Capítulo 9.

868 Words
-Susumu se va a emocionar. No, va a perder la cabeza. - murmuró viendo como los chicos que acababa de conocer jugaban. – todos se van a volver locos cuando los vean. Cuando el partido terminó Ayumu salió del gimnasio y los esperó en una banca mientras que revisaba su celular. Al parecer aun no terminaba el partido de sus hermanos ya que estos no mostraban señales de vida.   Ayumu alzó la vista cuando sintió a alguien sentarse a su lado. Era el mismo chico de hace rato, Zack.   -Mis amigos dicen que me debo de disculpar contigo. - habló el rubio que debía de medir más de 180 cm. -no entiendo por qué.   -no fuiste muy amable que digamos.   -bueno… tu tampoco fuiste linda.   -Linda ya soy, solo que no puedo ser amable con alguien cuando recibo una actitud egocéntrica e irritante en forma de respuesta a solo unas cuantas palabras que dije.   -no fueron unas “cuantas” palabras, fueron demasiadas y esperaba a que te aburrieras de hablar y te fueras por voluntad propia.   -¿Qué clase de persona hace eso? -rio Ayumu.   -Bueno, no todos tenemos una personalidad amable y sociable. -el rubio cenizo dirigió su vista a su celular. -algunos solo existimos y lamentamos no poder eliminar seres molestos con un rayo láser. Dicen que los humanos somos demonios por el daño que causamos y hay unos que simplemente deberían ser eliminados.   -Supongo, pero tenemos que tolerar su existencia.   -por eso prefiero crear una burbuja donde solo estoy yo y alguna que otra persona, los demás son ignorados. –el chico suspiro y vio el cielo en busca de algo. -supuse que tú eras la enana de la que tanto hablaban cuando me empezaste a preguntar por mis compañeros, sinceramente creo que eres una molestia.   -El sentimiento parece ser mutuo.   -Tampoco logro entender que hay de emocionante en ti. Dime, ¿Por qué eres especial?   -¿por qué debería ser especial? Tal vez tú me estás haciendo especial y no me entiendes porque pones expectativas y pensamientos en mí.   -no eres especial.     ...     -¡LLEGUÉ!- dijo la castaña entrando al gimnasio de su escuela, aún era temprano y supuso que sus amigos deberían seguir ahí sin hacer nada más que perder el tiempo.   -¿CÓMO TE FUE?   -¿CÓMO SON?   -¿VISTE A UAID?   -¿HAY MÁS COMPETENCIA?   -¿TE TRATARON BIEN?   -¿CÓMO ES SU LIBERO?   -¡BASTA!- alzó la voz Darel aturdido igual que Ayumu.   -Me fue bien, son MUY buenos, si lo vi. -Comenzó a contestar las preguntas. - si y son lindos, si, pequeño.   -¡DAÑASTE LA CÁMARA!- gritó escandalizado Susumu cuando le quitó los lentes a su hermana. - Con todo el trabajo que me costó ponerla en los lentes...   -¿QUÉ HICISTE?- gritaron todos sorprendidos.   -Cállense. -murmuró el mayor de los gemelos haciendo pucheros. -Me costó toda mi mesada y todavía tuve que pedir prestada las de Ayumu y Rimu.   -Tu no me pediste mi mesada. - agregó la menor riendo.   -Pero la tomé de tu alcancía.   -¿QUÉ TU QUE?- dijo lo más fuerte que pudo antes de caer desmayada.   Los gritos en el gimnasio se hicieron presentes. Rimu le gritaba a su gemelo por tomar dinero que no era suyo y estaban a punto de comenzar otra pelea, aunque sabía que no iba a servir para nada. Ambos tenían que aceptar que eso era dinero perdido. Mientras los demás gritaban preocupados por su pequeña manager ambos gemelos parecía que en cualquier momento se iban a matar.   La mitad de su mesada iban a sus ahorros porque cuando tuviera novio le gustaría consentirlo ya que siempre había escuchado que tener pareja te hacia gastar dinero en regalos y esas cosas. Para ella no era opción pedirle dinero a sus padres porque quería gastar en alguien más sus ahorros, simplemente lo hacía porque sabía que algún día ese momento llegaría, o ponía de escusa al “novio” que un día iba a poner para gastar ese dinero sin culpa alguna.   -¿Dónde está?- murmuró abriendo los ojos lentamente.   -Esperándote afuera. - habló Darel a su lado. El chico se encontraba con los ojos cerrados y los brazos cruzados mientras que la castaña intentaba reponerse.   -Lo voy a matar.   -No, no lo harás.   -¿Pero qué cosas dices?- gruñó viendo a su superior. -es el ser más detestable que eh visto en mi existencia.   -Pero es tu hermano, y en el fondo de tu corazón lo quieres. - no recibió respuesta alguna a lo que sonrió satisfecho. -Tus hermanos te trajeron algo para comer antes de que se vayan juntos.   -¿Mis hermanos o Rimu?   -Rimu lo obligó a comprarlo. - esa frase causó una sonrisa de parte de la menor.   -Ya estoy lista. - dijo parándose alegremente después de comer rápidamente lo que le habían dado.   -Espera. - el capitán colocó su sudadera en los hombros de la menor. - Hace frio y tu ropa no es la adecuada, además no creó que tus hermanos te den la de ellos.   -Gracias. - sonrió emocionada. - mañana se la traigo.
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