P.O.V. JUDAS
Los trámites estaban tardando, pero al menos logré que la trabajadora social me permitiera tener contacto con mi “sobrino”. Así que pude estar pendiente de sus cambios morfológicos.
Su crecimiento era rápido, pero no como solía ser antes, aún podía considerarse un crecimiento normal. Por ahora no había indicios de que sus colmillos quisieran brotar de nuevo.
De ser así, deberé descolmillarlo. No es gran cosa, hace mucho tiempo algunos híbridos no lograban desarrollar sus colmillos y recurrían a los entonces comunes “feeding fangs” o colmillos de alimentación. Es decir, prótesis dentales para vampiros.
Recibí una llamada de mi contacto en la interpol, tenía una pista. Logró al fin encontrar una coincidencia de ADN con la dama desconocida y eso trajo consigo más preguntas que respuestas.
La mujer no es búlgara, es Serbia y pertenecía a un monasterio de clausura, donde no se permite la entrada a nadie que no sea de la orden, mucho menos hombres. Este misterio lejos de esclarecerse iba volviéndose más complejo.
¿Debería ahora viajar a Serbia?
Ahora tenía los datos de la fallecida, Katarina Dragovic, le pedí a mi contacto más información, todo lo que pudiera averiguar de su pasado antes de la orden.
¿Qué hacía una monja Serbia en Bulgaria? ¿Por qué huía y porque decidió tener a su hijo en el convento de la santísima virgen María? ¿Quién era el padre de ese niño?
— Aquí hay algo muy raro. — susurré para mí.
Suena mi teléfono, se trata de cassidy.
— ¿Cassidy? ¿Esta todo bien?
— No, no lo está…
En cuanto escuché esas palabras sentí un vacío en el estómago. Escuché atentamente todo lo que dijo y traté de aparentar calma para intentar que ella se tranquilizara, pero en realidad tenía ganas de estar allí y ponerle un alto a su familia.
Pasaron las horas y fue angustiante no tener noticias suyas. Ella no me marca porque seguramente debe pensar que me interrumpe en algo importante y yo no me atrevo a llamarle por miedo a ponerla en peligro. Regreso al convento de la santísima virgen María, donde me estoy quedando.
Ya es media noche en Bulgaria, me disponía a dormir un poco. Cuando un mensaje llegó a mi buzón. Se trataba de Cassidy, había abordado el avión de las once de la noche en lugar del vuelo de las diez de la mañana.
Hay una diferencia horaria de una hora entre ambos países. Suspiré aliviado, el peligro para ella ya había pasado, pronto estaría aquí con el señor bigotes.
Así que en vez de irme a dormir, me di una ducha para ir a buscarlos al aeropuerto y traerlos al convento. Tuve que rentar un auto para poder moverme por la ciudad, de lo contrario tendría a las hermanas como chófer personal y eso sería descortés de mi parte.
Mientras conduzco, empiezo a pensar que el cardenal Maximoff tenía razón, este proceso es muy tardado, pero la razón por la cual no lo hice de la forma ilegal, por el bosque, es por la presencia de criaturas paranormales. Los humanos y paranormales no lograron adaptarse a la convivencia y poco a poco volvieron a sus vidas secretas, como lo hacían antes de la gran guerra. La única diferencia de aquel entonces y ahora, es que todos somos consientes de sus existencias.
Al llegar al aeropuerto, veo que aún no ha llegado el vuelo procedente de Italia e intuyendo que cassidy no ha comido nada, me atrevo a comprarle algo para cenar.
Quiza no sea una cena elegante ni muy nutritiva, pero el local que aún está dando servicio es un local de comida rápida.
La comida rápida se convirtió en mi preferida desde que me volví humano de nuevo.
Si este tipo de comida hubieran existido en mis tiempos, me pregunto si le hubiera gustado al maestro. pese a la forma recta y sería que pintan en la biblia, Jesús realmente fue igual que cualquier hombre, se enojaba y tenía muy poca paciencia y a veces hablaba de más. Me refiero a que antes las personas tenían una manera de expresarse con respeto hacia la gente desconocida con el léxico que existía en ese tiempo, pero él hablaba con todos de forma informal y eso es lo que alarmaba a los fariseos.
Aún recuerdo cuando ellos hablaron una vez sobre que él era blasfemo por expresarse tan informal, sin respeto según ellos y el les gritó que eran unos hipócritas.
La verdad, era una magnífica persona, hacía bromas, tenía buen sentido del humor, pero el tenía que cumplir una misión, aunque sin saberlo, yo era una pieza en este ajedrez y terminé siendo castigado por algo que otro escribió sobre mí en el gran libro.(si señor, me refiero a usted, el que todo lo ve)
Seguramente se preguntarán ¿Porque lo hice, porque lo traicioné? Si tenía libre albedrío y seguía sus enseñanzas, entonces ¿Por qué?
La razón es simple, le tenía envidia. O esa envidia fue plantada en mi para llevar a cabo lo que ya estaba escrito.
En fin, hace mucho que dejó de importarme el porqué, de todos modos ya está hecho.
Salgo de mis pensamientos cuando oigo el altavoz anunciando el arribo del avión procedente de Italia. Por una extraña razón mi corazón late muy fuerte.
Me dirijo a la salida del andén y entonces la veo.
Apenas y trae una mochila sobre su hombro y la transportadora del señor bigotes en sus manos, la cual parece más pesada que su equipaje.
Luce cansada, trae el cabello recogido en una cola de caballo, jeans, blusa a rayas de manga larga y unos tenis tipo converse.
Alza la vista y al verme sus ojos se iluminan y sonríe. Siento como si se hubiera detenido el tiempo. Corre hacia donde estoy y deja la transportadora en el piso para abrazarme.
