La verdad no imaginaba que fueses tan distinto, creí que eras un poco mas mal humorado, no lo sé, no debemos juzgar a nadie por solo verle creo.
Graham le dedico una sonrisa a Angy, el tomo su mano y le beso.
— Sinceramente eres muy hermosa, me encantaría poder iniciar algo contigo, sé que no me conoces, pero podemos hacerlo poco a poco, ¿te gustaría ir a casa a cenar mañana? Sé que a mi padre le dará gusto verte, mi madre va a adorarte.
Angela se sorprendió, él parecía un tipo decente, incluso sin conocerla bien deseaba invitarla a cenar con sus padres, algo que un chico que solo busca una aventura jamás haría, ella sintió un cosquilleo en el vientre, pero al final por la forma tan gentil de hablar de Graham terminaría aceptando, al final el padre de el era muy gentil, el señor Basco fue muy gentil con Angy, así que aceptaría.
Esa noche la pasaron muy bien, a diferencia de lo que Angy había imaginado, ella creía que se aburriría bastante, pero Graham era gentil, su charla era tranquila, incluso cuando Simoneta y su acompañante se perdieron para seguramente liarse por ahí, Graham pidió la cuenta y salieron a caminar por un parque que estaba cercano al lugar, era de noche, pero un barrio muy tranquilo era el lugar perfecto para charlar y conocerse.
Fueron casi las 5 am cuando Graham dejo a Angy en su piso, ella vivía en un edificio con personas que eran muy amables con ella, incluso la invitaban a cenar, ya que eran muy unidos.
— No es complicado saber que no necesitas mucho para ser feliz, esperaba algo mas del hijo de un empresario, creí que eras un presumido de lo peor, pero me diste una gran lección esta noche, pues yo...
Pero antes de que Angela terminara de hablar un Graham rápido se acercó a ella para atrapar sus labios, le beso, acaricio el rostro y Angela se dejó llevar, ese beso era apasionado, no había ternura, pero igual lo disfrutaba.
Ella tendría cuidado, no quería terminar en la cama para perder su virginidad con alguien que apenas conocía, él le había caído muy bien, pero intimar era algo para lo que aún no estaba lista, pensarían que a su edad ya lo habría hecho, pero ella se conservaba para alguien especial, quizá era él, tal vez Graham seria el hombre con el que perdería su virginidad, pero ahora mismo no lo sabía.
— Pero Mateo porque tú no me besas así querido.
Florencia le decía a Mateo su esposo, uno de los vecinos de Angela, ella de inmediato se separó de Graham, estaba algo apenada al sentir las miradas del matrimonio sobre ellos.
— Apresúrate, no molestes a Angela, esta ocupada mujer, anda, concéntrate.
El hombre apenado por la voz de su esposa que había alertado a Angela y su novio se apresuró a caminar hacia su auto, pues tenían una panadería que abría bastante temprano.
— Buenos días, señores Selenti.
Decía Angela llena de sonrojo en el rostro.
— Deje algo en tu puerta bonita, espero que te guste.
Florencia solía dejarle algunos platillos en toppers a Angy, pues ella vivía sola, y pocas veces recibía visitas.
— Gracias.
Dijo ella observando como se alejaban en su auto.
Graham acaricio el rostro de Angela y se despidió.
— Debo irme, necesito dormir un poco para ir a una reunión que tengo mas tarde, pero vendré por ti el domingo, ¿puedes?
Angela asintió, esto era nuevo para ella, pero le agradaba tener a un chico como él a su lado, conocería a sus padres, parecía tanto de pronto, pero disfrutaría esto, quizá seria bueno para ella.
— Si, claro, gracias por traerme.
Decía ella a Graham que le dio un tierno beso de despedida, ella se quedó un momento ahí de pie, observando como se alejaba en su bonito auto.
El edificio donde Angela vivía era de clase media, no era lujoso, pero era cómodo y limpio, las personas eran muy amables, y se hizo unida a ellos, incluso sin que ellos lo supieran su padre la ayudo a mejorar las instalaciones, con el cuento de que un buen samaritano dono equipo para arreglar problemas de tuberías, impermeabilizando techos, también, colocando unas bellas jardineras alrededor, el lugar tenía ahora una hermosa vista.
Al entrar en su piso cerro la puerta para tumbarse en la cama, ella recordaba ese beso, era tan extraño, parecía ser todo tan de pronto, tan rápido, pero quizá así eran las relaciones, ella no tuvo si no un novio cuando estaba en secundaria, así que no sabía muy bien sobre esto.
Su móvil sonó de pronto y vio a su amiga en la pantalla del móvil.
— Angy esta fue la mejor noche de mi vida, perdón por dejarte sola con Graham, pero Bart y yo nos la pasamos tan bien.
Angela escuchaba a su amiga, emocionada contándole que habían terminado en un lujoso hotel, que hicieron el amor de manera tan asombrosa, Simy era así, se entregaba a los chicos pensando que todos la amaban, y después Angela tenía que consolarla, pero Angy no la haría cambiar de opinión, ella era así, y no cambiaría jamás a pesar de haber salido lastimada en mas de una ocasión.
— Me da tanto gusto que ahora si hayas encontrado al indicado amiga mía, pero por favor, ve con calma, me alegra escucharte tan feliz, pero no quiero que salgas lastimada, ¿esta bien?
