrian apareció secando su saliva. Su pecho comenzó a comprimirse. El celeste de sus ojos se opacó mientras admiró sin reparos al hombre parado tras él. El cabello de Zyrian está desordenado, Marlon estaba seguro de que lo revolvió mientras subía las inmensas escaleras. La anchura de su torso y la camisa a la medida, los zapatos lustrados y el pantalón oscuro. Zyrian libero sus hombros de la casaca oscura y su aroma se liberó de inmediato haciendo que Marlon tragara seco. —Estás más delgado —afirmó Zyrian. Marlon pensó en ignorar sus preguntas, pero su boca se movió antes de que su cerebro asimilará sus órdenes. —Y tú estás comprometido, eso es de admirar. Pobre chica. Marlon no quería darle rienda suelta a estas emociones confusas, mucho menos tenía la paciencia para explicar que estaba enlazado a otra persona y ahora ambos estaban en situaciones diferentes. —¡Oh claro! Olvide mencionar al heredero. Te felicito. La ironía en sus palabras era notable y Zyrian masajeo su mentón con una leve sonrisa. —No suenan muy convincente. Pareces dispuesto a dar maldiciones y no felicitaciones. —No espero convencerte de mis buenas intenciones y ambos estamos de acuerdo con que no estás en posición de pedir amabilidad. —Por supuesto —acepta la culpa como si nada —Ya que tocas el factor sorpresa, pensé eras inteligente, pero viendo que recoges a dos mendigos y los dejas vivir en tu casa supongo que deben ser buenos en la cama. Mendigos iguales a Alaric y Virón. —Eso sonó a reclamo. —Solo juzgo tus tan buenas intenciones. ¿Cuál de los dos tenía más ironía en sus palabras? —No tienes derecho a juzgar —habla plausible —No puedo solo ignorar esos bonitos rostros. La mandíbula de Zyrian se presionó tan fuerte que los pómulos se contrajeron. —¿Dos alfas? —juzga —No digo que me sorprenda después de aquella noche. No era necesario que especificará de qué noche hablaba. La respiración de Marlon se detuvo y se obligó a sonreír. —Tienes razón, te pido disculpas —habla con el orgullo jugando romperse —Por confundirte con Alaric. Eso fue suficiente para que Zyrian clavara la mirada oscura sobre Marlon. El iris dilatado y la respiración cortada. Se podría notar lo molesto que estaba solo con las venas marcadas en su cuello y manos. —Mientes. Un jadeo se escapó de los labios de Marlon. Zyrian desprendió tantas feromonas agresivas que se vio a sí mismo en peligro. —Detente, piensas ahogar a todos aquí. Contrólate demente. —No estás en posición de ordenar nada, solo eres un noble. La arrogancia nunca lo abandona. Con eso en mente Marlon se puso de pie y con una reverencia llena de enojo le dijo: —Este simple noble, le dejará el palco para que se amargue usted solo alteza Antes de salir una mano enguantada sostuvo su brazo con tanta presión que Marlon chillo de dolor. —No seas terco —pidió Zyrian en un susurro que erizo la piel de Marlon —Tiempo sin vernos, y buscar pelear. El pecho de ambos subía y bajaba con lentitud y Zyrian se vio encantado con ese gesto que estaba seguro de que solo él provocaba en Marlon. —No hay nada que hablar —responde Marlon con voz tan baja que parecieran dos amantes esperando no ser encontrados —Su alteza puso muy en alto su petición de que abandonara Ghosteares. —¿Alteza? —se bufó Zyrian —¿Ese es un nuevo juego de roles? Con un respingo Marlon se giró ofreciéndole esos orbes celestes a Zyrian. —¿Cuándo hemos hecho juegos de roles? En su voz había miedo y preocupación. Por más que quiso recordar aquella noche en el hotel su memoria estaba dividida entre lo que recordó y lo que deseaba recordar. —¿No lo recuerdas? —jugo Zyrian notando ese gesto de preocupación en Marlon—Me rogaste que te… Con un grito ahogado Marlon no lo dejo terminar. Le cubrió los labios con las manos desnudas. Tenía miedo de escuchar lo que seguía. —Vasta —pidió y unos segundos después se escucharon murmullos. —¿Seguro que no hay nadie? —cuestiona una voz desde afuera del palco. —No, solo yo subiría esas infernales escaleras para verte. Zyrian soltó una sonrisa cómplice. No era el único. Marlon intentó apartar la mano enojado y Zyrian lo sostuvo con fuerza estrellando su rostro contra la puerta del palco. —¿¡Qué carajo haces?! —insulto en voz baja. Marlon puso las manos como soporte para impulsarse hacia atrás. Zyrian lo detuvo, le encarceló las manos detrás hasta dejarlas presionadas en sus caderas. El forcejeo Alerto a las dos personas fuera. Después de unos segundos de silencio ambos sujetos se marcharon con apremio. —¡Estás demente infeliz! Sabes qué hubiera pasado si… —Somos dos alfas, no pasaría nada. Tenía razón, más no quería que surgieran rumores extraños en la sociedad. Mucho menos cuando se acercaba el Hilomon. —Ya comprendí, ahora suelta que me lastimas. Con una sola mano sostenía las dos de Marlon, enrolló la mano libre en el cuello de Marlon infringiendo presión hacia arriba. —No le soporto caprichos a nadie. —¡¿Y yo si tengo que soportar los tuyos?!