ALINA No podía creer lo que Leandro me había dicho. Estaba guardando rencor incluso con su hija, que era la más inocente de todos. No tenía nada que ver con nuestro problema, su único pecado había sido ser tan pequeña y preguntar por su mamá. i***t*a. Le guardaba mucho rencor a Leandro por todo lo que estaba haciendo. Salió del elevador primero para adelantarse a llegar a la sala de juntas. Me apresuré a salir también pasando a un lado de él antes de meterme primero a la puerta de la sala de juntas. — Solo espero que algún día no te arrepientas de lo que estás haciendo ahorita. Sarah no tiene la culpa de nada y así como preguntó por mí estando contigo, ella está preguntando por ti estando conmigo. —No lo volteé a ver. Me metí directo a la sala de juntas sin decir una sola palabra