Un par de meses despues, ante la luz de la luna, Ana se dio cuenta que su cuerpo estaba experimentando grandes cambios, no se sentía igual desde la noche en que se entregó a Alex, y a pesar de que ya no estaría nunca más con él, la noticia que estaba a punto de recibir, le cambiaría completamente la vida.
—señorita Ana, felicitaciones, usted está embarazada— el médico de turno le entrega un papel con los resultados de sus exámenes
—¿Embarazada? ¿Cómo?— Incrédula, siente como un escalofrío recorre su cuerpo, sabe que el único hombre en su vida ha sido Alex, así que él sería el padre de sus hijos, ella había prometido jamás regresar a la manada, así que se haría cargo de todo ella sola, le daría el amor y todo lo necesario a sus hijos.
Ana estaba emocionada al saber que estaba esperando trillizos, pero también sabía que esto significaba un gran desafío para ella. Aun así, estaba decidida a hacer todo lo posible para criar a sus hijos de la mejor manera.
Con el tiempo, consiguió un trabajo como enfermera en un hospital local, lo que le permitió mantenerse ocupada y proporcionar para sus hijos. Pero su verdadera pasión era la medicina, y Ana decidió estudiar para convertirse en la mejor médica de la ciudad.
Estudiar mientras criaba a sus hijos sola no era fácil, pero Ana estaba decidida a hacerlo. Trabajaba duro durante el día y estudiaba por las noches, sin dejar de prestar atención a sus hijos. A veces se sentía abrumada, pero sabía que tenía que ser fuerte y persistir.
Con el tiempo, sus esfuerzos valieron la pena. Ana se graduó de la escuela de medicina con honores y rápidamente se convirtió en una reconocida médica en la ciudad. Sus pacientes la amaban por su dedicación y empatía, y Ana se sentía orgullosa de su logro.
A pesar de los desafíos y las dificultades que había enfrentado en el camino, Ana estaba agradecida por su vida y sus hijos. Había demostrado que se podía tener éxito en la vida incluso en las circunstancias más difíciles, y su historia inspiraba a muchos.
Los hijos de Ana eran tres hermosos varones, quienes habían heredado la habilidad de su padre de convertirse en licántropos. Ana sabía que Alex era el padre, pero nunca le había dicho la verdad, ya que no quería que su presencia en sus vidas pusiera en peligro a sus hijos.
Ana comenzó a salir con un hombre llamado David, un doctor de su mismo hospital. A medida que su relación avanzaba, Ana se sentía feliz y segura con él. Creía que ya había superado su pasado con Alex y estaba lista para empezar de nuevo.
David era un hombre amable y cariñoso, y se encariñó rápidamente con los hijos de Ana. Los niños lo adoraban y le pedían que les leyera cuentos antes de dormir. Para Ana, era un alivio saber que sus hijos tenían un padre amoroso y presente en sus vidas.
—Ana, amor, hay algo que he querido decirte desde hace tiempo y no he encontrado el momento adecuado.— David la mira tímidamente mientras ella prepara la cena
—¿De qué se trata, David?—
—Bueno, como sabes, hemos estado saliendo durante tres años y durante todo este tiempo has sido lo mejor que me ha pasado. Me has apoyado en todo, has sido mi compañera, mi amiga y mi confidente. Y es por eso por lo que te amo cada día más. Quiero pasar el resto de mi vida contigo, Ana. Quiero ser tu esposo—.
—¿Me estás proponiendo matrimonio, David?— Ana le pregunta sorprendida
—Sí, Ana. Te amo y quiero que seas mi esposa. Quiero hacerte feliz por el resto de nuestros días juntos—él saca un hermoso anillo de su bolsillo, toma su mano y se lo coloca
—No sé qué decir. No esperaba esto—. Ana lo mira emocionada
—Ana, te entiendo. Pero por favor, piénsalo. Quiero que lo pienses con el corazón y que me digas lo que sientes—.
—David, eres una persona maravillosa y te amo. Acepto tu propuesta de matrimonio—. Ana sabía que aun amaba a Alex, pero quería empezar de nuevo
—¡Gracias, Ana! Eres lo mejor que me ha pasado en la vida—.
—Yo también te amo, David. Y estoy muy emocionada de casarme contigo—.
