Yes, Daddy? II

♡Capítulo seis♡

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Negue lentamente al verla, estaba haciendo una travesura y trataba de ocultarmelo. Pero al solo ver sus ojos sabía todo lo que pensaba, nunca vi una faceta más linda en mi Princesa que está.

Esta enamorada, soy su primer y único amor.

Había pasado una semana desde que probé ese dulce néctar, muero por más, pero respeto si ella no quiere. Siempre la respetaré, es demasiado importante para mí saber si está a gusto.

— Cariño...

— ¡No!, osea si, pero no. — Reí lentamente al verla contradecirse ella misma.

— ¿Qué estás tramando?

— Nada, Richard quiere decirte algo. Verdad que si ¿Richard? — Miraba desde mi lugar como lo empujaba, lo sentó en el sillón y se fue corriendo escaleras arriba.

— ¿Qué le hiciste?

Me encogi de hombros, me miro enojado y gruñi, se supone que soy el Alpha y se está dando libertad solo por aprovecharse de las reglas de Zoe.

— Aún puedo ahorcarte, ella no siempre está viendo.

— Le diré. — Alzó una ceja.

— Si, andale ve a llorar.

Bufa molesto y solo vuelvo a reír.

— Esta enamorada. Desde hace unos días comenzó a portarse así, se pone nerviosa y tartamudea.

— Y, ¿has estado de buen humor por eso?

Niego, no le contaré. Prefiero mantener mis cosas íntimas privadas y también las de Zoe, suspire recordando cada parte de su cuerpo, las marcas que deje sobre su cuello fue lo que más me encanto.

Tuve que darle un poco de mi sangre para que esas marcas se quitaran ya que tenía que volver a la escuela al día siguiente.

— Rich, necesito tu ayuda. — Giro mi rostro mirandola, no me gusta la idea. Y aunque lo dice de buena forma, no quiero que esté sola con él.

— Recuerda tengo un hijo, y tu prima es mi pareja.

Me cruzo de brazos. Suspiro reteniendo a mi demonio interior, de un lado no tengo problema y del otro quiero mandarlo a la horca por estar cerca de lo mío.

Estoy pensando en hacer una, y él será el primero en usarlo. No me iré con rodeos.

Niego lentamente, tomó de mi trago y tiro mi rostro hacia atrás. No me gusta ser posesivo con Zoe, pero mi naturaleza causa un gran efecto.

Ahora sólo pienso en marcarla y que sea mía, algo que no pensaba hasta lo de... estamos avanzando y no quiero dar pasos hacia atrás.

Olfatee un aroma un poco menos dulce y recordé que ese aroma era de Leslie. Sonrío de lado, hacía mucho que no la veía.

— Hola, Alpha. — Gire mi rostro y la mire.

— Hola, ¿sucedio algo?

Se cruzó de brazos quedándose ahí parada, le ofrecí sentarse con una señal, pero negó.

— No estaré mucho aquí, solo estaba de pasada.

— ¿Qué raro? Y Nay no te acompaña. Son un par de chismosas las dos. — Me mira de mala manera.

— Solo venía a despedirme, encontré a mi Alpha y me iré con él. Venía a ver si la pequeña Luna estaba bien, recuerda la lastimas y yo misma me hago cargo de hacerte la vida imposible.

La abrazo, niego lentamente porque siempre hace lo mismo.

— Eres una omega, no creo que tengas la misma fuerza.

— Pero Magda siempre está de mi lado, ella sí tiene poder. ¿Donde esta Luna?

— Esta haciendo travesuras, y a puesto de complice a Richard. — Ríe, me da un coscorrón. Y la dejó hacerlo, no me gusta lastimar a mis personas cercanas.

A excepción de Richard.

— Cuidala, aunque quería despedirme de ella...

Escuchó un fuerte golpe, miro hacia todos lados hasta encontrar a mi Luna elevada en el aire. Me preocupo ya que sus celos son de otra forma por su endemoniada naturaleza.

— Alejate un poco.

Le mencionó a Leslie.

— ¿Que mierda?

Rió al ver el rostro confundido de Leslie, y suspiro mirando a Zoe. Cae en el suelo y corre hacia mi abrazándome con fuerza siendo posesiva.

Sonrió al tenerla en mis brazos, observó sus ojos negros y la calmo dándole caricias y besos en las mejillas.

— Leslie, quería despedirse de ti.

— ¿Cuando se volvió eso?

Escuche un gruñido leve de Zoe quien no me dejaba, amo mucho cuando sucede esto, es una parte de ella más directa que no se detiene en hacer lo que piensa.

