Andrew Bianco

1061 Words
Andrew era el hijo de los Bianco, una familia reconocida en el ámbito social de la ciudad, el tipo era bien parecido, jamás le había hecho falta mujer para pasar la noche, pero era solo eso, no se había enamorado nunca de ninguna dama. — Te lo he repetido mil veces Andrew, tú vas a hacer lo que yo te diga, en esta casa se siguen mis reglas o te aseguro que tus noches de fiesta terminaran, soy tu padre y harás lo que yo te diga maldición. Roberto era firme y hablaba como siempre lleno de furia cuando Andrew intentaba hablar por sí mismo, decir lo que pensaba. En casa de los Bianco era muy complicado convivir con una sonrisa, Andrew había sido educado para ser el tipo perfecto, quien se casaría con una buena mujer, hermosa, de clase, pero parecía que eso no iba a suceder, él no estaba interesado en Valery, la chica que su padre había elegido para él. — Como siempre vas a amenazarme con dejarme sin nada, te lo digo padre, antes quizá lo creía, pero ahora no lo sé, lo dudo, ¿dejarías a tu propio hijo en la calle? ¿Te arriesgarías a que la tan amada sociedad que tienes te juzgue por dejar a tu único hijo, a tu heredero sin nada? ¿De verdad? Pero Sofia, la madre de Andrew, sabía que su esposo era un hombre peligroso con quien no se jugaba, Andrew no media sus palabras, tenía que respetar a su padre, ella no deseaba que Roberto desamparara a su hijo. — Andrew, por favor, no le hables así a tu padre, solo quiere que tú te cases con una buena mujer, una chica de tu clase, y no una de esas con las que acostumbras salir de fiesta, lo tienes todo hijo, te hemos dado todo cuanto has pedido, nada jamás te ha faltado, te he amado desde el día que llegaste al mundo, por favor respeta a tu padre hijo, no te pide nada fuera de lo común. Pero Andrew se molestaba aún mas cuando su madre salía en defensa de su padre, pues el hombre le dedicaba una sonrisa que para el era tan irritante, pues Sofia parecía estar mas de lado de Roberto que de su propio hijo. — Sinceramente no comprendo como puedes defender a mi padre, él ni siquiera te trata bien madre, es cruel y severo incluso contigo, odio eso, y si quieres quitármelo todo hazlo, no pienso casarme con esa pesada, Valery es una maldita frívola que solo busca casarse conmigo porque soy el único que no actúa como un imbécil que quiere hacerla su esposa, tiene tantos pretendientes, ¿por qué demonios no acepta a otro? ¿Por qué quieren forzarme a estar con alguien como ella? Jamás seré feliz al lado de una mujer como esa. Roberto se colocaba al lado de Sofia, pues la mujer estaba tan preocupada, deseaba que esos dos se llevaran bien, pero parecía que eso no iba a suceder jamás. — No le hables así a tu madre, ella solo busca lo mejor para ti, además es una mujer muy sensata, a diferencia de ti ella sabe que es lo mejor para ti, no juegues conmigo Andrew, porque aun siendo mi hijo no dudaré en dejarte en la calle, así que harás lo que yo te diga, no creo que quieras darle mas mortificaciones a tu madre, ¿o si? ¿No dices que amas a tu madre y jamás le darías problemas? Tu madre se queda despierta cuando sales de fiesta hasta que regresas, ¿crees que yo soy cruel con ella? Mírate en un espejo hijito, no somos tan diferentes, la diferencia es que yo le doy a tu madre todo, puse todo mi dinero, vida, amor a sus pies, ella sabe que no soy un mal sujeto, solo busco salvarte de esa vida de excesos hijo mío. Sofia veía a Andrew, esa era su debilidad, los ojos tristes y preocupados de su madre, odiaba tener que ser quien asintiera dejando claro que haría lo que pedían, pero por esta ocasión no quería preocupar mas a su madre, pues a pesar de todo ella siempre había estado para él, desde que tenía uso de razón su madre le había dado tanto amor, cariño, cuidaba de él en aquellas noches cuando niño que tenía miedo a los monstruos de la noche, le tenía tanta paciencia en su etapa de adolescencia, cuando fue tan duramente criticado por su padre, buscando que fuese el mejor alumno del instituto privado al que asistía. — Debo regresar a la compañía, nos veremos después. Pero Sofia le llamo a su hijo. — ¡Andrew, espera! Sofia se acercó a su hijo y beso su mejilla, pero no solo hacia eso, le decía al oído unas palabras. — Te amo mi pequeño, por favor no luches contra tu padre, eso me duele mucho. Andrew la veía a los ojos, la mirada triste de su madre lo hacía sentir mal, así que solo le daba un abrazo y salía sin decir palabra alguna. Ya en su auto daba un gran golpe al volante, sacando esa frustración que tenía en su interior llenándolo de mucha rabia. — Maldita sea, ¿por qué pasa esto? Como lo había dicho regresaba a la compañía, solo iban a casa a comer con Sofia, pues era la regla de oro, siempre ir a casa para pasar tiempo con su madre, ella le pedía hacerlo, pasaba muchas horas sola, Andrew no sentía respeto por su padre, sobre todo porque el hombre tenía a su amante en la propia empresa trabajando para él, la asistente tenía ya varios años siéndolo, Andrew lo descubrió en una ocasión, pero hasta el día de hoy no había tenido el valor de contárselo a su madre, su padre amenazo con dejarlos sin nada, eso a Andrew no le molestaba, pero su madre estaba acostumbrada a una vida llena de lujos, hacia muchas caridades gracias al dinero de Roberto, eso la llenaba de felicidad, poder ayudar a niños de la calle, adultos, y familias en situación de peligro. Cuando llego a la compañía entro en su despacho y para su mala suerte había una visita indeseable. — Hola, querido, ¿podemos hablar? Era lo único que le faltaba pensó en de inmediato...
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