Simy asintió y le pregunto a su amiga como habían ido las cosas.
— Sinceramente fue extraño, me beso, eso me tomo por sorpresa, pero fue muy dulce, sinceramente no lo parecía, sabes que pensaba que no me divertiría, pero no fue así, hablamos mucho, me invito a conocer a sus padres imagínate.
Simy estaba asombrada, el tipo buscaba algo muy serio con su amiga, eso tenían que celebrarlo, pero no en ese momento, porque ambas necesitaban descansar un poco.
— Bien, necesitamos hablar, iré esta noche a verte.
Pero Angy se negó, tenía una cena con sus padres y algunos de sus amigos, así que no podía faltar.
— Recuerda que tengo una cena amiga mía, mis padres.
Simy lo recordó y lo lamento al mismo tiempo, pero sabía que Angela solo veía a sus padres los fines de semana de vez en cuando, así que no podía molestarse.
— Bien, pero avísame cuando estés de regreso por favor, quiero contarte tantas cosas.
Angy sonreía al escuchar la emoción en la voz de su amiga, claro que quería escucharle, le gustaba saber que Simy era feliz, y que ella podía ser parte de la vida de una chica tan alegre.
— Claro, amiga, te veré después.
Angy no dejaba de recordar ese beso, recibió un texto, era de Graham.
— Descansa hermosa, te veré el domingo.
Ella respondía con un corazón y con un simple si, claro, te espero el domingo.
No sabía que mas podía decirle, un te amo seria bastante importante, así que no quería apresurar las cosas.
Angela intento dormir un poco antes de salir rumbo a casa de sus padres, tenía que llegar temprano para prepararse, era distinta la ropa que utilizaba en días de visita con sus padres, que lo que utilizaba para trabajar o salir de fiesta con Simy, pues nadie sabía que ella provenía de una familia adinerada, lo prefería, así las personas la trataban de una forma real, sin saber que era rica ella enamoraba a las personas con su personalidad, siempre buscaba ayudar a quien lo necesitara, incluso al lado de sus padres hacían obras de caridad para diferentes centros de ayuda, amaba poder dar algo de lo mucho que su familia tenía, desde pequeña su madre le había enseñado que compartir es lo mejor que una persona en su posición podía hacer.
— La vida te regresa mas de lo que puedes dar Angela, por ello siempre que puedas ayudar al prójimo hazlo, porque en algún momento podrías ser tú quien lo necesite.
Angela amaba a su madre, Areli era una mujer hermosa, Angela era como ella, rubia, de hermosos atributos, un rostro angelical, su madre siempre al igual que su padre la habían llenado de amor y cariño, ella se sentía tan afortunada de tenerlos en su vida, pues a pesar de ser una loca idea, la dejaron vivir bajo sus propios medios, aun que había eventos a los cuales como su hija tenía que asistir, como en esta ocasión una cena, una pareja se comprometería, ella no buscaba aún eso, era feliz viviendo como hasta ahora lo había hecho, candidatos sobraban, ¿quién no querría ser esposo de una preciosa mujer como Angela?
Ella era muy buscada en ese tipo de eventos donde se realizaban bailes, pero aún no deseaba unirse, el día que realmente su corazón sintiese ese latir distinto lo sabría, y entonces aceptaría el amor llamando a su puerta.
— Mi dulce Angela ¿estás aquí?
Areli se apresuraba a recibir a su dulce niña, su amor que al fin estaba de regreso después de varias semanas de no verle.
— Hola, mami, ¿Cómo estás? Te extrañé mucho, ¿y papá? ¿dónde esta?
Areli le contaba a su hija que había tenido un desayuno de negocios.
— Ya sabes, tu padre siempre esta ocupado amor, pero ven, dime, ¿cómo van las cosas en tu trabajo?
Angela le contó a su madre sobre todo, que las cosas iban bien, y que los vecinos de su edificio estaban felices con las mejoras que gracias a ellos había hecho en el edificio.
— Me da mucho gusto mi amor, pero bueno, vamos a ir al salón, mira esas manos, necesitamos hacer una manicura querida.
Angela sonreía, su madre amaba pasar tiempo en el salón, escuchar el chismorreo que había en la sociedad, no porque lo creyera, si no porque le parecía divertido como las empleadas contaban lo que les decían supuesta mente a secreto.
Angela paso por el salón de belleza, fueron a comprar un lindo para de zapatos, no eran necesarios, pero era como una costumbre de ambas, fueron a por un helado, donde su padre las alcanzo, Cuando Fausto vio a su hija la lleno de besos, la echaban mucho de menos, agradecían a la vida tenerla, haber criado a una hermosa mujer fuerte, que buscaba hacer lo que deseaba bajo sus términos, Fausto sabía que algún día su hija se encargaría de los negocios sin problema, por ello es que confiaba que tomaría las mejores decisiones, aun que eso no hacía de lado lo complicado de dejarla ir tanto tiempo, solo poder verla algunos fines de semana.
— Quisiera hablarles de un chico al que conocí.
Angela les contaba sobre Graham, pero no esperaba la mirada que su padre le dedicaría, sobre todo las palabras que salieron de su boca.
— No es un buen tipo para ti Angy, sinceramente me gustaría que te alejaras de él.
Angela estaba asombrada, no sabía que su padre conocía a Graham, pero ¿por qué diría algo así sobre él? ¿A caso sabía algo que ella no?