— Hace algunos meses. No es tierna. — Miro la cara de Leslie aterrada, tranquilizó a Zoe olvidándome por un segundo de Leslie para prestarle atención a mi hermosa Princesa.

— No te quiero cercas de lo que es mío.

— Bueno veo que te dejo en buenas manos. — Saluda a Zoe con una sonrisa. — Quisiera quedarme a discutir lo que sucede, pero me están esperando. Zoe, prometeme que lo harás sumiso a ti.

La miro de mala gana, sonríe mirándome y solo la aparto de mi princesa.

— Lo prometo. Adiós.

Sonríe antes de irse a su cuarto, suspiro sintiendo ese golpeteo en mi corazón. Es realmente perfecta, mi pequeño terrón de azúcar es demasiado para mi.

— Chao, espero volver y ver a un pequeño Demonio haciéndote la vida imposible. De niños eras un travieso que ponía todo patas arriba.

Obligó a que se calle, besa mi mejilla y se va despidiéndose hasta de Richard quien aparece nuevamente.

— Juró que no la toque.

— Más te vale o le digo a mi prima.

Niega aterrorizado.

— Verde, Daddy me lastime.

La cargue en mis brazos, mire la pequeña cortadura en su dedo. Algo que para nada le importa. Parpadeo varias veces y mira hacia todos lados.

— ¿Se fue? — Asenti. — Bajame, bajame.

Escuche la risa de Richard, mientras yo suspiraba completamente perdido en sus ojos azules. No me importaba que hiciera un pequeño acto para llamar mi atención si aún Leslie estaba aquí.

Siempre lo hacía cuando estaba alguna otra chica, últimamente lo hizo con la secretaria temporal. Fingió haberse caído y solo para que fuera corriendo por ella ya que estaba hablando con mi secretaria por mi agenda, y quería tiempo para mi Luna.

— Ya hablamos de esto, Zoe.

— Lo se. — Se encogió de hombros subiendo lentamente la escalera mientras chupaba su dedo.

— Te tienen domado sin necesidad de esforzarse.

No le prestó atención.

— Aún recuerdo tus palabras "Mi prima te tiene domado, a mi nadie me domara nunca", ahora repitelas de nuevo.

— Richard, lo dije cuando tenía 15 años. Ahora tengo 26 ya no es importante. — Lo miro con una sonrisa burlona. Mi prima es buena manipulando, y Richard es bueno creyéndose todo lo que ella le dice.

Ah, se odiaban y ahora se aman como nunca.

Nunca entenderé esa encrucijada.

— Daddy, hoy no íbamos a ir a tu trabajo. Dijiste que me llevarías. — Gire mi rostro mirando como tenía un pequeño conjunto.

Ahora era su conjunto para acompañarme al trabajo, suspire, ella me tenía sufriendo sin mover ningún dedo. Una comezón estaba creciendo en mis molares, la quería marcar.

Ella querrá que la muerda, marcandola de mi propiedad.

— En una hora iremos, ve a comer.

Asintió pasando por mi lado dándome un beso en la mejilla.

— Te perdí completamente.

Gruñí hacia Richard, últimamente era insoportable con sus comentarios.

— ¡Luna, yo quiero comer a tu lado!

¿Quería morir?

Suspire recordando las reglas de mi princesa y el altercado con mi prima por los recientes golpes que le daba a Richard.

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Hablaba con la secretaría sin dejarme salir de mi oficina. Sabía que no podría escucharla estando aquí, la miro por la ventana. Recordé su tierna sonrisa con sus dientes chuecos.

Tenía que planear todo para marcarla.

Pero tenía que esperar a que ella estuviera cómoda, aún veía el disgusto en su mirada cuando Izzy le hablaba de ciertas cosas.

— Todo está listo... — Detuvo sus palabras. Me miró con una sonrisa y se acercó hacia mí besando mi mejilla.

Agarre su rostro y bese sus labios. No me gustaba que besara solo mi mejilla. La senté en mis piernas, no la iba a dejar irse tan fácil.

— ¿Que escondes?

Dije acariciando su rostro.

— Nada. — Enrolle las mangas de mi camisa mirándola con seriedad. — No es nada Daddy.

— ¿Quieres recibir un castigo?

— Puedo decir que no.

Suspire, olía esa excitación que la recorría, siempre la castigaba con s******g. Pero eso lo disfruta, y debo de castigarla con algo que no disfrute del todo.

— Media hora mirando a la pared, en la esquina.

Suspire sin ponerse contenta asintiendo. Baje las cortinas, nadie podía ver a mi Princesa en su castigo. No podía humillarla de esa forma, aparte que era mi Luna.

Alguien podría burlarse y eso sería un maltrato hacia ella. Nadie puede tratar mal a mi terrón.

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