LUCHANDO POR TÚ AMOR

1837 Words
— Tal vez otro día, entenderás que en este momento es tiempo con mi hijo — Manifestó con serenidad, ocasionando enojo en William internamente, pero debía fingir así que brindó una sonrisa hipócrita diciendo que entendía, que al menos lo dejará alcanzarla a la casa. Cuando la dejo en su casa y se alejó, no entendía que había sucedido sabía que había encontrado a la carnada perfecta para hacer caer a sus rivales pero a la vez había sentido una conexión especial con ella Por otra parte, Emma entró a la casa mostrándole el color azul preguntando si tenía alguna petición donde manifestó que tenía hambre, así que decidió prepararle un sándwich con yogurt siendo sus favoritos mientras pensaba en aquel hombre que se había cruzado, había sido raro además le había dado una sensación extraña que no sabía si interpretar para bien o para mal. Edison llegó a su casa sintiéndose extraño después del ataque. Pero primero verifico como se encontraban sus pequeños hijos al lado de la nona, quien le terminó de contar como le había ido con la terapia, lastimosamente tuvo que irse donde quería aprovechar la oportunidad de invitarla a comer algo, pero iría despacio para no ahuyentarla. Había decidido que el mejor método para que ella le diera la oportunidad era primero entenderla, ir despacio para poder ganarse su corazón y el de su pequeño hijo, porque sabía que vendría con alguien más incluido para siempre. Al siguiente día, decidió dirigirse hacia su empresa principal donde manejaban todo lo relacionado a sus negocios; ya habían sido varios días de ausencia donde debía aprender a distribuir todo el tiempo para no abandonar ningún asunto, llegando pidió el favor de que Nicolas fuera a su oficina para informarse hasta del último acontecimiento de la empresa. Mientras llegaba, decidió recostarse sobre su silla movible mientras daba pequeñas vueltas de forma suave pensando en todo lo que estaba sucediendo en su vida; solo sabía que sus hijos eran la mayor bendición que tenía en su vida y que los iba a proteger hasta con su propia vida, si era necesario. — ¿Cómo le fue a mi gran amigo? Últimamente andas perdido — Manifestó con una sonrisa burlona Nicolas, quien le gustaba molestar a su jefe desde siempre. — Bien, me acosté con tu amiga Emma — Respondí con una sonrisa burlona la cual estalló al ver la cara de serio que tenía Nicolas, quería jugar sabía que podía jugar el doble. — ¿Enserio? yo no he logrado eso y tu ¿sí? — preguntó con asombro sentándose en la silla al frente de la mía, mientras colocaba sus manos sobre sus cachetes. — No, estaba jugando, pero hubieras visto la cara que hiciste — Pronuncie estallando de risa nuevamente al recordar su cara — Ella es una dama, ella es difícil de deslumbrar — Manifestó con seguridad, recordando que en este momento debería estar llegando a su casa para la terapia. — ¿Te gusta mi amiga? — preguntó seriamente Nicolas mirando directamente a los ojos a Edison. — Tal vez, gracias por recomendarla realmente es la mejor terapeuta ocupacional que he visto, aunque no se lleve bien con la nona de los niños — Susurro en agradecimiento brindando la mano derecha antes de continuar — ¿Que ha sucedido con la empresa? — Ella es un amor, con la empresa solo tiene de nuevo que los de la empresa Dronk S.A.S quieren asociarse con nosotros, pero no me dan buena espina — Respondió Nicolas mientras colocaba sus pies sobre la mesa de trabajo. — ¿Tienes demasiada confianza, no crees? — Interrogó mientras entre movía la ceja ocasionando que se sintiera incómodo bajando los pies, para ubicarse elegantemente — Así me gusta, ¿qué tipo de negocios tienen los White? — Preguntó con interés, necesitaba un capital enorme para que creciéramos cada vez más. — Aparentemente trabajar con instrumentos de veterinaria, pero siento que detrás de ello hay algún chueco — Manifestó con cuidado, sabía que Edison odiaba la idea de llegar a asociarse con empresas que hicieran mal sus acciones, aunque él fuera uno que lo estuviera haciendo obligado literalmente. — Compruébalo, si tiene algo ilegal quedan descartados — Manifestó dándole la orden para retirarse, donde Nicolas le brindó la mano y salió de la oficina pensando en Emma porque debía encontrarse con ella más tarde por el asunto del gimnasio. Por su parte, Edison no dejaba de pensar en todo lo sucedido con Emma donde se veía que era una joven muy hermosa, envidiable y con un gran corazón para ayudar a los demás. Emma por su lado había dejado esta vez a Martin con su madre, debido a que tenía que asistir a la escuela especial para seguir aprendiendo además recibir extra de terapia. Llegó con nervios como la primera vez donde le abrió la nona con disgustos ella no se sentía bien con la presencia de la terapeuta por el regaño que se había ganado por culpa de su hijo. Emma subió sin prestarle atención hasta la habitación de Lily donde la mimo con mucha ternura, dándose cuenta que se encontraba dormida así que debía esperar un rato más, había traído unos juguetes para fortalecer las destrezas motrices finas, es decir, el agarre y la pinza de la pequeña para lograr que fuera cogiendo fuerza además precisión al momento de mover y lanzar algún objeto, aunque estaba pequeña igual era un refuerzo que iba a necesitar notoriamente. Mientras se despertaba, decidió bajar hacia el jardín