CAPÍTULO DIECIOCHO Estefanía estaba sentada sola en sus aposentos, observando la ciudad, alzando el pequeño botellín a la luz mientras le caía una lágrima por la mejilla. Reflexionaba sobre aquel líquido claro, haciéndose preguntas, dándole vueltas. Era el mismo lugar donde estaba cuando Lucio vino hasta ella para ofrecérselo. Si se tomaba esto, dijo, ya no llevaría al hijo de Thanos. Si se tomaba esto, dijo, sería libre para formar la alianza de matrimonio con él que él deseaba. Pensar en ello le hacía sentir enferma, y no solo de la manera que le había estado fastidiando desde el principio de su embarazo. Sabía en lo que Lucio era mejor que nadie. La idea de casarse con él era abominable, repugnante. El hecho de que la había intentado cortejar en lugar de simplemente obligarla del mod