—reclamo Marlon colérico. El rostro de Zyrian lo decía todo. No comprendía la magnitud de sus actos. —No he hecho algo parecido en mi vida. —Cómo crees que le llaman a deportar a alguien para después aparecer y hacer esto. —Intenté hablar a las buenas. Marlon aun con el rostro erguido hacia atrás y las manos de Zyrian enrolladas como serpientes en su cuello, argumento: —¡Y por eso tienes que joderme! Se podía sentir el rencor y el dolor en aquellas palabras. Notando aquella furia creciente Zyrian cedió. —De acuerdo — soltó sus manos y cuando Marlon se giró molesto, ya él tenía las manos en el aire —Hablemos. Con todo el descaro se sentó en la silla bajo la mirada tetra de Marlon. Tiro de la cortina roja dejando entrar la luz al palco para darle más seguridad a Marlon. —Jamás te deporté, solo te despedí. Marlon pasó sus manos frustrado por su cabello. No estaba mejorando su ánimo y cada palabra de Zyrian eran como dagas que le harían más el orgullo. —Regresa si es lo que quieres. No había signos de arrepentimiento en aquellas palabras. Marlon se mantuvo de pie, cruzó sus manos y con la mirada confiada dijo: —Eso ya no importa. ¿Lo olvidaste? Ruégame de rodillas. Algo se removió en el estómago de Zyrian. Era euforia como ninguna. —No lo haré. —No pienso obligarte, de igual manera ya decidí dejar de lado los estudios. La sonrisa confiada de Zyrian se volvió fría y dura. —¿No era eso importante para ti? —Lo era, hasta que lo jodiste y ya perdí el interés. Mintió. Claro que no le diría que el doctor Fhoyer lo estaba instruyendo desde lejos. —Encontré regocijo en follar con alfas. Se bufó en honor a los pensamientos que Zyrian tenía de Alaric. —No se te da bien mentir. Marlon arqueó las cejas. —¿Quién dice que miento? —Alaric Ristrón, 28 años, doctor profesional, mediocre si me lo preguntas teniendo en cuenta que trabaja en una clínica no más grande tu departamento en Ghosteares, huérfano, tipo de sangre 7H, no tiene títulos o patrimonio no diferente a un mendigo y lo más importante un alfa actualmente comprometido. ¿Ahora coges con un hombre que está por casarse? Mierda. Ni siquiera entendía la razón del porqué no dudo de que investigara a Alaric. Cuidado y todos sus amigos ya habían sido investigados. —Disfruto de una aventura y él también. —Dije que era un mendigo, más dudo que tenga el valor de engañar a la mujer que le dará un título. —¿Qué? —Marlon quedó asombrado, no sabía que James era una noble. —No te lo dijo. Que bien amante es, ¿No crees? Marlon sentía que Zyrian estaba intentando darle pistas de algo sobre Alaric. Más no logro captar las indirectas. Implantando aquellas dudas Zyrian se levantó de su silla caminando hacia Marlon. De pie a menos de dos sentimientos de tocar su cuerpo se detuvo tan imponente y viril. —No te pediré perdón, estaba y sigo enojado… —Esa es tu forma de disculpa. Una de las razones por la cual Zyrian se sentía frustrado al lado de Marlon era su insolencia a la hora de interrumpirlo. Todo el peso del cuerpo de Zyrian cayó sobre Marlon el cual abrió sus labios para protestar. —Si me vuelves a interrumpir… —¡¿Que harás, no te tengo mie…?! Zyrian se balanceó sobre y atrapó su labio inferior. Mordió hasta sacar sangre mientras Marlon intentó apartarlo, Zyrian se negó a soltar su labio y entonces, al saborear el sabor metálico de su sangre, se relajó moviendo los labios sobre los suyos. Marlon se odió a sí mismo por no apartarlo, el ardor de su labio partido era vivido más era opacado por todo lo demás. Sus lenguas se estrellaron entre sí y el cuerpo de Marlon fue impactado contra el mueble que tenía detrás. No sé detuvieron. Tal vez era el odio que ambos sentían ante aquellas emociones o la añoranza de todos esos días separados. La mano de Marlon se cruzó a la espalda de zyrian dónde rascó de la tela enterrando las uñas. Con más fuerza Zyrian presiono de su cuerpo y el mesón de madera crujió al soportar ambos cuerpos. Los labios de Zyrian estaban húmedos y recorrieron los de Marlon con ansiedad y frustración. Marlon fue tomado del cuello y presionado con más fuerza hasta que el primer jarrón sobre el mesón cedió y cayó contra el suelo. La presión en el pecho de Marlon lo estaba ahogando, no respirar lo dejo jadeando y fue justo ahí cuando empujó a Zyrian. Los labios hinchados y rojizos, el pecho que se alzaba pesadamente y caía más suave y el vuelto que se enmarcaba sobre el pantalón de tela hizo que Marlon soltará un quejido. Los orbes ya no eran zafiros, se habían escondido tras un color oscuro, empañado por el sudor frío. Zyrian revolvió su cabello y Marlon lo vio contar sus respiraciones tratando de tranquilizarse a sí mismo. ¡Por el amor de meera! Las cortinas del palco estaba abierta ¿Nadie los vio? Con susto Marlon acomodo su camisa arrugada y planchó su pantalón con las palmas antes de salir dejando a Zyrian atrás. No había lugar para pensar en lo que hicieron y lo mejor era no tocar ese tema y enterrarlo. CONTINUARÁ...
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