El Coronel no podía negar que aquello era verdad.
Y se lo propuso al Conde de nuevo.
El Conde acompañó al Coronel a la feria, pues temía que éste gastara demasiado dinero.
Vieron un caballo que al Coronel le gustaba.
Pero había otro más barato, y fue el que el Conde se decidió a adquirir.
Devona casi no podía creerlo cuando el cuerpo de su padre fue encontrado en un campo. El caballo que había estado montando no sólo lo arrojó al suelo, sino que también rodó sobre él.
De alguna forma, y con la ayuda de todos, incluyendo a Hitchin, lograron llevar al Coronel hasta la casa.
Hablaron de mandar a buscar a un doctor.
Pero tanto Devona como su madre sabían que no había nada qué hacer.
Aquella noche, Devona lloró hasta quedarse dormida, y fue cuando supo que odiaba al Conde.
Al principi
