capitulo 4

1550 Words
P.O.V. CASSIDY Vueltas por aquí y vueltas por allá, los pies me estaban matando. Me tumbé en el sofá mirando al techo del departamento mientras me saco el calzado deportivo con ayuda de mis propios pies y los mando volar lejos. Estoy muerta de cansancio. Nunca pensé que tramitar un pasaporte me llevará todo el día, caminar de un extremo a otro del aeropuerto por fotografías y copias de documentos se me hace inaudito, ¿Por qué no pueden tener un ciber café justo enfrente de las oficinas? O más bien, ¿Por qué no tienen una impresora que los usuarios podamos usar? Los maullidos del señor bigotes me indican que aunque no quiera, tengo que pararme para abrir su transportadora, el también está estresado, dio todas las vueltas conmigo, tuve que tomarme fotografías con él para alegar que es mi gato. También lo llevé al veterinario y le pusieron algunas vacunas para que pueda viajar, por eso no está nada feliz. Me dirijo a la cocina y busco su comida enlatada, se que Judas me dijo que no le diera alimento de lata más de tres veces por semana porque el veterinario ya lo había puesto a dieta. Cosa que me recordó de nueva cuenta el veterinario ahora que el señor bigotes fue a consulta. — No debería darte esto porque estás obeso, pero te lo ganaste por haber soportado conmigo todo ese trámite engorroso. No te acostumbres, desde ahora cuidare más tu alimentación y harás ejercicio, gatito gordo.— El pareció bufar y atacó el plato de comida como si no hubiera comido en días. Me volví a echar sobre el sofá y apenas estaba encontrando mi posición cómoda, cuando mi teléfono comenzó a sonar. Por el tono de llamada identifique que era Tessa, así que me levanté y fui por mi móvil que había dejado en la encimera cuando le di de comer al gato. — Hola Tess, ¿Cómo estás? — Amiga, te echo mucho de menos, todo mundo pregunta por ti, hasta los profesores. Eras de las alumnas más brillantes y no se explican por qué dejaste de asistir. Me topé a tu padre el siguiente día que te sacó a rastras de la escuela y me daban ganas de decirle sus verdades afuera de su iglesia. Discúlpame amiga, tu papá nunca me ha agradado. — No hagas eso Tess, de por sí no le agradas a él tampoco, ¿Para que quieres que te odie más? Para serte sincera, no se si regresaré a la universidad algún día, por ahora me concentro en mi nuevo trabajo de niñera. — ¿Amiga donde te estás quedando? Cuando pasó lo de tu papá, te estuvimos esperando con Declan toda la noche y el siguiente día por la mañana. — Lo siento mucho Tess, no quería incomodarlos, sería un mal tercio en su departamento, ya de por sí viven en un lugar muy pequeño. — ¿Entonces dónde estás? Nos dejaste muy preocupados, después no contestaste el teléfono como por dos días, luego vinieron los exámenes y perdona…eso nos absorbió tiempo y no había podido llamar hasta ahora. — Te entiendo Tess, los exámenes son muy importantes.— Me puse un poco nostálgica, había estado estudiando muy duro para esos exámenes. — Cass, ¿Estás bien? De pronto te pusiste triste. ¿Es por los exámenes? Descuida, olvida los tontos exámenes, tienes cosas más importantes que pensar ahora, como la renta, empleo de tiempo completo. Por cierto, no me has dicho donde estás. — Si te lo digo, ¿Prometes no gritarlo ni decirle a nadie más que a Declan? — ¿Es algo malo? No me digas que estás durmiendo en la bodega del supermercado. — No, claro que no. De hecho renuncie por teléfono, ya no tengo que ser más la mascota de la tienda. Era algo vergonzoso ver conocidos pasar y querer esconderme y luego recordar que no pueden saber quién está debajo de la botarga. — Era un trabajo honrado. Vergonzoso pero honrado— Respondió Tessa.— bueno, ya dime en donde estás viviendo. — En la casa del profesor Judas Blake. Tuve que separar el teléfono de mi oreja por el enorme grito que dio. — Cassidy Vannicelli, tienes que contarme con detalle como sucedió. — Tessa sabe que el profesor Blake me gusta desde hace un tiempo. — Relájate mujer, no es lo que te estás imaginando. Digamos que tuvo un asunto que atender de urgencia en el extranjero y no tenía con quién más dejar a su gato y yo necesitaba un lugar donde quedarme, así que aquí estoy. Tendré que buscar un lugar nuevo en cuanto el vuelva. — ¿Entonces no hubo nada romántico entre ustedes?