Lila Caí al suelo mientras escuchaba la puerta cerrarse y mi corazón romperse en tantos pedazos que sentía que jamás iba a volver a ser capaz de juntarlos de nuevo. No sabía exactamente cuántas horas había pasado llorando hasta que finalmente me quede dormida sin entender que era lo que había pasado, mi cabeza era un mar de confusión. ¿Me había usado todo este tiempo? ¿Y todo lo que me dijo? Esto era como una pesadilla que se repetía, otra vez. Me desperté con un terrible dolor de cabeza y lo primero que hice fue agarrar mi teléfono para ver si tenía alguna llamada o mensaje suyo, pero nada, quise llamarlo, pero no me atrevía, sus palabras volvían a mi cabeza una y otra vez “fuiste un muy, muy buen polvo, pero nada más”. Ciertamente debía estar pagando algún maldito karma porque si n