Cuando nuestros padres murieron, yo me llené de rabia, odiaba a todos, incluso a ellos por dejarnos solos. Solo éramos dos adolescentes que acababan de perder a sus padres de manera abrupta, nos faltaba mucho por aprender de ellos, mas besos de mamá , mas consejos de papá y tener una visión clara de la vida. Alex tenia tenía once y yo dieciséis años y aunque para mi fue fácil simplemente sacarlo todo, descargarme, para Alex no. No lloraba, no hablaba sobre eso y actuaba como que nada había pasado y eso tenia a mi tío Nicolás muy preocupado. Hasta que el día del funeral llegó y el simplemente no pudo aguantarlo mas. Tengo la imagen de aquel momento como si acabara de pasar. Alex se acercó a ellos y los llamaba, como si con eso pudieran regresar o tan siquiera responder, los llamó una y