Un precioso traje blanco vestía a Juno. Sobre la pieza había una casaca color azul oscuro. Tiene un diseño distintivo con un cuello alto y detalles en blanco, como cordones y botones decorativos que siguen un patrón simétrico en la parte frontal. Solo la llevaba recostada sobre los hombros como si de una decoración se tratara. Juno juega con sus nudillos nerviosos. Desde hoy ostentaría el segundo puesto más importante del planeta y no sabía si podría con tantas responsabilidades.
—Lo harás bien querido —lo alienta la actual reina mientras acomoda la casaca más a la izquierda —Yo estaba igual de nerviosa.
Marlon y Rayan estaban en el sillón frente a Juno, mientras Noa acomoda las mangas de Juno. Marlon cruza las piernas mientras analiza el color oscuro del uniforme que lleva su hermano.
—Mira el lado bueno, ya estás casado, obtener un segundo título no puede ser peor que decir si en el altar —bromea Marlon.
Los ojos de Juno bajan a sus pies notando los zapatos blancos lustrados.
—¡Oh dios! —habla Noa lanzando una mirada acusadora —Ignora sus palabras, ya sabes el pavor que le tiene al matrimonio.
—¿Está usted en época de casarse? —habla la reina —Podría comenzar a preocuparse por eso.
Rayan y Marlon ambos apartan la mirada evitando mirar a la reina.
—Yo podría darles mi gracia, estoy segura de que encontraré buenos prospectos para ambos.
Intentan refutar, pero son interrumpidos por un mensajero. Hace reverencia y entrega en las manos de Juno una prenda de vestir impregnada en feromonas. Los dos únicos alfas en la alcoba arruguen la nariz sofocados. Juno lo toma en manos y con rapidez abraza la camisa aspirando con desespero.
Después de unos minutos de sostener la prenda Juno alza el pecho respirando pesadamente.
—Ahora me siento mejor —segura con confianza —¡Hagamos esto ahora antes de que me arrepienta!
Ambos hermanos alfas, se levantan con la misma seguridad que Juno les trasmite. Marlon abraza a Juno alzándolo para bajarlo del podio donde estaba.
—Serás el Omega más hermoso entre todos. Ve y has que todos se inclina en tu presencia.
Los ojos cariñosos de Marlon hacen que Juno quiera ocultar la cara controlando el llanto que estaba por surgir. Los pies de Juno tocan el suelo con un delicado movimiento por parte de Marlon.
Cara a cara Rayan observa a su hermano menor. Era precioso y sabía que cualquier alfa sería agradecido de tener a Juno como su compañero de vida. No existía una palabra suficiente de consuelo. Rayan irguió su brazo ofreciéndolo hacia Juno.
El Omega tomó el brazo de su hermano y con eso Rayan y Juno caminan en dirección hacia la sala del trono.
El bullicio de la multitud era sofocante. Las pesadas puertas se abrieron y Juno soltó el brazo de Rayan, le dio un abrazo antes de respirar una segunda vez y aventurarse a lo que desde hoy sería su vida como consorte real.
En la pequeña recepción solo había ocho personas sin contar a los guardias.
—Eres hermoso —adula Aixhad —¿Listo?
Extiende su brazo y Juno con una mirada expectante sonríe asintiendo.
Se colocan frente a la segunda puerta.
Cada quien toma su lugar con el rey y la reina en la cabeza, seguido de Logan y Noa. Marlon y Rayan ocupan el siguiente lugar en la fila.
El bastón del anunciante toca dos veces el suelo haciendo que todos los presentes se levanten en una inclinación.
—Su majestad el Rey Males Langur Lexus y la reina Cloe Langur Lexus.
Anuncian cuando ambos reyes entran caminando con finura hacia los dos tronos que estaban situados sobre el podio. Cuando ambos reyes tomaron sitio, el bastón volvió a sonar contra el suelo y anunciaron la llegada de Logan y Noa, como los segundos en el régimen, seguido.
Cuando llego el turno de Marlon, este se giró hacia atrás guiñándole un ojo a Juno.
—Marlon Ruthlen Clerefth —anuncian su nombre y los ojos caen sobre él mientras camina entre el grupo de personas.
Omegas y betas lo observan con tanto brío y anhelo que Marlon estaba seguro de que en cualquier momento lo arrastrarían hacia una esquina. El olor almizclado a feromonas le provocó una arcada que disimulo lo mejor que pudo.
Se concentró en el salón: Tiene cortinas que adornaban los palcos superiores y candelabros de cristal que alumbran de un color dorado haciendo resaltar el oro en los ornamentales. Casi al final de la alfombra roja un olor lo hizo detener el paso. Los bellos de su nuca se erizaron, un par de ojos esmeralda lo observa y la respiración le contrajo los pulmones y el vientre.
Era tan contradictorio ese sentimiento que se sintió ofendido consigo mismo por ser tan ostentoso. Con la poca estabilidad que tenía siguió el camino bajo los ojos juzgones que buscan una explicación a su repentino desaire. Curvo a la izquierda y se sentó en el sexto puesto de la primera fila.
Volvió su mirada hacia el hombre que estaba del otro extremo. La mirada de Marlon era un suplicio como si no pudiera creer que realmente Zyrian estuviera sentado al otro lado. Hicieron contacto visual y el mundo se detuvo para Marlon. No podía creer lo mucho que extraño ver esos ojos verdes bosque.
