MAURICIO Estaba ansioso porque llegara el lunes. Era viernes por la noche y mi cuerpo no lo sabía. Me había pasado casi toda la semana visitando a Nick y a mi hermana por la llegada de mi sobrina a este mundo, que me olvidé por completo de llamara Abdel para salir con él. Temía que la crisis de los treintas me estuviera pegando de lleno con esta situación. Por un lado sabía que iba a estar de nuevo soltero pronto, por otro lado me pasaba viendo el teléfono como un imbécil a la espera de que Lina me llamara por alguna razón extraña, pero no sucedía nada. No la entendía del todo y eso me enfermaba hasta cierto punto. Necesitaba de ese tipo de acción fogosa que alegran el cuerpo, tal vez de esa manera podía aliviar la tensión que Lina me había dejado en días anteriores. No podía pensara