Nicholas ―Hola... ¿cómo estás? ― pregunte, casi tartamudeando. Dios. Apenas y podía razonar, quizás no debería haber bebido tanto. Es que, estúpidamente esta había sido la única manera que había encontrado para anestesiar el dolor y la tristeza que sentía desde hacía días y que apenas me dejaban respirar. Saber que hoy se había comprometido con él, estaba matándome, asique, pensé que sería una idea genial salir y refugiarme en el alcohol para olvidarme de todo, no lo fue, de hecho, fue una pésima idea ya que al final del día termine borracho y sentado en el piso afuera de su apartamento. A pesar de la bruma por la cantidad de alcohol que tenía en el cuerpo, sabía que le estaba dando una imagen patética de mí. ―Nicholas, ¿estas borracho? ―No…. claro que no― no puedo evitar sonreír
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