Zane había tenido que ir hasta su casa para ponerse otra ropa y quemarlas. No podía arriesgarse a que lo atraparan. Además, tenia que hablar con sus empleados. —Me iré de Estados Unidos, siento mucho que se quedaran sin trabajo, el contrato que firmaron sigue en pie hasta que muera, si alguno de ustedes abre la boca...saben de lo que soy capaz Cuando Zane llega al hospital y se dirige a la habitación de Emily. —Volví —sonríe Zane —¿Todo bien? —Todo bien —asiente —¿Me tarde? —Un poco —Emily baja el libro y lo mira —¿Te diste una ducha? Zane se toca el cabello mojado. —Hace calor, tu tienes aire acondicionado todo el tiempo —A solo que... —Fui a mi casa, además tenia que terminan unas cuantas cosas ya que no iremos ¿Recuerdas? —Tienes razón —asiente —¿Interrumpo? —Zane se voltea