Yes, Daddy? II

♡Capítulo cinco♡

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Advertencia: Caricias y besos subidos de tono.

Disfruten...

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Quito mi corto short dejándome solo en panties, quería ocultarme y esconder mi rostro que está completamente rojo, me sentía avergonzada. No fue buena idea usar unas panties con figuras de animalitos.

Agarro mi rostro entre sus manos, sabía que estaba completamente avergonzada, habíamos pasado mucho tiempo dándonos besos. Mi cuerpo ardía y no entendía porqué estaba así, solo quería que Daddy apaciguara ese calor infernal.

Una de sus manos bajó por mi abdomen, rozó sus dedos por encima de la tela de las panties provocando que mis piernas tiemblen. Cierro mis ojos con fuerza intentando no pensar en esas cosas.

Daddy no me hará daño.

Lo sé, él será bueno conmigo.

— Recuerda algo, Cariño. — Lo miró atentamente. — Solo Daddy puede tocar tus partes de princesa.

Me sonrojo mientras asiento, cierro mis ojos por la pena grande que tengo, sus grandes manos bajan por mi cuerpo y eso hace que mi cuerpo tiemble nuevamente. Abro mis ojos cuando besa mis labios, y va bajando sus labios por mi cuello. Siento como succiona ciertos lugares de mi cuello algo que hace que ahí abajo se sienta húmedo.

Se aleja de mí y sigo cada uno de sus movimientos con mis ojos, se posa en medio de mis piernas, nos miramos y solo estoy nerviosa porque siento que mis partes de princesa están húmedas.

Aún no entiendo porque mi cuerpo reacciona así, solo se que se siente bien. Miro sus ojos notando que hay un fuego en su mirada algo que nunca vi en él. Y eso me... ¿gusta?, si me gusta.

— Daddy...

No me dejo terminar, sus manos seguían bajando y sentí como rozó su mano con mis partes de princesa, lo mire sin poder respirar del todo bien. No estaba segura de todo lo que mi cuerpo estaba experimentando.

— Mírame, sabes que Daddy te cuidara. — Asentí, estaba segura de eso. Pero me sentía mal con mi cuerpo.

Vi a todas las chicas y todas tienen más que ofrecer que yo, siempre miro a cada una de las chicas y todas tienen más que yo, yo solo soy como una tabla.

Me recostó acomodándome sobre la cama para estar más cómoda, suspiro nerviosa. Lo miro al ver como baja hasta estar ahí abajo, me estremecí al sentir su aliento en mi entrepierna.

Jadeo cuando aparta mis panties dejándome expuesta, no lo veía así confiaría en lo que él hace. Quería entender todo lo que ocurría en mi cuerpo, pero tenía miedo de causarme daño como ellos lo hacían en mi.

Y Daddy estaba logrando hacerme sentir cosquillas en todo el cuerpo por lo que hacía. Beso mis partes de princesa algo que me hizo temblar por completo.

Tape mi boca al soltar un ¿gemido?, seguido con un pequeño grito. No entendí porque eso salió de mi boca, pero eso que él está haciendo se siente tan bien, es como si mi piel fuera tan delicada que cualquier mínimo toque de él me hace perderme.

— No intentes retener eso. Quiero escuchar cada uno de tus gemidos. — Ahora sabía que eso eran, ya que solo lo suponía.

Agarró mis manos alejándolas de mi boca, beso mis labios dejando mis manos a los lados de mi cabeza, se alejó lentamente de mis labios y me miró como siempre lo hacía. Me mostro su mirada de amor y ternura, con la cual siempre me mira.

Siento mi corazón latir con fuerza mientras nuestras miradas se encuentran, suspiro por primera vez sintiendo ese amor hacia él, antes solo me atraía, pero ahora lo amo. No pensé saber cómo sería mi estado cuando la persona a la que amo este enfrente mío.

Había escuchado distintas versiones sobre eso, pero nunca sentí eso a tal manera como en este preciso momento.

— Relájate, recuerda que me detendré si te sientes incómoda.

Respiré profundamente, pero negué tapando mis ojos. Sentía pena de que me mirara, no quería verlo a los ojos porque, aunque parezca extraño últimamente adivino lo que una persona siente o piensa al verlo a los ojos.

Y no quiero saber lo que él piensa al verme.

— Confía en mi. — Agarra mi rostro entre sus manos y hace que lo mire. Una tela rosa aparece en mi campo de visión, la pone alrededor de mi rostro cubriendo mis ojos. — ¿Confías en mí, Princesa?

Guarde la cama, besa mis labios y estando a ciegas solo dejo que mi cuerpo se guíe por las sensaciones que él me hace sentir.

— Confío en ti, Daddy.

Murmuro tratando de sonar segura.

Me volvió a recostar y esta vez mi mente estaba en blanco, no era capaz de pensar bien en cómo mi cuerpo reacciona a cada caricia que él reparte en mi cuerpo. Dejaba salir leves jadeos aún desconfiada.