Entonces el enojo lo invadió. ¿Cómo se atrevía a venir? ¿Acaso no odiaba a Aixhad? Por qué venir a un lugar que odias. Además, lo echo como un perro de Ghosteares.
Lo trato como si no valía nada, como si la amistad que existió no fuera más que un desperdicio. Frunció las cejas y aparto la mirada clavándola en los tronos brillantes de oro.
Juno y Aixhad llegaron al podio deteniendo el paso justo en las escaleras al pie del trono. El discurso del sacerdote se escucha a la distancia como si hubieran metros de distancia.
Mantuvo la mirada en el pie del trono sin ver nada más que eso. Para cuando reaccionó Juno y Aixhad ya tenían las coronas sobre la cabeza y subían al podio tomando lugar en sus ahora tronos. Ambos ex reyes aplaudían junto a los demás y Marlon se levantó con las señas que Rayan hizo para él.
—¿Qué pasa? —cuestiono Rayan al ver a Marlon distraído —¿Te sientes mal?
—No es nada, solo me sentí un poco mareado, pero ya estoy mejor.
Marlon no quiso volver a hacer contacto visual aun cuando podía mirar como Zyrian le clavaba la mirada en la cabeza.
Mientras los demás se levantan uno a uno dando una reverencia a sus nuevos reyes antes de entrar al salón de banquetes, Marlon siguió en su lugar con la excusa de sentirse mareado. Vio como Zyrian saludo a su hermano como si nada. Al ser un próximo monarca no necesitaba una reverencia, solo un salido formal.
Una mujer lo seguía más atrás junto al doctor Fhoyer y Marlon se preguntó quién era. Nunca la había visto ¿Un familiar o una novia? Quiso ignorar el ardor en el estómago, no obstante el dolor fue tan grande que sintió que se vomitaría encima.
Con disimulo, Alaric paso a su lado y dejo sobre los muslos de Marlon una pastilla en un envoltorio azul. Marlon suspiró de alivio y abrió el empaque y se lo llevo a la boca dejándolo bajo su lengua.
Alaric entro con rapidez al salón de banquete encontrando a Zyrian junto al doctor Fhoyer. Era incomprensible que estuvieran aquí, el rey en persona dijo que Zyrian mantendría la distancia de Marlon.
—Su alteza —saludó bajo la mirada discriminatoria de Zyrian —No esperaba verlo aquí.
La pregunta de Alaric era más para Fhoyer. Por el tono de voz era más un reclamo.
—Diría lo mismo de usted, un plebeyo en la coronación otros reyes.
Palabras llenas de clasismo salieron de la boca de Zyrian. No le agradaba Alaric y no disimulaba su desprecio ante el alfa que tenía frente suyo.
—Es un invitado mío —la voz de Marlon aparece —Y agradecería que su alteza real respete a mi invitado.
Las manos de Marlon tiemblan ligeramente bajo el cuero de los guantes oscuros. Si subconsciente lo regañó por haberse hacercado a Zyrian primero. Sus palabras están llenas de ironía. El silencio gobernó el espacio entre ellos.
Se evalúan entre ellos, cada facción del rostro, cada pequeña diferencia que haya surgido en los últimos meses sin verse.
—Diría que es un gusto verte Marlon, pero no soy un mentiroso.
Marlon se bufó de aquellas palabras que contradecían a la mirada oscura que estaba a segundos de tragarse a Marlon delante de todas estas personas.
—Señor Clerefth, para usted—acentúa su título; —agradecería que no se tome libertades conmigo, le recuerdo que soy una persona no grata en Ghosteares.
—Si eso es lo que quiere el señor Clerefth.
Marlon lo miro fastidiado, ni siquiera sabía por qué le molestaba tanto. La mujer a su lado hizo sonar su voz.
—Mahya Dlenwook —se presenta.
Marlon observó la mano extendida y la repudio enseguida como si tocarla le fuera a quemar la piel.
—Soy la prometida de Zyrian.
Un hueco se le abrió en el pecho y la camisa le apretaba el cuerpo causando comezón.
—Llevo al futuro del Ghosteares —siguio hablando con orgullo, movió la tela de su vestido dejando ver su vientre aún plano.
La dentadura se presionó con fuerza, algo apestoso le revolvió el estómago como si las paredes del estómago estuvieran siendo rasgadas, para vomitar guagulos de sangre.
—Felicidades —se las arreglo para decir con la voz apretada.
Embarazo. Embarazo. Embarazo.
Su mente lo repitió como si fuera algo que no se pudiera asimilar. Sentía púas en las glándulas y le costaba mantener el pecho quieto cuando el respirar era un martirio. Aun con todo lo que pasaba por su cuerpo se mantuvo firme impenetrable y convicto. Se giró hacia Fhoyer sin siquiera observar a Zyrian o alguien más.
—¿Podríamos hablar y ponernos al día con el temario que dejó a mi disposición?
El doctor asintió. Entonces una copa tintineo y todos pusieron su atención en el ahora rey que dio un discurso sobre el futuro del planeta, sobre sus planes y sobre su pareja y familia, en un punto hablo sobre Marlon y el Hilomon y Marlon tuvo que alzar la copa junto a los que estaban presentes.
—Nos veremos después, ahora es mejor que célebre con la familia.
Dio pasos largos llevando consigo a Alaric que parecía haberse convertido en piedra.
—Es muy amable o muy maleducado.
Zyrian y Fhoyer voltearon a ver a la mujer. Aún seguía con la mano extendida en el aire esperando que Marlon la estrechará.
CONTINUARÁ…