Por un momento me quedo paralizado, pero le devuelvo el abrazo.
— Es bueno ver qué llegaste bien. — Dije
— Lo eché mucho de menos, profesor.
— Yo también los extrañé
— Oh, claro. Su gato también lo extrañó, creo.
— Disculpa si no traje flores para recibirte, a esta hora las florerías están cerradas. Pero te traje algo de comer.— Dije mientras le mostraba la bolsa con la hamburguesa.
— ¿Y quién quiere flores si puede tener una hamburguesa? — Dijo con una sonrisa.
Le ayudé a cargar la transportadora del gato y buscamos unas mesas para sentarnos a comer. Se que teníamos mucho de que hablar, pero por el momento nos concentramos solo en la comida.
— ¿Y bien? ¿No me dirá porque me hizo dejar mi país para traerle a su gato? — Preguntó en cuanto terminó de comer.
— Lo haré, cuando estemos en un lugar seguro. Ese tipo de cosas no puede oírlas nadie.
— ¿La vida de los vampiros siempre fue así de misteriosa?— Susurró
— Si, supongo.
Después de unos instantes en silencio le pregunté cómo estaba y que había pasado con su hermano y su padre.
Y ella me describió todo lo que sucedió desde que su hermano llamó a la puerta, como su padre los siguió, la valentía de su amigo Declan para crear esa distracción y de como la vida de sus amigos peligraron para ayudarla a escapar y llegar al aeropuerto.
Definitivamente su padre es peligroso, pero no tan peligroso como puedo llegar a serlo yo. Cuando todo esto termine le haré una visita a su padre para asegurarme de que no vuelva a molestarla.
Conduje de regreso al convento, Cassidy estaba algo nerviosa, dice que desde niña nunca le gustaron los edificios religiosos porque le generan ansiedad. Le da mareos, dolor de cabeza y a veces veía sombras moverse.
La escuché atentamente y me di cuenta de algo interesante, ella tenía una habilidad que parece desconocer. Es sensible a las energías y ciertamente, los lugares religiosos muchas veces albergan más entidades oscuras que cualquier otro lugar. Por eso las monjas rezan día y noche por protección. Pero no le diría esto para no asustarla.
Le sugerí que se quedará conmigo en la misma habitación si tenía miedo, pero dijo que seguramente las monjas no lo permitirían.
Al llegar al convento, la presente con la superiora y está mando llamar a otra religiosa para que la condujera a una habitación (celda).
— Veo como se miran, no voy a permitir que corrompan este lugar, por eso estará en una celda separada. — Dijo la superiora
— Ella es solo una amiga y ex alumna.— Respondí
La madre superiora me mira con una sonrisa de lado.
— También fui joven y se que cosas pueden pasar. Déjela descansar y vaya usted a hacer lo mismo. Mañana podrán charlar todo lo que quieran.
— De acuerdo, oh, por cierto , había olvidado comentarle que un contacto que tengo logro identificar a la mujer. — La madre superiora me miró con sorpresa
— ¿Ya sabe quién era? Cuando vino aquí no logramos que dijera su nombre.
— ¿El nombre Katarina Dragovic le suena de algo?
— ¿Dragovic? Me suena, pero no logro recordar donde lo he escuchado antes.
— Dígame, madre superiora …¿Qué posibilidad hay de que una monja de clausura de una orden estricta salga de su orden?
— ¿Salir? A diferencia nuestra que nos dedicamos a realizar obras de caridad y visitas a los enfermos, las monjas de clausura no pueden salir jamás, a menos que sea para atención médica de emergencia, eso diferencia a las monjas de clausura del resto de religiosas, su única labor es la de rezar a todas horas. ¿Por qué la pregunta?
Dudé por un momento si decirlo o no, no sabía si realmente era ajena a esto o si estaba encubriendo algo. Pero como el que no arriesga no gana, decidí decirlo.
— Katarina Dragovic, la madre del niño era una monja serbia de un monasterio de clausura. ¿Cómo podría una mujer así quedar embarazada?—
La madre superiora se llevó las manos a la boca en señal de sorpresa y sus ojos se abrieron con asombro. Aunque yo diría que la reacción fue un poco exagerada.
— Es imposible que una monja de clausura pueda quedar embarazada, en su orden no debe haber sacerdote ni monjes, y si los hay, no conviven juntos o no deberían. Por lo regular no hay abad, si no una abadesa. ¿Sabe usted de que orden específicamente era ella?— Preguntó
— El monasterio ortodoxo de Studenica. — Respondí.
— Tiene un poco de sentido que haya venido aquí, dentro del monasterio de Studenica se encuentran dos torres, una era la del rey y la otra era para los claustros. La cual lleva por nombre el mismo que el nuestro, la santísima virgen María.
— ¿Usted sabe cómo se maneja ese lugar? ¿Si hay hombres en la otra torre?—
Negó con la cabeza.
— No se mucho de ese monasterio, salvo eso. Pero ahora que lo menciona, el apellido Dragovic…acabo de recordar algo. — Vi un poco de duda en sus ojos
— ¿Qué sucede madre superiora?
— Los Dragovic son parientes lejanos del pontífice. — susurró cerca de mi oído, como si temiera que las paredes estuvieran escuchando.
— Gracias, madre. Esa información me es bastante útil para mí investigación. Creo que me retiraré a mis aposentos, la noche está muy avanzada y usted necesita descansar. Con su permiso.— Hice una reverencia y salí de su oficina.
Luego de esta información, tenía una extraña sensación de urgencia por salir de allí. A pesar de que ya no soy vampiro, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo en cuanto la madre superiora mencionó el parentesco entre el papa Secundino séptimo y la monja muerta. El verdadero tío del niño vampiro era el mismísimo papa.