—Seremos felices juntos, mi amor. Lo sé—.
—Sí, lo seremos—. Ana y David se funden en un profundo abrazo, solo en un par de meses habían programado su boda, los trillizos ya tenían cinco años, eran los niños mas felices, y aunque aun no entendían porque de vez en cuando sufrían ciertos cambios especiales, David sabia todo de ellos, quien era su verdadero padre y su procedencia, pero no le importaba, siempre y cuando estuviera al lado de Ana, para él, ella era el verdadero amor de su vida.
Por su parte Alex no la estaba pasando nada bien, su padre el gran alfa, estaba enfermando a causa de una mala noticia que le había llegado, su nuera, Lea habia traicionado a la manada, al haber entablado una relación fuera del matrimonio con el líder de la manada enemiga, poniendo en riesgo la estabilidad y dignidad de todos los lobos, esto hizo que Alex se enfureciera completamente con ella, pues confirmo que sus sospechas eran ciertas al encontrar a Lea en el fondo del Bosque con Demian.
—¿Qué está pasando aquí, Lea? ¿Cómo podrías traicionarme así?— Alex los mira lleno de furia
—No es lo que parece, Alex. Solo estábamos hablando—
—¿Solo hablando? ¿Crees que soy un idiota? Vi cómo lo mirabas, cómo te reías con él. Y ahora estoy seguro de que estabas planeando algo más.—
—Alex, por favor, no te pongas así. No significa nada. Tú eres mi compañero de por vida—.
—No lo entiendes, Lea. Esto va más allá de solo una aventura. ¿Cómo puedo confiar en ti si estás dispuesta a engañarme? Como líder de la manada, tengo que tomar decisiones difíciles, y necesito a alguien que esté a mi lado en todo momento. ¿Puedo confiar en ti?—
—Por supuesto que puedes confiar en mí, Alex. Lo siento mucho, no volverá a pasar—.
—Lo siento, Lea, pero no puedo aceptar eso. Como líder de la manada, tengo que poner el bienestar de todos por encima de mis sentimientos personales. Y si no puedo confiar en mi compañera de vida, entonces no podemos estar juntos—.
Demian por su lado se aleja dejándolos solos, estaba disfrutando el momento, le encantaba ver sufrir a su peor enemigo, Lea simplemente se queda desconcertada ante la furia de Alex
—Sí, lo admito, estoy siendo infiel. Pero no quiero que esto arruine todo lo que hemos construido juntos. Sé que cometí un error y asumo las consecuencias—. Lea cabizbaja, trata de convencer a Alex.
—Lo siento, Lea, pero no puedo simplemente pasar por alto esto. Como líder, debo pensar en el bienestar de nuestra manada. Y no puedo permitir que la infidelidad y la falta de confianza se arraiguen en nuestra comunidad. Esto pone en riesgo la estabilidad de nuestra manada y no puedo permitir que eso suceda—.
—Lo entiendo, Alex. Si eso es lo que tienes que hacer, entonces aceptaré tu decisión. Pero por favor, no pienses que esto es un reflejo de lo que siento por ti. Todavía te amo y siempre lo haré, solo me deje llevar por un mal momento—. Lea no puede evitar contener el llanto.
—Lo sé, Lea. Y yo también te amo. Pero esto es más grande que nosotros dos. Es sobre la manada y su bienestar. Debemos hacer lo que es mejor para ellos, incluso si eso significa sacrificar nuestros sentimientos personales—.
—Lo sé, Alex. Aceptaré lo que tengas que hacer. Pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase—.
—Lo siento Lea, por ahora es mejor que te vayas, esta unión por mas de 6 años ha terminado, sino quieres ser expulsada al exilio, es mejor que te vayas ahora, con lo que te quede de honor, no quiero que sigas más en la manada, ya has causado suficiente daño— Alex la mira con el corazón partido en mil pedazos, a pesar de que la había elegido su luna, ella decidió traicionarlo, dejándole un sin sabor, y un arrepentimiento por no haber elegido a Ana.
A pesar del paso de los años, jamás dejo de pensar en ella, en su vida, y había escuchado rumores acerca de su vida, pero habia decidido dejarla en paz, de no haber sido por su padre que enfermo, nunca la hubiese buscado, pues ella era humana y el hombre lobo, su destino no estaba a su lado.