quedando impactada por la gran naturaleza que se encontraba allí, la piscina cálida que tenían además el pequeño establo que había de caballos; ella era amante de ellos así que decidió acercarse un poco más. Observó cada uno de los caballos que estaban de diferentes colores como café oscuro completo, otro café oscuro con manchas blancas, otor negó completo pero con su cabellera blanca, otro blanco con unas manchas negras pero definitivamente la cautivo el último donde era un caballo totalmente blanco con algunas manchas doradas además se veía la cara tierna que tenía al ser manso, definitivamente iba a ser su caballo favorito siendo asustada por la nona de los niños cuando la sintió detrás de ella. — ¿Usted qué busca de mi jefe? seré directa — Pregunto con molestia la nona, observándola y ocasionando que se volteara a darse cuenta de su presencia. — ¿De qué está hablando? — Respondió con una pregunta desconcertada, no entendía a que se estaba refiriendo o de que la quería acusar. — Sé que usted es una cazafortunas, una pobre que solo piensa cautivar el corazón de un millonario para salir de la desgracia — Manifestó con una sonrisa de burla, apoyándose del palo del primer establo. — Primero no soy pobre, tengo como sobrevivir — Dijo recordando la herencia de su padre, la cual poco usaba porque sentía que tenía que ser un ahorro a futuro especialmente para su pequeño Martin y sus estudios — Segundo, no me interesa su jefe como hombre solo vine a realizar mi trabajo como terapeuta — Afirmó mirándola directamente a los ojos mientras se acercaba a paso lento — Tercero, solo vine a observar los caballos y si quisiera ser una cazafortunas como usted dice entonces la primera despedida sería usted por su insolencia — Manifestó con un semblante serio, causando impresión en la nona de Lily y Leo quien inició a temblar en sus manos; Emma odiaba coger esta actitud pero a veces era necesario. Después de ver que no hubo respuesta, paso al lado de ella dirigiéndose nuevamente hacia la habitación de Leo calmando su actitud; porque, aunque ella aborrecía todo este tema había situaciones que le hacían recordar quién había sido y porqué decidió dejarlo atrás totalmente porque sabía que dejarlo expresar era lastimar a las demás personas, aunque esta señora se lo merecía por lanzar falsas acusaciones y hacerla sentir mal. Leo ya se había despertado, donde movía sus manos y piernas mientras chupaba su chupete viéndose totalmente tierno; así que decidió colocar sobre él el primer juguete donde solo tenía un aro para ser agarrado logrando su objetivo con la mano derecha del pequeño, mientras la izquierda se mantenía en su lugar así que decidió acercarse un poco más pero definitivamente no lo agarraba; haciéndosele extraño esa actitud. Adicional a ello, cogió el segundo juguete donde sonaba como una maraca colocándolo primero en la oreja derecha ocasionando que el pequeño volteara hacia ese lado mientras sonaba fuerte y después hacia la oreja izquierda ocasionando el mismo acto, pero esta vez sonaba suave el juguete, confirmando que a nivel del canal auditivo se encontraba bien igual en su reflejo y el seguimiento de la mirada. Después de terminar su terapia, se despidió del pequeño mandando a la vez un mensaje de texto a su madre recordando que se debía recoger a Martin del jardín; mientras se dirigía hacia la empresa de Edison con nervios para encontrarse con su amado Nicolas; en medio del camino recibió un mensaje de texto de un número desconocido sorprendiéndola “espero verte pronto, fue muy linda esa coincidencia contigo. W” al principio le costó entender de quien se trataba, hasta que recordó al hombre con el que había chocado realmente parecía que era verdad, para averiguar el número íntimo de ella porque no se lo había dado. Llegando a la empresa le marco a Nicolas, quien salía de su jornada laboral saludándola con un beso en la mejilla para dirigirse hacia el nuevo gimnasio siendo en total 15 minutos de caminata; donde Emma quedó deslumbrada no más con la fallada del exterior, no se imaginaba cómo iba a ser adentro. — Esto no es para mí, Nicolas — Pronunció atontada por todo, mientras él pagaba la membresía de los dos. — Es un lugar simple, me gustaba más donde estábamos — Confesó Nicolás mientras firmaba un papel. — No es verdad, es completo y realmente se nota la diferencia de estratos — Comentó Emma antes de recibir el esfero para firmar el otro papel, suponía que era el contrato de membresía — No sabré cómo pagarte por todo lo que has hecho — Manifestó sintiéndose apenada en un sitio diferente a lo que ella estaba acostumbrada. — Me pagas siendo un amor conmigo, con eso me basta — Comento Nicolas haciendo que Emma se sonrojara con la situación — Vamos a entrenar, acompáñame al segundo piso — Ordenó mientras ella lo seguía como su esclava, donde quedaba cada vez más sorprendida con todo el tipo de máquina que había, cómo se repetían además tenía una sauna que la llamaba con todas sus fuerzas y el salón grupal era enorme para realizar las clases. — Gracias Nicolas — Afirmó antes de entrar a los casilleros de mujeres para guardar sus cosas, mientras Nicolas hacía lo mismo, pero en el casillero de hombres para encontrarse e iniciar a entrenar juntos esperando que no los echaran de ese sitio también.
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