Después de que ella salió, dejó su cuerpo pegado a la pared, tocó el lugar que ella había tocado en su pecho y después pasó la mano por sus labios, donde habían estado los de ella. Una lágrima se derramó por su mejilla, la limpió, mirando sus dedos mojados. Se sentía muy confuso. Era el curso que tenían que seguir las cosas. Pero era peor y más difícil, pues Alex no imaginaba que el le gustara a Isabella. Sacó su móvil y marcó a su chofer, no quería seguir allí, no después de ese día. Basil tampoco llegó nunca a considerar esa posibilidad. ¿Qué a Isabella le gustara Alexander? Jamás. Solo eran amigos, pero él mismo había escuchado la confesión de ella, lo cual podía ser motivo de que no le prestara atención a él. Pero Alexander la había rechazado. ¿Qué pasaría ahora? Aunque, ¿no