Respiraba pesadamente, mi espalda se arqueaba por cuenta propia cuando Daddy besaba mis partes de princesa. Sentí una lamida "ahí" que provocó que mi cuerpo se desvaneciera por completo.

Me perdí en un mar de sensaciones que nunca había sentido, estaba perdida en un placer que me gustaría seguir sintiendo, si Daddy era el que hacía que me sintiera de esa forma.

Una presión comenzó a crecer en mi abdomen bajo algo que me frustraba, no sabía que era, no conocía bien mi cuerpo, esas secuelas que tenía me negaban hacer cualquier cosa en mi. Recordé algo de lo que hable con Izzy, ya que se puso el título de "maestra de educación s****l".

Este sería mi primer orgasmo, ¿cómo se sentiría?, Izzy dijo que era algo bueno y que cuando lo experimentará lo disfrutara. Agarro mis piernas con fuerza ya que las estaba cerrando poco a poco por las miles de sensaciones que se concentraban en un punto.

— Córrete para Daddy, Princesa.

— Daddy.

Estalle, sentí como mi cuerpo se liberó. Mi respiración estaba lejana a recuperarse mientras seguía girando mi rostro a diferentes lados perdida en el placer que sentía por todo mi cuerpo.

Quería más.

Y él de extraña manera lo sabía, seguía con sus tortuosos movimientos. Mientras yo seguía perdida sintiendo espasmos en mi cuerpo. Los movimientos de Daddy se estaban deteniendo algo por lo que gruñí.

— ¿Sucede algo?

Asentí, recuperé mi respiración más rápido de lo que pensé. Me sentía inútil al no verlo directamente a los ojos. Porque quería ver lo que hacía, pero me gustaba estas vendada de los ojos.

— Mas.

Dije con un puchero.

— Princesa...

— Por favor, Daddy. Me he portado bien.

Escuche su risa y es cuando me quite la tela, mire su sonrisa algo que logró robarme un suspiro, y ese comportamiento era extraño en mi. Creo estoy completamente enamorada de Daddy.

Se acerco y beso mi frente acariciando mi mejilla con su pulgar. Seguía con mi puchero y trataba de convencerlo.

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Abrí mis ojos y grite asustada al ver a Izzy con los brazos cruzados enfrente mío, quise ocultarme, pero sería algo inútil cuando estoy en el cuarto de Daddy abrazada por él. Me sonrojo recordando lo que ocurrió, eso se había sentido tan bien.

— No digas nadas. — Murmure nerviosa.

Alzó sus manos negando con una sonrisa y solo camino saliendo de la habitación. Me levanté rápidamente y me puse mi short, cerré la puerta del cuarto de Daddy. Estaba completamente ruborizada, camine temerosa de que ella viera algo. Por que, si, se me olvido que Izzy estaba en la casa.

— Te gusto el oral. — Suspire avergonzada.

No se como se dio cuenta de eso, bajo mi mirada escuchando su risa. Siento como agarra mis hombros y la miro.

— Es un buen avance, recuerda que eres especial y única. Tu Alpha solo mira eso cuando te ve, no pienses que eres menos. — Asiento. — Adiós solecito.

Se despide con un beso en la mejilla.

— Matt ya llego. — Mencionó preocupada porque no se que horas son y a veces Matt se enoja porque está caminando por el bosque sola.

— Por supuesto, siempre es puntual.

Asiento, baja las escaleras. Suelto un suspiro, regreso a mi cuarto y me tiró sobre la cama. Sonrío torpemente, Daddy fue bueno conmigo y eso me hizo tener más confianza un 10% del 100, aunque Izzy le enoje que me menosprecie yo misma. No se si Daddy piensa de esa forma de mi.

Y si se aburre de mi.

— Terroncito ¿qué piensas? — Giro mi rostro mirando a Daddy que está en la puerta mirándome con una sonrisa.

— ¿Qué sucede si te aburres de mi?

Hago un puchero, se acerca hacia mi y me jala de las piernas para luego cargarme. Me sonrojo aún con esos recuerdos, tiene una lengua sorprendente, bajo mi rostro por ese pensamiento.

— ¿Por qué me aburriría de lo que mas amo?

Alzo mi rostro rápidamente.

— ¿Me amas? — Murmuro tratando de que mi corazón no salga de mi pecho. Me mira con una sonrisa y solo asiente antes de darme un beso en la mejilla.

— Por supuesto, eres mi Little. Y mi Luna, siempre te amare. ¿Aún lo dudas?

Baje mi mirada sonrojada. Se que no debo de dudarlo, pero eso siempre me carcome por dentro, soy muy mala para mi misma. Besa mi mejilla y acaricia mi otra mejilla.

— Daddy, yo tam... también te amo.

Balbuceo nerviosa jugando con mis manos, besa todo mi rostro y lo miró con una sonrisa. Observo sus ojos notando un destello rosa, me quedo hipnotizada, abro levemente mis labios asombrada por ver eso.

Leo su mirada y me sonrojo fuertemente, él siempre dice la verdad y lo que dijo Izzy es cierto para él soy única y especial. Agarro su rostro entre mis manos y lo beso encantada por su tierna mirada.

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