— Tessa parecía decepcionada — No Tess, y no creo que el profesor Judas me vea de la misma manera. — Eres hermosa amiga, cualquier hombre estaría encantado de tenerte como novia. Aparte eres culta, inteligente, sencilla, alegre, bondadosa, ¿Le sigo? Tienes muchas cualidades pero un solo defecto y esa es culpa de tus padres, te falta confianza. — Oh, vamos Tess, tu también lo eres, por eso Declan te adora. — ¿Puedo visitarte? — Yo te aviso, por el momento no creo que sea posible, tuve que llevar al gato al veterinario y caminé mucho y estoy muerta de sueño. Además, también fui al aeropuerto a tramitar mi pasaporte. — ¿En serio? ¿Vas a cumplir tu sueño de viajar al fin? ¿Tienes ahorrado lo suficiente? — No es eso, el profesor Blake quiere que le lleve a su gato, supongo que lo que sea que está tratando en el extranjero va a ser muy tardado y no quiere estar lejos de su mascota. — Amiga, ¿No sería lindo? Que estando por allá surgiera el amor entre los dos y que te pida que te cases con él— En serio Tessa sonaba super emocionada, incluso más que yo. — Tess, necesitas dejar de ver tantas telenovelas, ¿De verdad crees eso posible? Sería como un cuento. — ¿Y no sería lindo? Ustedes hacen bonita pareja, ambos son sexys y noto esa química entre ustedes desde el comienzo. Lo veo en tus ojos y lo veo en sus ojos, ese hombre también siente algo por ti, pero los hombres son medio bobos para entender sus propios sentimientos, necesitan un empujón. — Tessa por favor, ya basta. Me sonrojas — De solo imaginar que Judas y yo tuviéramos algo más, hacia que mis mejillas se pusieran calientes. — Mereces que te traten bien y te den estabilidad emocional que para nada te da tu familia, por muy presbiterianos que dicen ser, tu papá está chiflado con su fanatismo religioso, discúlpame amiga, es la verdad. Hasta Declan lo piensa. — No te disculpes, eso hasta yo lo sé— Dije con un poco de tristeza. Después de algunos minutos más al teléfono, Tessa se despide y al fin decido levantar mis zapatos y dirigirme a la habitación a darme una ducha caliente. Para cuando salí de la ducha, mi esponjoso compañero estaba sobre mi cama. — ¿Quieres dormir conmigo hoy gatito? Me maulló en respuesta. Salí a la sala de estar para apagar todas las luces y volví a la habitación, el señor bigotes ya estaba muy cómodo en una esquina de la cama. Durante la noche tuve un sueño muy extraño. Era como si estuviéramos caminando por un bosque, la ropa que teníamos era de invierno, pero no había nieve, por los tonos ocres del sueño, parece que era otoño aún. Judas camina frente a mi y en un canguro hay un bebé blanco de pelo platino y ojos azul cielo. En mi sueño siento que llevo un gran peso y en mi espalda siento que alguien maulla, es como si en mi espalda cargara la transportadora del señor bigotes. De pronto empezamos a correr con todo el peso que llevamos encima y me siento agitada y apenas puedo respirar. Es como si nos siguieran varias personas pero no las puedo ver. Después el sueño cambia abruptamente y me encuentro como en una especie de discoteca y actuó de una manera inusual para mí, desinhibida, con ropa sexy, bailando sensualmente seduciendo a los chicos mientras al fondo, en la barra, está Judas bastante molesto. Desde donde estoy puedo notar la presión con la que sujeta el vaso que tiene en la mano. Las luces estrambóticas comienzan a parpadear y uno de los chicos me sonríe y le sonrió de vuelta, pero mi sonrisa no es normal, tengo un par de colmillos de vampiro, el chico se asusta, pero antes de poder gritar o correr, le muerdo el cuello, salpicando un poco de sangre a su amigo, el cual mira estupefacto la escena antes de gritar ¡Vampiros! Todo se vuelve un caos con la gente intentando huir, y no se donde ha quedado Judas. Me despierto sobresaltada en medio de la madrugada, me encuentro empapada en sudor, miro hacia el reloj y veo que son las tres y media de la mañana. El gato yace a mi lado plácidamente dormido, ajeno a mis pesadillas. — ¿Qué carajos fue eso? — me susurro a mi misma antes de cerrar los ojos intentando volver a dormir.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD