En la piscina

1005 Words
Después de un largo rápido en el hospital Natalia y William acompañaron a Ashlyn hasta la puerta. Estaban un loco preocupados pero no podían hacer nada más que dejarla descansar. —Ashlyn cualquier cosa que necesites por favor llámanos— Dijo William en un tono amigable. —Gracias, ya han hecho mucho por mí hoy, por favor descansen— Respondió con una sonrisa casi obligada. Ashlyn entró con la pequeña venda aún en su frente, apenas dio unos pasos hacia la escalera cuando la puerta de la mansión se abrió de golpe. Zahir y Madison entraron, y la expresión de satisfacción en el rostro de Madison la hizo detenerse. Era evidente que algo tramaba. —¡Ashlyn! —la voz de Madison resonó en el silencio, y con una sonrisa maliciosa, se dirigió a Zahir—. Seguro no imaginas que ella fue quien lo hizo. ella, Ashlyn hizo que el horno explotara a propósito, poniendo en peligro a todos en la mansión. Ashlyn no dudó ni un segundo. Bajó los pocos escalones que la separaban de Madison y, sin mediar palabra, le dio una bofetada tan fuerte que la sonrisa de Madison se desvaneció al instante. Zahir dio un paso al frente, indignado, y la apartó de Madison. —¡No tienes derecho a golpearla! —le dijo, furioso. Ashlyn lo miró a los ojos con incredulidad y furia contenida. —¿Y ella sí tiene derecho a llamarme asesina? ¿A acusarme de un crimen que jamás cometería? Madison, con una mano en la mejilla, soltó una risita burlona, recuperándose rápidamente del golpe. —Dile la verdad, Ashlyn. Me dijiste que si él no era tuyo, no sería de nadie. Por eso provocaste el incendio, ¿verdad? La acusación dejó a Zahir mirando a Ashlyn con una expresión de decepción y disgusto. Sin decir una palabra, la tomó por los brazos, su agarre fue firme pero no violento, y la miró resentimiento y decepción. —No puedo creer que te estés convirtiendo en una mujer sin escrúpulos, Ashlyn —murmuró Zahir, como si tratara de comprender en quién se había transformado la persona con la que había compartido tantos momentos. Ashlyn lo miró, herida, pero también llena de rabia y tristeza. —Si de verdad me conocieras, jamás dudarías de mi palabra. Te aseguro, Zahir, que esto es una mentira. Fue Madison quien provocó todo esto, y no yo. Madison, con un tono agudo y lleno de ofensa, intervino rápidamente, como si hubiera estado esperando su turno. —¿Yo? Jamás haría algo tan vil como provocarme la muerte… y mucho menos en mi estado. Las palabras de Madison cayeron como un peso sobre el ambiente. Ashlyn la miró, intentando comprender qué quería insinuar. Ashlyn, enfurecida, clavó la mirada en Madison, tratando de entender el giro que había tomado la conversación. —¿De qué estado estás hablando? —preguntó Ashlyn con escepticismo. Antes de que Madison pudiera responder, Zahir intervino con voz solemne. —Se refiere a su estado de leucemia —dijo, como si pronunciara las palabras queriendo ocultar una verdad ineludible. Ashlyn lo miró, incrédula. Después de un instante, asintió, aunque su expresión no mostraba simpatía. —Lamento que esté enferma, pero quizás es algo que se buscó con el corazón tan duro que tiene. Esa dureza le ha traído el dolor y el vacío. Madison puso cara de indignación y volvió a aferrarse al brazo de Zahir, con voz entrecortada. —Zahir, no puedo soportar esto más. Ella debería irse de la mansión, ¡nuestra convivencia es insostenible! Ashlyn soltó una risa irónica, mirando a Zahir.—La única que debería irse aquí es ella. No tengo ninguna intención de soportar a alguien tan manipuladora. Zahir frunció el ceño, agotado por la confrontación, y se volvió hacia Ashlyn con frialdad. —Quiero que te mantengas lejos de Madison. No quiero verte cerca de ella… para nada. La frialdad en su voz golpeó a Ashlyn en lo más profundo. Por un instante, sintió que la rabia se transformaba en tristeza. —Empiezo a odiarte, Zahir —murmuró antes de marcharse a su habitación, con el corazón dolido y el ánimo destrozado. Más tarde, cuando la noche ya había caído, Ashlyn, buscando alivio, salió al jardín y se acercó a la piscina. Se sentó al borde, sumergiendo solo los pies en el agua fría, dejándose envolver por la paz de la noche. Unos minutos después, oyó pasos detrás de ella y, al girarse, vio a Zahir parado allí, observándola en silencio. —¿Qué haces aquí? —preguntó él con voz baja pero desconfiada—. ¿Estás tramando tu próximo golpe? Ashlyn se rio con amargura, sacudiendo la cabeza. —No puedo creer que realmente pienses eso de mí, Zahir. Después de todo lo que he hecho, después de todo lo que te he amado… Solo estás lastimando mi corazón, una y otra vez. Por primera vez, él no dijo nada. En el silencio que siguió, Ashlyn dio un paso hacia él, y, sin pensarlo, lo besó. Él no se resistió, y ella interpretó ese momento como una rendición a sus sentimientos, una pausa en medio de tanta distancia y odio. Ambos, entre miradas y caricias, se dejaron llevar, hasta que finalmente se sumergieron juntos en el agua de la piscina, donde se entregaron el uno al otro, como si el odio y la ira desaparecieran en ese momento íntimo. Pero cuando todo acabó, Zahir salió del agua y se giró hacia ella, con una mirada dura y decidida. —Mantente lejos de mí, Ashlyn. No olvides que esto no cambia nada… estamos en proceso de divorcio. Ashlyn, aún en el agua, sintió que las palabras de Zahir eran como una bofetada que la dejaba sin aire. Miraba como Zahir se alejaba de ella y como era más que evidente que elegía a Madison antes que ella. —Me odio por amarte tanto Zahir, quizás debería entender que ya no me perteneces— Dijo con un dolor que la inundaba.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD