ALINA
¡Pánico!
Era lo único que estaba sintiendo en ese momento porque no sabía en qué problemas me había metido desde el momento en que me casé con Mauricio Bonet. No me había dado a la tarea de investigar o al menos preguntarle quién era o a qué se dedicaba. Había dado por hecho que nos íbamos a divorciar y no valía la pena gastar mi tiempo investigando a alguien que no iba a ver más en mi vida.
Qué equivocada estaba.
— ¿Usted es la señorita Alina Bassi? —Me preguntó el señor de la manera más educada posible. Me sentí como si fuera alguien de la realeza o algo parecido por la manera en cómo se había dirigido hacia a mí.
— Hola señor, sí soy Alina. —Le sonreí con timidez.
No tenía un mal estatus económico, por algo me había estado partiendo el lomo para tener una buena vida, pero
